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El retratista de la UP y la dictadura es premiado por el Consejo de la Cultura El fotógrafo Marcelo Montecino obtuvo el galardón «Antonio Quintana»

El retratista de la UP y la dictadura es premiado por el Consejo de la Cultura

Sus imágenes denunciaron los abusos del régimen, pero también mostraron la vida diaria en las calles de nuestro país. Además, conserva una amplia colección de sucesos de América Latina, una vitrina de la Guerra Fría en Ecuador, Perú, El Salvador, Nicaragua y Bolivia. «Recorrí América Latina, reporteando para diversos medios, pero siempre consideré que Chile era mi historia, mi tema», comenta en esta entrevista.


El veterano retratista de la UP y la dictadura, el fotógrafo chileno Marcelo Montecino Slaughter (1943), el mismo que tomó imágenes icónicas del Estadio Nacional como centro de detención o de La Moneda destruida tras el golpe, contemplada por una multitud, recibió un premio histórico.

El maestro de 74 años logró el Premio a la Trayectoria en Fotografía Antonio Quintana 2017, que otorga desde el año pasado el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a un representante de la disciplina cuya contribución haya sido significativa desde la difusión, la práctica o la reflexión en torno al arte de capturar imágenes.

Hijo de una periodista del diario La Nación, Montecino, que ha vivido a medias entre Estados Unidos (adonde se marchó la primera vez a los 11 años, y donde luego hizo estudios secundarios y universitarios) y Chile, que fotografió la convulsa Centroamérica de los años 80, y perdió a su hermano Christian a manos de la dictadura, tomó el galardón como una «dignificación de la fotografía».

«Para mí es una sorpresa y un honor tener mi nombre ligado a Antonio Quintana, y tener este reconocimiento a mi vuelta a Chile», expresó a este medio, en referencia a su colega (1904-1972), uno de los principales organizadores de la exposición El rostro de Chile que se considera el reportaje fotográfico más completo de la sociedad chilena en los años sesenta.

Las imágenes de Montecino denunciaron los abusos del régimen, pero también mostraron la vida diaria en las calles de Chile. Además, conserva una amplia colección de sucesos de América Latina, una vitrina de la Guerra Fría en Ecuador, Perú, El Salvador, Nicaragua y Bolivia.

Managua, 1982.

Medio siglo de trabajo

El acta del jurado indica que se otorga el Premio Quintana 2017 a Marcelo Montecino por “su trayectoria de más de 50 años. (…) Posee una voz personal de gran calidad autora, coherente, diversa, y comprometida con la realidad política, social, cultural de Chile y Latinoamérica, con una reconocida trayectoria nacional e internacional con exposiciones, publicaciones y presencia en colecciones nacionales e internacionales”.

Montecino comentó, en modo humor, que el jurado tomó el cuenta su longevidad.

«Llevo 55 años haciendo fotos. El primer hito de mi carrera fue volver el año 62 de Estados Unidos después de haber hecho la secundaria allá. Llegué a los 18 años y para mí Santiago fue toda una experiencia, a veces bastante lúgubre y terrible, de ver la pobreza en esos años en Chile», recuerda. «Eso me marcó siempre».

Aunque luego de eso regresó a Estados Unidos para estudiar Relaciones Internacionales en la Universidad George Washington, y cursar además una especialización en Estudios Latinoamericanos, estuvo en Chile todo el año 73 para ser testigo de los últimos días de la Unidad Popular, del golpe y la feroz represión de los primeros días.

«Iba a las marchas de la UP y hubo varios episodios que marcaron mi vida para siempre. Me acuerdo especialmente de la última marcha de la UP, el 4 de septiembre, parado en los escombros del Metro (de la Alameda, donde se construía la Línea 1), y ver a la gente pasar, y de cómo la gente me aplaudía por sacar fotos. En esa época poca gente tenía cámara, y a la gente le encantaba ser fotografiada».

El fotógrafo Marcelo Montecino.

Conciencia histórica

Con apenas 30 años, ¿tenía Montecino conciencia del momento histórico que se vivía en ese momento?

«Pero claro que sí. Tenía plena conciencia de lo que estaba pasando. Con muchos amigos pensábamos que iba a ser un golpe blando, tipo nasserista (en referencia al ocurrido contra la monarquía en Egipto en 1952). Teníamos varios escenarios, pero a los tres o cuatro días del golpe me di cuenta que iba a ser totalmente distinto».

Él mismo sería arrestado a fines de septiembre frente al Estadio Nacional por hacer fotos. Pasó algunas horas detenido junto a dos colegas norteamericanos, pero como al otro día estaba prevista una visita de la prensa internacional, lo dejaron ir. Tras el asesinato de su hermano Christian, también fotógrafo, en octubre, Montecino se fue en noviembre de Chile, aunque siempre volvería.

«Después recorrí América Latina, reporteando para diversos medios, pero siempre consideré que Chile era mi historia, mi tema. Empecé a volver regularmente, tres o cuatro veces al año». Así viviría casi toda la dictadura.

Comentarios sobre su obra

Los retratos de esa época son parte de la histórica exposición «Prueba de vida. Chile 1973-1990″, que se exhibió en el Museo de Arte Contemporáneo en septiembre de 2013.

Samuel Salgado, curador de esa muestra, señaló en la ocasión que Montecino “es uno de los pocos fotógrafos que tiene un trabajo sistemático y constante sobre el periodo de Allende, el golpe, la dictadura y la llegada de la democracia».

«Él recogió y sistematizó una mirada sobre eso y estuvo constantemente desarrollando un trabajo a propósito de Santiago y las regiones, con una perspectiva fotográfica documental. Una de las características de su trabajo es que uno puede tener una perspectiva sobre el periodo a partir de su archivo fotográfico».

Montecino recibirá el premio de manos de la presidenta Bachelet en el Palacio de La Moneda, convirtiéndose en el segundo galardonado después de Luis Poirot, quien formó parte del jurado de este año, que además estuvo integrado por los fotógrafos Paz Errázuriz y Hector López; la curadora Carla Möller; el investigador José Pablo Concha; el editor Pablo Slachevsky y, representando al CNCA, Carlos Rammsy. Recibirá 6 millones de pesos y un diploma que certifica su invaluable contribución a la fotografía de autor.

«Representa el espíritu de aquellos fotógrafos que durante años cruciales capturaron con su cámara no solo los procesos de cambio del siglo XX, sino también el tránsito al mundo contemporáneo, desde la óptica de los movimientos sociales, pero también desde la vida diaria de nuestras calles. En el trabajo de Montecino se resume una carrera larga y diversa, que corresponde reconocer a través de este premio”, señaló el ministro de Cultura, Ernesto Ottone.

Ademas de exhibir permanentemente en Europa, Estados Unidos y Chile, Montecino ha sido galardonado con los premios de la revista mexicana Proceso en 1981 por su libro “Con sangre en el ojo” (el jurado estuvo compuesto, entre otros, por Gabriel García Márquez y Julio Cortázar) y Altazor de las Artes Nacionales por su libro “Irredimible” en 2012.

Mensaje a las nuevas generaciones

Hoy Montecino ve un boom de la fotografía. «Hay muchos fotógrafos que me gustan. Se están haciendo cosas muy valiosas», aunque agregó que «hay también una inundación de fotos digitales, muchas de las cuales son demasiado posmodernistas para mi gusto. A mí, que soy de la vieja escuela análoga, mucha de esta fotografía me parece demasiado cerebral».

«A las nuevas generaciones les recomendaría que tuvieran otro oficio también, como lo hice yo durante mucho tiempo, para poder ganarse la vida y fotografiar lo que uno quiere».

Él fue durante mucho tiempo intérprete simultáneo en Washington para organismos internacionales.

En cuanto a lo artístico, dijo que todos tienen que descubrir su propio métier, como dicen los franceses. «La fotografía es una mezcla muy extraña entre la parte formal y la parte emocional. Yo soy más del lado emocional, pero no hay que dejar de lado la buena composición».

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