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Denuncian dos nuevos plagios de Alfredo Bryce Echenique, uno de los principales invitados a Feria del Libro de Santiago 2014 Investigadora chilena dio a conocer casos que se suman a 32 ya denunciados

Denuncian dos nuevos plagios de Alfredo Bryce Echenique, uno de los principales invitados a Feria del Libro de Santiago 2014

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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El Premio Planeta 2002 dictará este jueves en Filsa una charla a jóvenes chilenos. Hace dos años, otros jóvenes, pero de México, realizaron –en la Feria del Libro de Guadalajara– una inusual protesta en su contra por su largo historial de denuncias de plagios en columnas de opinión, que llevaron incluso al jurado del certamen a cancelar un evento público donde se le entregaría el Premio Fil de Literatura en Lenguas Romances.


Alfredo Bryce Echenique es uno de los principales escritores que visitará la Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa), en su trigésimo cuarta versión. Dentro de sus actividades, la Cámara Chilena del Libro organizó para este jueves 30 de octubre la charla «Encuentro de Jóvenes Lectores con Bryce», en la Sala de las Artes del Centro Cultural Estación Mapocho.

El autor de Un mundo para Julius y de Reo de nocturnidad, un par de sus más recordadas obras por las cuales recibió el Premio Nacional de Literatura del Perú en 1972 y el Premio Nacional de Narrativa de España en 1998, respectivamente, ha sido considerado un maestro de la palabra, cuya prosa es destacada dentro de las más originales del continente y sus historias celebradas por la narrativa en español, al desdibujar las fronteras de lo real y la ficción, rescatando de sus experiencias personales los rasgos esenciales de sus personajes, caracterizados, en su mayoría, por los tintes pintorescos y por moverse con destreza entre lo delirante y lo grotesco.

En la Feria del Libro de Guadalajara 2012, una de las más prestigiosas de Latinoamérica, Bryce, hoy de 75 años, acaparó la atención de la prensa mundial cuando se comunicó que el narrador peruano sería reconocido con el Premio Fil de Literatura en Lenguas Romances. La atención mediática, sin embargo, no obedecía a la naturaleza de su gruesa obra, sino a su largo historial de columnas de opinión plagiadas, sobre política y cultura. Sus plagios, que fueron confirmados por el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual del Perú, que en el año 2009 lo condenó a pagar una millonaria multa por el plagio de 16 artículos, de 15 autores diferentes, corresponden a veces a extracciones literales de párrafos completos y otras a artículos íntegros, con títulos incluidos, con uno o dos años de diferencia entre el texto original y la copia.

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Universitarios en Feria del Libro Guadalajara con poleras blancas que contenían la leyenda «Sin querer queriendo»

Recientemente, la bibliotecaria e investigadora chilena, María Soledad de la Cerda, quien ha sido la responsable de revelar la densidad de los plagios como asimismo el número de casos, encontró dos nuevos textos plagiados del autor peruano, cuya literalidad resulta, a lo menos, asombrosa.

Escándalo tras escándalo

El escándalo ocurrido en México hace dos años tuvo, entre otros protagonistas, al escritor Juan Villoro, quien opinó que era inadmisible que el Premio Planeta del 2002 –con El huerto de mi amada– recibiera el Premio Fil de Literatura, esto debido a la abundante prueba de su violación de la propiedad intelectual.

Otro autores, también mexicanos, como Jorge Volpi, en tanto, defendieron este reconocimiento, centrando la discusión en que el mérito de Bryce se hallaba en sus novelas, no en los artículos periodísticos que, vistos de esta manera, eran considerados un género menor. Con todo, lejos de apagarse la polémica, se encendió. Un grupo importante de universitarios de la Liga por la Defensa de la Literatura llegó incluso a realizar una inusual protesta al aparecer en la feria vestidos con poleras blancas que contenían la leyenda «Sin querer queriendo», del célebre personaje de Roberto Gómez Bolaños, «el Chavo del 8».

Al final, el bochorno en Guadalajara terminó con la cancelación del evento programado para su reconocimiento y el premio se le entregó en Perú, calladamente.

Esta polémica, sin embargo, era el corolario de una serie de acusaciones que habían partido años antes, cuando el escritor Herbert Morote fue el primero en acusarlo de plagio al denunciar que el escritor peruano había copiado sendos párrafos de su libro ¿Pero… tiene el Perú salvación? A partir de entonces, los escándalos no han hecho más que crecer.

Bryce, por su parte, se ha mantenido inconmovible. Pese a la abundante prueba en su contra, el escritor ha negado ser el autor de los plagios. Se ha defendido diciendo que los artículos fueron publicados por los medios sin su autorización y le ha bajado derechamente el perfil argumentando que esos artículos no debieran ensombrecer su obra. En esa dirección, hace dos años declaró al diario Perú 21 que «el plagio, como decía Borges, es un homenaje».

Plagio 33 y 34

María Soledad de la Cerda, ex académica en diversas escuelas de periodismo y ex jefa de documentación de Copesa, ha invertido una buena parte de su tiempo en detectar los plagios de Bryce, lo que la ha llevado a ser citada como experta en el tema por varios medios de comunicación de prestigio en habla hispana.

Para esta bibliotecaria si el plagio es, como decía Borges, un homenaje, «sin duda han sido muchos los homenajeados por su pluma, o tal vez solamente era un asunto de dinero, como el mismo reconociera el año pasado a la revista Gatopardo, restándole importancia al asunto».

En esa publicación el escritor sostuvo: “Para mí una cosa es mi obra literaria y otra son los artículos. Yo di clases para ganarme la vida y poder escribir. También escribí artículos con el mismo fin».

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María Soledad de la Cerda

Hasta el momento, la investigadora ha detectado 34 columnas plagiadas casi en su integridad por Alfredo Bryce Echenique. Entre estos casos se encuentran las copias idénticas «Culturas y civilizaciones», texto original de Cristóbal Pera, publicado en la Revista Jano el 2005, y el texto de Bryce «Culturas y civilizaciones», publicado el 17 de septiembre de 2006 por El Comercio de Perú; «John Ford, la épica del western», texto original de Blas Gil Extremera, publicado en Jano en mayo de 2005 y el texto de Bryce del mismo nombre «John Ford, la épica del western», publicado por el autor peruano en Nexos (n.° 343) en julio de 2006.

El Mercurio tampoco se ha salvado de la copia. El 1 de febrero de 2001, Sean James Rose escribió el texto en francés «Deux astronomes autour de la terre». Siete meses más tarde, el 18 de agosto de 2001, Bryce publicó en El Mercurio casi el mismo artículo, pero en español, bajo el título «Mentiras indispensables».

Debido a estos plagios, la investigadora chilena cuestiona no solo la visita a Filsa sino también su idoneidad para dictar charlas a estudiantes.

«A propósito de su sorprendente visita como invitado de nuestra Feria del Libro, en la que el día 30 de octubre dará una charla a estudiantes, me parece oportuno dar a conocer dos casos más que conservaba inéditos (el número 33 y 34), al tiempo que me pregunto ¿qué podrá enseñarles?», se cuestiona de la Cerda.

Los nuevos casos: juzgue usted

El 13 de enero de 2002, en el diario La República de Perú, la periodista Elizabeth Cavero escribió el texto “Viejo Conocido”.

Supieron de sus negros antecedentes desde el inicio. Conocían que había sido acusado de falsificar firmas de sus superiores, expulsado del Ejército por desertor y enjuiciado en el fuero militar por vender información sobre armamento a un gobierno extranjero. Tampoco desconocían que años después amasó dinero como abogado de narcotraficantes extranjeros ni de su corrupta influencia en el Poder Judicial. Por si fuera poco, estaban bien informados sobre cómo lo seducía el poder. Pese a todo, los oficiales del gobierno de los Estados Unidos escogieron seguir trabajando con el ex capitán Vladimiro Montesinos Torres, cuando éste se consolidó como “el poder detrás del trono” del presidente Alberto Fujimori, en 1990.

Tres meses después, el 1 de mayo de 2002 en la revista mexicana Nexos, Alfredo Bryce Echenique escribió la columna «Archiconocido».

Supieron de sus negros antecedentes desde un inicio. Sabían que había sido acusado de falsificar firmas de sus superiores, expulsado del ejército por desertor y enjuiciado en el fuero militar por vender información sobre armamento a un gobierno extranjero. Tampoco ignoraban que años después amasó dinero como abogado de narcotraficantes extranjeros ni de su corrupta influencia en el poder judicial. Por si fuera poco, estaban bien informados sobre cómo lo seducía el poder. Pese a todo, los oficiales del gobierno de Estados Unidos escogieron seguir trabajando con el ex capitán Vladimiro Montesinos Torres, cuando éste se consolidó como “el poder detrás del trono” del ex presidente Alberto Fujimori, en 1990.

En el suplemento «Blanco y Negro” del diario español ABC, Manuel de la Fuente el 24 de mayo de 1998, escribió:

Sinatra anunció su retirada, pero una y otra vez volvía a los escenarios. Había perdido algo de sitio, pero no perdió pie y siguió marcando el paso del éxito con canciones como Strangers in the night, My way, New York, New York y nostálgicas apariciones en la televisión y coliseos de todo el mundo, como España, que visitó en 1986 y 1992. Se le apagaba la voz, pero su estilo siguió siempre encendido. Fue amigo de presidentes –Roosevelt, J, F. Kennedy, Reagan– compartió mesa y mantel con mafiosos como Lucky Luciano y Sam Giancana –sin embargo, todos los cargos que le imputó el FBI fueron rechazados años después…

En la revista Caretas, diez años más tarde, el 19 de marzo de 2008, Alfredo Bryce Echenique publicó:

Sinatra anunció su retirada, pero una y otra vez volvía a los escenarios. Había perdido algo de sitio, pero nunca perdió pie y siguió marcando el paso del éxito con canciones como “Strangers in the night”, “My way”, “New York, New York” y nostálgicas apariciones en la televisión y coliseos de todo el mundo, como España o Brasil, que visitó en 1986 y 1992. Increíble cómo se le apagaba la voz, pero en cambio su estilo se encendía cada vez más, hasta lo inimitable, hasta lo único, hasta la perfección. Y fue amigo de presidentes –Roosevelt, J. F. Kennedy, Reagan–, compartió mesa con mafiosos como Lucky Luciano y Sam Giancana. Sin embargo, todos los cargos que le imputó el FBI fueron rechazados años después.

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