La instalación puede ser visitada hasta el 23 de octubre
El origen del Centro Cultural Gabriela Mistral es recuperado en una instalación sonora de Karen Bascuñán, a partir de entrevistas de personas que participaron de la construcción de este simbólico edificio. Este proyecto permite la inmersión en la historia del centro cultural con conductores de sonido al hueso para que se sienta “adentro” del cuerpo, las voces de quienes construyeron el emblemático edificio.
La instalación del equipo coordinado por la investigadora Karen Bascuñan consiste en una hamaca que pende desde el techo del GAM e invita a quien pasa por allá disfrutar de un viaje por el tiempo. Al recostarse para escuchar los relatos de personas que participaron de la construcción del edificio, uno puede sentir e imaginar lo que pasó en la historia.
Al mismo tiempo que se escucha los relatos de vivencia de los trabajadores, se puede admirar las réplicas de obras de la colección del edifico original cómo el vitral de Juan Bernal Ponce y una de las ballenas de Manzanito. Así la obra se torna en una experiencia inmersiva, conmovedora e inspiradora. “Hemos tenidos hasta ahora comentarios diversos, la mayoría es de sorpresa con los recuerdos. Se muestra cómo una actividad lúdica, donde la gente se acerca, mira y por fin se recuesta para oír”, comenta la directora del proyecto.
El edificio ubicado en la Alameda fue construido en 275 días y se inauguró en 1972 como sede de la UNCTAD III. Luego fue el Centro Cultural Metropolitano Gabriela Mistral hasta el golpe de 1973, fecha en la que pasó a ser sede de la junta militar.
En este mismo espacio se entregaron los resultados del plebiscito que terminó con la dictadura en 1989 y luego se transformó en un centro de eventos. En 2006 se incendió y se decidió transformarlo en un centro cultural. Es a partir de esta historia que Karen Bascuñan y su equipo recogieron las entrevistas. “Empezamos a buscar por contactos del Centro Cultural y por redes sociales hasta que encontramos 20 personas que habitaron o trabajaron allá y grabamos los recuerdos que cuentan como ocurrió los factos históricos que marcaron el GAM”, cuenta.
La manera de escuchar las entrevistas es muy particular. Los dispositivos utilizados para oír no funcionan con audífonos, en realidad son conductores de sonido al hueso. La conducción ósea permite transmitir sonido a través de los huesos sin la necesidad de tener que utilizar los oídos. Aún así, se recomienda tapárselos.
La razón de utilizar esa tecnología -explica Karen- es permitir una escucha adentro, metáfora de la necesidad que requiere la memoria colectiva y emotiva. La intención es que los recuerdos logren sentirse en el interior de las personas y las vinculen a una dimensión que permita acercarse a lo que el coro de voces quiere señalar sobre una experiencia significativa del pasado.
“Con Fernando Godoy y Arturo Torres estuvimos buscando formas alternativas de escuchar. Quien frecuenta la instalación no necesita de audífonos, es posible oír de mejor manera a través de las vibraciones emitidas en una parte de la hamaca que está cerca del cráneo”, señala la artista.
La instalación puede ser visitada todos los días de las 09:00h hasta las 22:00 horas en la Plaza Central del Centro Cultural Gabriela Mistral hasta el 23 de octubre. En una segunda parte del proyecto se publicará un libro referente a la experiencia y reflexiones derivadas de esta propuesta que explora de manera sensorial la memoria colectiva.
