Libro de Catalina Bu fue lanzado la semana pasada por la editorial Catalonia
Partió como un comic en la web en 2013 y ahora salió en forma de libro. “Las ciudades grandes son llamativas y te nublan, pero uno puede optar por ir en modo anónimo a rescatar lo que necesita y volver a su casa”, reflexiona la artista. Colegas como Alberto Montt y críticas de cómic como la periodista Catalina González, alias “La comiquera”, alaban su trabajo.
Catalina Bu en el lanzamiento de «Diario de un solo» Foto: Carlos Molina
Partió como un comic en la web en 2013 y ahora salió en forma de libro. “Diario de un Solo” (Catalonia), de la dibujante Catalina Bu, reflexiona sobre la soledad en las grandes urbes a través de un personaje que se aburre, no quiere ir al trabajo y se da atracones de comida, y con el cual es fácil sentirse identificado.
El libro fue lanzado la semana pasada. La presentación estuvo a cargo de las comediantes Natalia Valdebenito, Jani Dueñas y Paloma Salas, junto con la música en vivo de Gepe. La autora estuvo firmando ejemplares en la ocasión.
Nacida y criada en Concepción, Bu se mudó a Santiago donde estudió ilustración en el Instituto de Arte y Comunicación (ARCOS) y actualmente trabaja como ilustradora freelance desde su taller. Si el libro tuviera un mensaje, “supongo que sería que apreciáramos la cotidianidad, las cosas simples, los pequeños fracasos diarios”, afirma.
“El libro primero era un webcomic, y partió porque tenía ganas de tener un proyecto autoral, algo que fuera realmente mío y que al mismo tiempo funcionara como un ejercicio que me mantuviera dibujando constantemente”, cuenta la autora, que en 2012 participó en el libro «Gatos Gordos» de Jani Dueñas (Editorial Planeta), y el 2013 formó parte del libro compilatorio «Ilustración a la Chilena» editado por Plop Galería y Ocho libros.
La dibujante se reconoce seguidora de ilustradores como el británico David Shrigley, el japonés Mogu Takahashi y el francés Jean Jullien. Le gusta la ilustración japonesa y la neoyorkina. A nivel latinoamericano destaca a la colombiana a Power Paola (“me encantó su libro ‘Virus Tropical’”), la argentina Maitena y Alberto Montt. “Siempre está subiendo dibujos de sus viajes, es entretenido seguirlo en Instagram”, afirma.
¿Pero en quién se inspiró la dibujante para crear su personaje?
“El personaje refleja un poco cosas que yo sentía, o cosas que quería exagerar. Es muy humano, a veces es bueno, y a veces toma pésimas decisiones, como todos. Me gustó la idea de que fuera un hombre porque era menos literal, y siento que personalmente me representa más la personalidad de un niño que de una niña. El hecho de que fuera un hombre lo alejaba un poco de mi vida y así la comparación no era tan directa”, agrega.
El libro luce bastante pesimista sobre la vida urbana, aunque la gente siga migrando hacia ciudades grandes como Santiago, Buenos Aires o Tokio, etc. ¿A qué se debe esto, en opinión de la dibujante? ¿Qué cosas buenas tienen las grandes urbes que siguen atrayendo gente?
“No creo que el campo y las ciudades chicas sean peores en ningún caso, al contrario”, responde la artista. “Todo depende de cómo uno se relacione con el lugar donde vive, qué cosas le gusta hacer. A mí me gustaría irme a vivir al campo algún día, pero por ejemplo ahora necesito estar en la ciudad”.
“Muchas veces la gente se va a ciudades grandes para estudiar o aprender, pero tengo la sensación de que uno siempre vuelve. Personalmente soy una persona de costumbres, y justo el 2015 me voy a ir a vivir a otro país, pero siempre con la certeza de que quiero volver porque aquí es mi lugar”, dice. “Las ciudades grandes son llamativas y te nublan, pero uno puede optar por ir en modo anónimo a rescatar lo que necesita y volver a su casa. Al menos así lo haré yo”.
-El amor (o la pareja) parecen estar ausentes en el libro, ¿a qué se debe?, ¿es una opción deliberada?
– Creo que todavía no he sentido la necesidad de hacerle un compañero o compañera. Creo que está bien que la atención por ahora se centre en él, en sus cosas. No tiene un amor fijo, una ciudad fija, una casa siempre igual, no tiene nombre. Al principio fue sin querer, pero después me gustó que fuera una persona que podría estar en cualquier lugar y ser cualquiera de nosotros.
Para su creadora, el «Solo» encuentra la felicidad en la tranquilidad, en su casa, en su cama. “Creo que yo también la encuentro de esa manera, me gusta estar tranquila y ahí es cuando soy más feliz”.
“Caballo de troya”
“Estoy feliz de que se haya editado este libro de Catalina Bu, quien es, a mi juicio, una de las estrellas de la nueva generación de dibujantes chilenos”, señala en el prólogo del texto su colega Alberto Montt. “’Diario de un Solo’ podría ser hecho por un japonés, una francesa o un camerunés. No le cabe el apellido ‘chileno’, menos con una mirada paternalista y condescendiente”.
Para Montt cualquier lector puede reconocer en los dibujos las aventuras y desventuras de algún desconocido, quizás un ex compañero o el vecino extraño, aquel que uno a veces se encuentra en el ascensor. “Pero ojo, es un ‘caballo de troya’, una vez que seguimos nos permite vernos y leernos a nosotros mismos en cada hoja. Trata con un finísimo humor y una gráfica envidiable los temas que tocan a ese pequeño ‘solo’ que todos llevamos dentro”, asegura.
A Catalina González, periodista y creadora del sitio especializado www.lacomiquera.com, la obra de Bu le “encanta”. “Tiene una sencillez que permite que cualquiera pueda leerlo pero al mismo tiempo es un dibujo que conmueve y te conecta de inmediato, permitiendo que cualquiera pueda sentirse identificado. ¿Quién no se ha sentido solo? ¿Quién no se ha levantado un día con mucho ánimo para luego enfrentarse a sus propias contradicciones? La obra de Catalina logra conectar con esos pensamientos más íntimos”, afirma.
“La comiquera” destaca su trazo simple y al mismo tiempo sumamente expresivo, su conexión con las emociones más íntimas que permiten enganchar a cualquiera. “Me recuerda mucho a la obra de (el estadounidense) Jeffrey Brown, porque aunque no sea autobiográfica, sí conecta con un trabajo autoral más personal y poderoso”, dice.
“Hoy mismo envíe un link a mi oficina con info del libro y de inmediato dos colegas se estaban riendo o diciendo ‘esa soy yo’, ‘a mí me ha pasado’. Es una obra transversal que además toca situaciones muy actuales como el pasar conectado a internet pero sentirse incluso más solo, ver la vida de otras personas a través de las redes, la hiperconexión que a veces nos entumece”, señala.
“Creo que le ha dado un aire más fresco a la oferta de narrativa gráfica nacional, llegando a un público más amplio y diverso”, sentencia.
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