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Nuevo libro retrata a un Gustavo Cerati en constante movimiento y creación A dos meses del quinto aniversario del término de su carrera musical

Nuevo libro retrata a un Gustavo Cerati en constante movimiento y creación

Luego de una relación de amistad que comenzó a mediados de los 80, el periodista Gustavo Bove concretó un proyecto que tenían con Cerati desde 2006. Se trata de un libro de entrevistas en el que el músico quería plasmar un perfil real de su carrera artística. Tras la muerte del compositor trasandino, Bove dio vida a “Cerati: Conversaciones íntimas”, un texto que rescata tres momentos de la vida de uno de los mayores exponentes del rock argentino. El Mostrador Cultura+Ciudad conversó con su autor.


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Cinco meses han pasado desde que Gustavo Cerati falleció tras un accidente cerebro vascular que lo mantuvo en coma durante cuatro años. El 15 de mayo de 2010  se detuvo una carrera musical imparable, que en ese momento lo tenía inmerso en el medio de una gira promocional de su último disco Fuerza Natural. Parecía ser una etapa particular del músico en la que todo encontraba su centro. Su música, sus shows y su vida privada, luego de años había decantado y se disponía a vivir la calma.

Con cinco discos de estudio, Gustavo Cerati coronaba una carrera musical como solista exitosa por donde se le mire. Giras por todo el mundo, canciones que son hits en todo Latinoamérica, un desarrollo musical que lo encaminó hacia la electrónica y luego de vuelta a un rock mucho más maduro y complejo. Además de los doce discos con Soda Stereo, su trampolín al estrellato y caldo de cultivo para el desarrollo de una visión musical panorámica.

Más allá de lo profesional

A mediados de la década de los 80 se divisaron un par de veces en bares que la escena pop rock argentina frecuentaba. Eran los inicios de una banda atrevida y calcetinera, que pronto haría sonar su nombre en todo Latinoamérica. Soda Stereo contaba con un Gustavo Cerati veinteañero que recién comenzaba a construir su identidad. En ese contexto se gestó la amistad con el autor del libro, Gustavo Bove, que se extendió hasta los últimos días del guitarrista.

Como periodista musical, Bove vio desde cerca el crecimiento de la escena musical argentina. Enmarcado en su trabajo, no sólo compartían charlas en los boliches de moda de la capital trasandina, sino que se reunían para realizar algunas de las entrevistas más significativas para el propio músico. Las conversaciones íntimas se igualaban en el diálogo profesional que los convocaba para hablar de sus últimos discos, analizar el proceso creativo, comentar los tópicos nuevos y los reiterativos, además de charlar con sinceridad de lo que pensaba y sentía.

Gustavo Bove

Gustavo Bove

Esta relación se ve plasmada en 140 páginas de un libro que había quedado pendiente, y que luego de la muerte del artista y compositor el 4 de septiembre del año pasado, retomó la actividad y se concretó. Así lo explica el autor: “Finalmente el destino nos terminó ganando la pulsada, nunca se pudo hacer. Y bueno cuando falleció yo sentí la necesidad de dejar un legado de su palabra, no de la palabra que todos conocían sacada de nota de prensa.”

El proyecto en realidad comenzó en 2006, en un periodo en que se estilaba realizar libros de entrevistas en conjunto entre periodistas y estrellas de rock. A Gustavo Cerati le llegaron muchas propuestas, pero sólo aceptó realizarlo con Bove: “Me dice sabés que estaría bueno porque nos conocemos hace tantos años y yo me siento muy cómodo charlando con vos. Bueno hagamos esto, juntémonos tres noches en casa y hagamos sesiones de tres horas y hablemos de mi historia personal y artística”, cuenta el autor.

Así se embarcaron en una idea que nunca pudieron concretar, la vorágine de la carrera del rock les quitó todas las oportunidades. Primero fue el lanzamiento de su cuarto disco como solista Ahí Vamos, placa que Bove define como su despegue definitivo. Luego vino el regreso de Soda Stereo, la reunión que en 2007 trajo de vuelta a la banda a Chile y que los embarcó en una gira de cuatro meses por todo el continente. Tras eso el descanso, para luego centrarse únicamente en la realización de un nuevo y último disco, Fuerza Natural, que marcó el cierre de su actividad musical.

Con el accidente cerebro vascular ocurrido en Venezuela en 2010, en el marco de la gira promocional de Fuerza Natural, la idea de un libro se enterró. En algún momento el autor retomó el material que había acumulado en tres décadas de amistad y se dio cuenta que podría llegar a un punto muy cercano al proyecto inicial. “En realidad más allá de la historia lo que queríamos mostrar era al Cerati persona, humano, era como iluminar a la persona detrás de la estrella”, señala Bove.

Vicioso de la vida

Alegre, el centro de la fiesta, trabajador incansable, un motor que no se detenía en la creación y en las ganas de hacer cosas. Así describe Gustavo Bove a Cerati. “Era una persona que tenía mucha humildad, era muy autocrítico, y eso lo hacía no sentirse más que nadie, era una persona como cualquiera, que tenía sus momentos de trabajo, muy excesivos, también tenía sus momentos de vagancia donde no le importaba más nada”, agrega el autor.

A través de las páginas de “Cerati: Conversaciones íntimas” es posible descubrir a una persona simple y a la vez compleja, que se entregaba a su carrera musical, pero que también sabía aprovechar los grandes momentos de la vida. Distendido y sincero, en un periodo alto de su vida, en el que podía tomar distancia y mirar hacia atrás para concluir que no se arrepentía de nada.

“Cuando miro para atrás, puedo criticar aspectos más superficiales pero, básicamente, quién te quita lo bailado. De última, ¡bailaste!… Me arrepiento más de lo que no hice, de todo lo que podría haber hecho y me hice una paja y no hice un carajo. Te voy a confesar algo: el mayor conflicto que tengo conmigo mismo es la vagancia. La gente me puede llegar a ver como una persona que hace cosas, pero tengo exagerados momentos de vagancia, donde no voy a ningún lado. De esos momentos, donde insisto tanto en la nada, son de los que realmente me arrepiento.”

Para el periodista de El Clarín, las entrevistas seleccionadas son charlas muy iconográficas dentro de la carrera de Cerati. Fue el periodo en el que el músico estaba mejor espiritualmente y personalmente, “ya se sentía un músico con todas las letras, estaba amigado con su obra, sentía que no le tenía que responder nada a nadie, mostraba una placidez espiritual increíble. Ya había tenido dos hijos, se sentía realizado como ser humano, y eso se trasluce en las notas.”

Son tres fotografías de momentos trascendentales en la vida del argentino. El libro abre con una entrevista realizada por el periodista para la revista URL Mag de Charly Alberti, baterista Soda Stereo, luego de la separación del famoso trío y el lanzamiento de su segundo discos como solista, Bocanada. Seguida de una conversación en el medio de la creación de su tercer disco, Siempre es Hoy, instancia en la que se delineó el título de la placa. Finalmente, el texto cierra con una entrevista realizada en medio del lanzamiento de Ahí Vamos, cuarto disco que marcó su potente regreso al sonido rock.

“Igualmente, aunque me involucro en lo que hago, tomo distancia y me doy cuenta de que no se me va la vida haciendo canciones… ¡La vida se me va por todos lados! Digo: la música es parte de la vida, pero no lo es todo. Esa es la diferencia entre tener veintipico años y cuarente y pico”, comenta Gustavo Cerati a Bove en una de las entrevistas.

“Amaba la vida, estaba constantemente en movimiento, era vicioso, pero vicioso de la vida. Siempre me decía que su canción favorita como solista era Vivo del disco Siempre es Hoy. Todo el que quiera buscar y escarbar en Gustavo el personaje oscuro que se sentaba a tomar cocaína es mentira, Gustavo no era así”, sentencia el autor.

Todo resuelto

Fuerza Natural había sido lanzado en 2009 con el sencillo homónimo y Déjà vu. Una placa de trece canciones que dejaba a la vista a un Gustavo Cerati calmo y maduro, que había sabido dejar fluir su música y conducirla a un punto de equilibrio. Así lo percibía el mismo músico, como lo describió el periodista de El Clarín hacia el final de su libro:

“Me acerqué a saludarlo y mi curiosidad me empujó a preguntarle cómo había quedado su nuevo disco, si estaba contento con el resultado final de la obra. Con el humo del tabaco recortando su expresión, sólo me dijo: ‘Después de este disco, puedo morirme tranquilo’.”

Frente a lo que Bove comenta: “Y a mí me sonó tan categórico, porque después de conocerlo durante tanto tiempo, Gustavo proyectaba cosas constantemente en su futuro, que lo usé para abrir la reseña de Fuerza Natural. Y al otro día de su muerte en El Clarín sacamos un suplemento especial de Gustavo y mi artículo lo cerré con esa frase. De última, si se fue, se fue conforme con lo que había hecho”.

Una carrera ascendente que esta vez ya no se proyectaba, el periodista afirma que para él Fuerza Natural estaba siendo el pináculo de su carrera, por lo que estaba en un momento excelente. Sin embargo, el foco era el último álbum, no existían otros planes o proyectos que quedaron inconclusos, más allá de trabajar en la gira promocional y mover el disco.

Ícono del rock

Cuando Gustavo Bove le preguntó a Cerati en la última entrevista seleccionada por cuál creía que era el lugar que ocupaba en la escena del rock argentino, el músico no percibía un espacio único para su música. Para responder el músico consideró la cantidad de canciones, álbumes y hits, además del impulso que lo caracterizó para siempre ir un paso más adelante:

“Pienso que no hay nadie que haya generado lo que yo generé, porque hice algo muy personal y particular. Por la cantidad de años, de alguna manera, me he convertido en un clásico, y eso no lo puedo evitar. Por otro lado, soy alguien que sigue proponiendo cosas diferentes cada vez. Entonces, también soy medio inagarrable en ese aspecto. Me gusta que sea así. Ese es el lugar que yo tengo. A lo mejor, mi lugar sea el de una especie de volante. A lo mejor, pienso, me muevo mucho más que otros. Quizá sea el más insatisfecho de todos.”

Frente a esto, Bove expresa su punto de vista. “Para mí Gustavo fue el músico más importante del rock hispanoparlante, pero por escándalo. Por todo el aporte que hizo a través de los años, por todas las generaciones que escucharon su música, por la calidad y la cantidad de canciones que hacía, porque era un poeta inigualable. Con Gustavo perdimos a un genio.”

El retrato de un humano

“Quedó esto y quedó buenísimo, yo estoy conforme porque más que nada quedó reflejado lo que fue Gustavo como humano, como artista y eso es lo más importante. Acá está Gustavo, pero el que se contradice, el muy trabajador o el que es muy vago, el que se caga de risa, contestándole a la gente, feliz. Es el retrato de un humano, con toda la complejidad que eso requiere”, manifiesta Bove.

El autor confiesa que para el aniversario del libro agregará un capítulo en el que narrará con detalles todo lo que pasó en los camarines del último concierto de Soda Stereo en el estadio de River Plate, en la gira Me verás volver de 2007. Esto, considerando toda la información que tuvo que dejar fuera para conformar un libro corto y fluido al leer.

Por el momento queda su palabra vista desde la vereda de un amigo, adornada de fotografías y contextualizada con anécdotas de lo que estaba siendo el circuito musical argentino. Otros proyectos bibliográficos también harán su aparición durante el año, retomando la vida de esta figura de la música latinoamericana. Pero por sobre todo quedan sus letras, sus composiciones y el legado de un artista que se movió a su antojo por las tendencias musicales.

“Ese es el poder de la música también, porque en definitiva son canciones que te tocan de una manera y que te hacen cercano al personaje, pero van a seguir siendo canciones y Gustavo va a seguir estando vivo. Porque si algún día vos lo extrañás, agarrás el disco que más te gusta, lo ponés en la compactera y ahí va a estar Gustavo”, concluye Gustavo Bove.

 

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