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Sergio Hernández: «Me parece maravilloso que mi trabajo haya llegado afuera a tal punto que pudieran considerarme para hacer el Papa» La cinta se grabará en Argentina, Munich y Roma

Sergio Hernández: «Me parece maravilloso que mi trabajo haya llegado afuera a tal punto que pudieran considerarme para hacer el Papa»

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Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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El actor nacional, quien ha participado en casi 50 filmes, con directores que van desde Raúl Ruiz a Sebastián Lelio, es uno de los artistas chilenos de mayor influencia en la cinematografía local. El 7 de febrero en Buenos Aires comienza a rodar, tal vez, el rol protagónico más importante de su carrera cuando se vista con las indumentarias eclesiásticas para interpretar a Francisco, el primer Papa Latinoamericano. «Ante todo siento un tremendo orgullo, un enorme agradecimiento y una gran posibilidad de seguir internacionalizando mi carrera», confiesa.


Johnny 100 pesos, Gloria, Carne de Perro, No, Dawson Isla 10, La Frontera y Diálogos de Exiliados son de aquellas películas que suelen quedar grabadas en la memoria. Pero junto al impacto estético y político de cada uno de estos filmes, estas realizaciones nacionales comparten otra característica que refuerzan su sentido de pertenencia: el haber tenido en su elenco a uno de los actores de mayor influencia en la cinematografía chilena, Sergio Hernández Albretch.

Con casi 50 películas a largo de su carrera, Hernández, quien hace ya algunos años dejó las telenovelas (en la era Sabatini de TVN) para dedicarse por completo al cine, ha trabajado con casi todos los directores nacionales, pasando por Raúl Ruiz cuando aún no alcanzaba los 20 años, Gustavo Greaf Marino, Gonzalo Justiniano, Miguel Littin, Pablo Larraín y Sebastián Lelio, entre muchos otros.

Con toda esa experiencia, Hernández se prepara hoy para uno de los roles protagónicos, tal vez, más importantes de su carrera, por el impacto global y por desafío que conlleva: interpretar al argentino Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, desde que era un cura en Argentina hasta ser ungido como Sumo Pontífice.

«Ante todo siento un tremendo orgullo, un enorme agradecimiento y una gran posibilidad de seguir internacionalizando mi carrera», dice Hernández a El Mostrador Cultura+Ciudad, a días de iniciar el rodaje en Argentina. «Me parece maravilloso que mi trabajo haya llegado afuera a tal punto que pudieran considerarme para hacer el Papa».

Hernández explica que la importancia de este papel lo ha llevado a reducir casi al mínimo las referencias públicas a su participación en este largometraje, dirigido por el italiano Daniele Luchetti, principalmente porque la preparación del personaje requiere de la tranquilidad suficiente para alcanzar la profundidad personal, política y mística que trasmite Bergoglio, el primer Papa latinoamericano.

«Es que no se trata de cualquier Papa», dice Hernández haciendo una excepción con El Mostrador. «Es un hombre con una trayectoria tremendamente importante, que ha sido partícipe de la historia durante casi 60 años, desde que entró al seminario a los dieciocho. Fue peronista, con una historia compleja y rica, relacionada con la realidad política de su país, en la que tuvo una participación tremendamente importante en todos los hechos que ocurrieron en Argentina y que tiene que ver con las dictaduras y con una serie de acontecimientos sociales importantes en las que él siempre tuvo algún grado de participación», precisa el actor nacional.

La cinta Call me Francesco, the Pope (Llámame Francisco), que además suma al actor trasandino Rodrigo de la Serna (Diarios de Motocicleta) para interpretar a Bergoglio en su juventud, mostrará como antesala a su destino en el Vaticano las experiencias vividas durante la guerra sucia en Argentina, como los crímenes a miembros de la Iglesia y su visión política y cultural del movimiento peronista.

«Desde el punto de vista político me siento bastante cercano a él, considerando que me tocó vivir más o menos en el mismo periodo, más o menos las mismas realidades, más o menos los mismos hechos sociales, más o menos las mismas pérdidas, los mismos dolores, las mismas transformaciones de nuestra sociedad y el tema de rehacerse y recomenzar en un mundo distinto», sostiene Hernández.

Otra de las características que alimentan la motivación del co-protagonista de Gloria, como así también la de los católicos alrededor del mundo, es que se trata de «un cura totalmente atípico».

«Le gusta el fútbol (San Lorenzo) y dice cosas como las que decía mi mamá, dichos, refranes, habla de una forma muy cercana, tal cual como hablamos todos, con referencias a asuntos que un sacerdote normalmente no toca; un personaje tremendamente humano, simple, pero también todas las complejidades que significa participar en el Vaticano, de los cónclaves, etc.», dice.

Uno de los mayores desafíos para Hernández es lograr transmitir la profundidad religiosa. Cuenta que cuando niño tuvo alguna qué otra participación como acólito en la iglesia, pero no más que eso, reconociéndose como una persona lejana «al sacerdocio, al rosario y al Padre Nuestro». La espiritualidad y la mística, sin embargo -acota el actor – siempre ha estado muy presente en su vida. «Creo que de alguna forma se proyecta esa espiritualidad en mi, y creo que eso fue un elemento importante que vio el director para llamarme», explica.

La primera semana de enero, Hernández estuvo reunido con el equipo de producción en Argentina, en la primera etapa del rodaje, oportunidad en que el director le confesó las razones que tuvo para convocarlo como protagonista.

«Me lo dijo ahora cuando estábamos en Buenos Aires, que lo que yo proyectaba era una verdad, una naturalidad, una simplicidad, y una cercanía», características centrales también de la personalidad de Bergoglio.

La película producida por la compañía italiana Taodue en colaboración con Metrópolis Films, es uno de los filmes que se están rodando en torno a la vida del Papa, y espera llegar a los cines el 17 de diciembre, fecha de cumpleaños del Pontífice.

«La cinta se está filmando desde este lunes, yo comienzo el 7 de febrero en Buenos Aires y luego continuo en los primeros días de marzo en Roma. No sé si en el Vaticano, pero por lo menos en el guión dice Capilla Sixtina», concluye Hernández, quien compartirá escena con los argentinos Muriel Santa Ana, Mercedes Moran y Pompeyo Audivert y el español Alex Brendemuhl, y más de mil extras.

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