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Bibliotecas de Providencia: 50 años de fomento a la lectura Hoy a las 20 horas se celebra el aniversario en la Biblioteca Municipal

Bibliotecas de Providencia: 50 años de fomento a la lectura

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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Varias generaciones de vecinas y vecinos de la comuna de Providencia, y de Santiago en general han pasado por las salas de lectura de sus bibliotecas, ocupándolas como lugar de estudio o espacio de conversación y creación cultural, contribuyendo a incentivar el interés por la lectura. Medio siglo celebran en Providencia, convencidos de la importancia de esta política cultural y tomando distancia de las prácticas censoras de cierta literatura de la administración anterior.


«Es indispensable formar la conciencia pública de que la ignorancia del pueblo es un mal tan grave como la guerra exterior, porque trae el hambre y el frío, la ociosidad y el vicio, la degeneración de la raza y la muerte. La cultura, en cambio, multiplica el producto de la actividad humana y proporciona mejor empleo a la riqueza productiva. Las manos se hacen sabias cuando son dirigidas por una cabeza que piensa».

Con una vehemencia cultural muy clara, el ex Presidente Pedro Aguirre Cerda, pronunció estas palabras el 29 de junio de 1919, cuando era un simple profesor y restándole aún  casi 20 años para llegar a La Moneda. Esa claridad conceptual sobre la importancia de la cultura en el desarrollo de la sociedad, venía precedida por un antecedente preocupante: para 1920, el analfabetismo en Chile llegaba al 49, 7 % en personas mayores de 15 años.

biblio provi 2Esa preocupación, para esos años, no tuvo mucha acogida en los sectores políticos del país, pero sí despertó el interés de algunos gobiernos comunales de Santiago como lo refleja algunas actas municipales de Providencia, que en 1920 manifiesta su interés de contar con biblioteca pública para la comuna. A partir de ese minuto y aún cuando faltarían todavía 43 años para que se instalara la primera biblioteca pública, la gestión cultural de Providencia, a través del fomento a la lectura  y la cercanía de los libros a la comunidad, ha mantenido viva por más de medio siglo la preocupación de Aguirre Cerda, consolidándose ese interés en el actual Sistema de Bibliotecas Públicas de Providencia, una iniciativa que a 50 años del nacimiento del primer centro de lectura se presenta como una de las experiencias más exitosas del país.

“En estos años varias generaciones de vecinas y vecinos de Providencia han pasado por nuestras salas de lectura, ocupándolas como lugar de estudio o espacio de conversación y creación cultural. Estamos convencidos de que nuestros recintos bibliotecarios han incentivado el interés por la lectura, por ejemplo, sólo en el último año hemos incrementado el número de títulos prestados a domicilio en un 15%”, dice Waldo Carrasco, actual director del Sistema de Bibliotecas Públicas.

Café Literario

Café Literario Parque Balmaceda

Para la poeta Teresa Calderón, quien ha desarrollado talleres en estas bibliotecas, lo esencial es que estos espacios ayudan a naturalizarse con el libro y que los niños aprenden que la lectura no es sólo una obligación curricular de la escuela, sino que instancia cultural, incluso de desarrollo familiar.

«(Las bibliotecas) hacen parte de ese esfuerzo titánico con los niños y adultos que se acercan permanentemente a buscar buenos libros. Porque es una biblioteca muy completa, acutualizada y tienen espacios para niños donde la lectura y los libros pasan a ser parte del espacio lúdico, entonces aprenden sin darse cuenta de lo valioso que están aprendiendo y además ven a los padres también leyendo, no diciéndoles, «niños, lean, es importante», mientras ellos ven televisión. La literatura debe entrar en la casa con la leche materna y la voz del padre leyéndole cuentos a sus hijos. Muchas veces, en la vida adulta, los libros leídos en la infancia nos devuelven instantes de recuerdos trascendentes en la vida futura y sentimos cómo palpitan en nuestra sangre para siempre», señala.

A la Biblioteca Municipal de Providencia se ha sumado también, y con mucho éxito, los café literarios. El 2001 se inauguró el Café Literario Parque Balmaceda, el 2003 abrió sus puertas a la comunidad el Café Literario Santa Isabel y en mayo del 2008 el  Café Literario Parque Bustamante. En 2012 se crearon los Cafés Aire Libro Plaza Las Lilas, Plaza Uruguay, Plaza Pedro de Valdivia, Parque de las Esculturas y Chile-España.

«Una de las características ventajosas de nuestro Sistema de Bibliotecas Públicas es la amplia cobertura territorial en la comuna. Tenemos diez sedes que actúan como puntos de préstamos y devolución de libros unificados, de tal manera que nuestros usuarios pueden actuar con el sistema desde cualquiera de nuestras sedes. La inauguración el próximo mes de un nuevo recinto en el Barrio Bellavista se suma a esta vocación de estar cada día más cerca de las vecinas y vecinos de Providencia”, añade Carrasco.

Escritora Teresa Calderón

Escritora Teresa Calderón

Respecto a esta combinación de espacios, Calderón, finalista del Premio Altazor Poesía 2005, opina que «una biblioteca perfecta debiese contener espacios separados. Hay personas que buscan y se buscan en la secreta complicidad del silencio, espacios solitarios donde la única voz que entra en su cabeza y su corazón es la del libro que leen y necesitan largas horas para detenerse en un solo párrafo o una idea que los provoca de manera insensata. Por otra parte, esos espacios comunitarios  (como los cafés) son de importancia fundamental y fundacional para compartir ideas opiniones, comentarios y sugerencias de nuevas lecturas. Es, quizá, en ese espacio donde se inician en la crítica literaria informal».

El actual sistema hoy cuenta con una colección bibliográfica de más de 58 mil ejemplares, con una proyección de visitas al término del 2013 de más de 435 mil personas.

Títulos ocultos

Tal como en «El nombre de la rosa», la novela de Umberto Eco, la biblioteca de Providencia vivió en la administración municipal pasada el oscurantismo literario al ocultar títulos, a través de camuflados sistemas de consulta, tal como lo hizo el monje Jorge de Burgos al esconder la «Poética» de Aristóteles, supuesto libro que hablaba sobre la risa. «(Ese libro) la convierte (a la risa) en objeto de filosofía, y de pérfida teología”, dice Jorge de Burgos en la novela al investigador franciscano Guillermo de Baskerville para justificar el ocultamiento del libro y los crímenes. Guardando las proporciones, los libros escondidos  en la biblioteca de Providencia debían cumplir esa misma misión. De esta manera se ocultaron libros de Pedro Lemebel y hasta el best seller de ciencia ficción «El caballo de Troya», por atentar contra los principios del pensamiento católico.

“Uno de los sellos relevantes de la administración que encabeza la alcaldesa Josefa Errázuriz es el cambio copernicano que está realizando en la gestión cultural. Eso en las bibliotecas públicas de Providencia se refleja en sacar a la luz todos aquellos títulos existentes dentro de sus catálogos ‘ocultos’ a la vista de los usuarios, escondidos bajo descriptores que no incentivaban su consulta. Asimismo, se ha experimentado una apertura, vía adquisiciones y/o donaciones, a títulos con temáticas pluralistas acordes con la discusión cultural del siglo XXI. Ejemplo de esto es la creación de la Colección de Desarrollo Social y Derechos Humanos, creada recientemente en nuestro sistema” , explica el director del sistema de bibliotecas.

«La palabra es un arma cargada de futuro. ¿Te imaginas cómo no va a ser «peligroso» un libro que es capaz de llenar de ideas, reflexiones, cuestionamientos que luego se irán transmitiendo para las generaciones futuras? Todo buen libro siempre es esa arma cargada de futuro», sentencia la poeta, dispuesta a disparar poesía en los talleres que imparte en las bibliotecas.

 

 

 

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