Será entregado el 14 de marzo en la Feria del Libro de Leipzig
La distinción recayó en cuatro libros ilustrados con textos de Gabriela Mistral que recrean cuentos clásicos y que esta casa editorial chilena publicó con hermosas ilustraciones en cuidadas ediciones. El premio lo otorga la Comisión Alemana para Unesco en cooperación con la German Book Art Foundation.
El anuncio del premio sucedió hace poco más de dos semanas y tomó por sorpresa a la gente de la editorial Amanuta, sello nacional que desde el 2012 edita libros para niños, rescatando mitos y personajes de nuestra historia local. Ni siquiera sospechaban de que pudieran ganarse este importante reconocimiento.
“Fue absolutamente una sorpresa, porque en general los otros premios que hemos obtenido son debido a que hemos concursado. Como editorial estamos al tanto de los concursos que se están desarrollando y de mandar los ejemplares necesarios, pero éste fue una cosa más casual” relata la antropóloga Ana María Pávez, una de las fundadoras y directora de esta editorial (la otra es la psiquiatra Constanza Recart, coautora de varios títulos y editora general).
Son cuatro los libros premiados, todos pertenecientes a la colección «Poesía Ilustrada”. Se trata de textos ilustrados con poemas de Gabriela Mistral que narran en verso los cuentos «La Cenicienta», «La Bella Durmiente», «Blancanieves» y «Caperucita Roja».
Cuenta Ana María que a finales de febrero recibieron un e-mail comunicándoles la obtención del premio. El año pasado la editorial fue invitada a participar en un programa que realiza la Feria del libro de Frankfurt para editoriales de países en desarrollo. “Nos invitaron a un seminario y a tener un stand, como también nos dieron asesoría para poder estar al día y así poder estar en las mismas condiciones que editoriales con más trayectoria”, señala.
Fue entonces que en el marco de esta feria “que las personas encargadas del concurso se encontraron con los textos de Amanuta y seleccionaron aquellos libros que les parecieron interesantes de las distintas editoriales. Entre ellos, los nuestros”, relata la directora editorial para contextualizar la sorpresa de la distinción. Admite que no supieron más del desarrollo del concurso hasta que les llegó la noticia vía correo electrónico.
El premio les será entregado el 14 de marzo, en el marco de la Feria del Libro de Leipzig, por el presidente de la comisión alemana de la UNESCO, Walter Hirche.
El fallo del jurado destacó que «los cuentos de la colección ‘Poesía Ilustrada’ impresionan especialmente por el detalle de sus ilustraciones y la lírica de sus textos», y dan cuenta de la “atractiva unidad» que conforman los poemas con las ilustraciones de destacados artistas nacionales.
La distinción de «El libro más bello» data de 1973, se realiza cada dos años y en principio lo entregaba la República Democrática Alemana. En 1991, tras la reunificación de las Alemanias, se traspasó a la comisión alemana de la UNESCO y a la Fundación de las Artes Gráficas. Desde esa fecha que el galardón se otorga a publicaciones de países con dificultades editoriales, basándose en criterios como el diseño, los gráficos o la edición.
Ana María explica que los cuatro libros ganadores tienen textos de Gabriela Mistral escritos en 1920. La poetisa reescribió por ese tiempo los cuentos clásicos de la Caperucita Roja, La Bella Durmiente, La Cenicienta y Blanca Nieves.
“Los escribe (Mistral) en verso y estas versiones se publican en revistas en Colombia, pero como son medios de muy poca difusión, entonces no fueron muy conocidos. Muy poca gente tenía conocimiento de ellos y hace como cuatro años el crítico literario Manuel Peña me comentó que él tenía fotocopias de estos cuentos y me preguntó si nos interesaba publicaros”, explica sobre la génesis de la idea de la publicación.
Al momento de leer los cuentos le parecieron sumamente interesantes y se propusieron hacer un libro para cada cuento al estilo de un libro ilustrado. “Elegimos un ilustrador para cada cuento y desarrollamos una edición muy cuidada, muy especial, porque tienen las tapas en serigrafía con cartones a la vista. La verdad es que son ediciones con ilustraciones muy bonitas y los libros han sido reconocidos en otras instancias, por ejemplo con el Premio Municipal que entrega la Municipalidad de Santiago el año 2013 y también en la feria de Bologna que se va a realizar en dos semana más”, señala.
Gabriela Mistral escribió “Caperucita Roja” inspirada en los célebres Cuentos de Antaño de Charles Perrault, escritos en el siglo XVII. La poetisa es fiel a la versión original y no dulcifica ni altera el final. El poema «Caperucita Roja» apareció por primera vez en su libro Ternura, publicado en 1924. Las ilustraciones para Amanuta fueron realizadas por Paloma Valdivia.
Blanca Nieve en la casa de los enanos es el título completo de otro libro de la colección. La Mistral tomó un fragmento del cuento clásico “Blancanieves” de los hermanos Grimm y lo recreó en verso. La escena del encuentro de los siete enanos es la única escogida por la poeta. El texto fue publicado originalmente en el suplemento literario del diario El Espectador de Bogotá, el 23 de abril de 1925. Las ilustraciones para la edición premiada van por cuenta de Carles Ballesteros.
El tercer título distinguido es La Bella Durmiente del Bosque, también inspirado en la obra antes mencionada de Perrault, escrita en el siglo XVII. Este cuento de hadas, versificado por la autora, fue publicado en Colombia en el diario El Gráfico de Bogotá, el 14 de julio de 1928. Las ilustraciones para la edición premiada son obra de Carmen Cardemil.
El cuarto y último título de la colección es La Cenicienta, que la Mistral escribió en 1926, basada en el célebre cuento de Charles Perrault. Aquí también la poeta es fiel al original y no intenta edulcorar ni alterar el final. El texto “La Cenicienta” de Gabriela Mistral fue publicado en “Lecturas Dominicales” del diario El Tiempo de Bogotá, el 26 de diciembre de 1926. Las ilustraciones para la edición de Amanuta son obra de Bernardita Ojeda.
Kiwala conoce el mar fue el primer título de la editorial. Ana María y Constanza escribieron el argumento e invitaron a hacer las ilustraciones a la por entonces estudiante de diseño de la U. Católica, Paloma Valdivia. Y con su apuesta no les fue nada de mal. Ese mismo año (2002) ganaron un premio en la Bienal de Ilustración de Bratislava y comenzaron la colección Kiwala, protagonizada por una llama precolombina.
Desde que la editorial comenzó su labor hace 12 años, la literatura infantil “era un campo verdaderamente abandonado”, dice Ana María. “Había muy pocas editoriales que se dedicaban al libro ilustrado. Los libros ilustrados eran principalmente los textos escolares o las literaturas complementarias y el tema de la ilustración era muy poco desarrollado y casi no existían los ilustradores”.
Fue entonces que tuvieron por idea emprender la publicación los libros infantiles ilustrados, cuestión que en otros países estaba bastante desarrollado, explica la editora. “Comenzamos principalmente con temáticas chilenas: mitos, leyendas, temas de historia que no estaban presentes en formato ilustrado de buena calidad, con papeles buenos, con ediciones cuidadas”.
Dice que aprovecharon un espacio en el que había poco desarrollo y con el paso de los años vinieron las grandes compras del Estado y eso despertó el interés en hacer libros infantiles. Asimismo, Amanuta se convirtió en catapulta para ilustradores jóvenes como Francisco Olea, Raquel Echenique, la misma Paloma Valdivia y varios más.
El sello de la editorial, según su directora, ha sido trabajar con la idea de rescate, pero no sólo recuperar textos antiguos sino que también rescatar leyendas y mitos. Además, dentro del afán de hacer la lectura más entretenida y aportar detalles desconocidos, han extendido la invitación a historiadores, filósofos y periodistas para la creación de los textos. Hoy su catálogo ha crecido considerablemente y está compuesto por 15 colecciones.
Dentro de ese empeño de rescate, al igual que la colección premiada, el año pasado Amanuta publicó dos títulos del sello Cuncuna, de la editorial Quimantú. “Eso tiene que ver con la idea que tenemos de rescatar cosas que hayan sido valiosas por su calidad y que hoy no estén disponibles. Hay muchas editoriales en el mundo que se dedican a eso: buscar textos que estén olvidados o guardados y reeditarlos en ediciones más modernas”, señala Ana María.
Hoy el trabajo de esta editorial chilena que apostó por realizar libros infantiles de calidad se ve premiado gracias al mérito de hacer de la lectura una experiencia de los sentidos, de regalar un especial momento no tan sólo a los lectores infantiles, sino también a sus padres, y de paso hacer perdurable la relación con los libros .
