La obra es una apuesta diferente, transmedial, arriesgada y local, puesto que extrae elementos esenciales de las costumbres maulinas, sin caer en la clásica obra costumbrista, típicamente formalista, que se queda en la superficie del imaginario material y que no profundiza en los mundos de personajes ni en los lenguajes escénicos, al contrario, en este trabajo, Barrales utiliza recursos innovadores de la escena contemporánea, pero a la vez, permite al espectador identificarse a través de la escena.
Identidad, cartografía cultural y sentido de pertenencia, son lo elementos que resaltan de la propuesta de Luis Barrales, en la obra Ensayos de una familia de provincia bajo la producción del teatro regional del Maule.
Es una apuesta diferente, transmedial, arriesgada y local, puesto que extrae elementos esenciales de las costumbres maulinas, sin caer en la clásica obra costumbrista, típicamente formalista, que se queda en la superficie del imaginario material y que no profundiza en los mundos de personajes ni en los lenguajes escénicos, al contrario, en este trabajo, Barrales utiliza recursos innovadores de la escena contemporánea, pero a la vez, permite al espectador identificarse a través de la escena.
Comenzando con un extracto de “Animas de día claro”, todo parecía una clásica obra en un teatro regional y, a su vez, la audiencia pensaba que se había equivocado de obra, sin embargo, la propuesta nos sorprende a través de un giro dramático, en la que nos damos cuenta que, en realidad, es un grupo de actores que deciden no seguir actuando esa obra y reflexionan sobre los elementos teatrales y dramáticos que deben abordar para llegar al público, por tanto, optan por realizar un montaje que retrata una familia talquina, en la que, como audiencia, nos identificaremos a través de su comicidad, signos identitarios y tragedia en la que culmina.
“Ensayos de una familia de provincia” es una obra escrita y dirigida por el reconocido dramaturgo nacional, Luis Barrales y que, por cierto, cuenta con un elenco talquino, compuesto por seis actores, los que llegaron a la fase final del proceso que empezó a partir de un taller teatral: Azul Reyes, Francisca Navarrete, Haydee García, Héctor Fuentes, Nely Carrasco y Patricia Fredes.
Es importante recalcar que el elenco es un factor que hace tan interesante este proyecto, precisamente por ser una forma concreta de descentralización del artes, particularmente en el factor de creación de nuevas audiencias, desde la acción teatral-escénica y trabajo artístico que posee la misma, y por otro lado, se brinda la posibilidad a nuevos artistas regionales de participar de un montaje profesional y de calidad, con nuevos espacios que potencian el crecimiento cultural en regiones.
La creación de nuevas audiencias, desde esta perspectiva, no se realiza sólo fabricando un gran número de obras teatrales gratuitas para el libre acceso de todos, sino que esta requiere un trabajo mayor, sobre todo de hacer partícipe a la sociedad entera de la acción teatral: con montajes, conversatorios, talleres, etc. de este modo, las familias, amigos, comunidad en general, entienden el teatro y participan en él, también en las artes en general, como un elemento importante en términos humanos, como un creador y aglutinador de identidad social.
Por este factor, me parece interesante y a la vez inteligente el proyecto iniciado por el prestigioso Teatro Nacional del Maule, debido a que el proyecto, en su diseño de origen, reúne distintos factores trascendentes a mi parecer; tales como: la convocatoria inicial para realizar la obra de teatro, en la cual se invitó a distintos actores profesionales y amateur a un taller teatral para seleccionar a los futuros participantes de la puesta en escena, por otro lado, la obra no sólo se crea para una función única en la ciudad de Talca, sino que esta viajó a la ciudad de Linares y luego las funciones culminarán en la región Metropolitana en el festival Santiago OFF. Es decir, desde la región de Maule, nace un proyecto artístico que participa en un festival Santiaguino, y no a la inversa como se produce comúnmente.
Otro elemento fundamental es el factor integrador que propone la apuesta, puesto que posee varias características que hacen atractivo al proyecto, en primera instancia, un director y dramaturgo contingente en la escena nacional, recursos teatrales actualizados que, al mismo tiempo, investigan en la transmedialidad, utilizando diversos elementos que dialogan en escena, tales como la utilización de muñecos, videos, recursos que rompen con la ficción de la obra y con la convención teatral realista, que a su vez generan distanciamiento de la normalidad y proponen un juego de resignificación del lenguaje teatral.
Elementos que, en efecto, favorecen a la pieza artística a distanciarse de lugares comunes del típico teatro más costumbrista o clásico que comúnmente se hace en provincia, por el contrario, este se arriesga a realizar un propuesta con gran fuerza escénica.
“Este año realizamos una propuesta arriesgada”, comenta la directora de programación Victoria flores y el encargado de comunicaciones, Manuela Rojas, “puesto que antes, de igual forma, se llamaba a un director connotado, sin embargo, generalmente la propuesta dramatúrgica estaba determinada y el diseño de proyecto no tenía las mismas características”.
“Antes hacíamos más sin embargo ahora hacemos menos pero por lo mismo reflexionamos más lo que hacemos” comentan los encargados en las gestiones principales del proyecto.
Bajo este punto de vista, el Teatro Nacional del Maule es muy acertado y contingente en torno al acontecer cultural, están actualizados con las tendencias dramatúrgicas y de trabajo escénico que están marcando sentido e interés para el país.
“Siempre trabajo desde las propuestas de la escena, esta obra la hicimos todos” comenta Luis Barrales, a la hora de disponer en escena todos los elementos dialogantes. Es interesante esta forma de abordar la dramaturgia que utiliza Barrales, puesto que le entrega a la misma una vida propia y un dinamismo central en su concepción escénica, es una forma más colectiva de aproximarse a la dramaturgia, los actores proponen desde ciertos contextos previamente determinados y, luego, este dramaturgo le entrega la fuerza, el mundo propio y su sello que siempre queda impregnado de ese diálogo, como él mismo dice: “Me aburro escribiendo sólo”.
La propuesta de Barrales entrelaza el drama y la comedia, no dejando atrás su sello determinante que se traduce en la mirada de crítica social que, desde luego, está presente en esta obra; una hija que trabaja para pagar sus estudios, un padre despedido, una madre que en las grietas de su cara refleja el cansancio de la vida esforzada, una hija avergonzada de su situación actual y una pequeña llena de esperanzas e inocencia que desenlazan en una tragedia son los mundos humanos fundamentales del trabajo, que culminan con un texto en versos de cabo roto, maravillosamente concatenados, y que pertenecen a esta antigua y sensible forma de decir los versos sin terminar las palabras, pero que dejan ver la lógica de las frases igual, una tradición española proveniente del Quijote de la Mancha.
Sin duda, es importante para el teatro y la cultura que surjan estos eventos artísticos, puesto que la región del Maule, a través de este teatro y los múltiples proyectos que surgen de él, tales como opera, talleres, teatro, educación y música, logran ser un ejemplo de gestión cultural y movimiento artístico regional, para ser replicado en otras ciudades fuera de Santiago, es realmente un proyecto admirable, sin duda, porque trae a la conciencia un hecho de la causa fundamental: el arte le da vida a las ciudades y les entrega identidad.