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Entrerrejas: los viejos fantasmas del espacio público cercado sacuden al Parque Forestal Alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, reflotó vieja polémica

Entrerrejas: los viejos fantasmas del espacio público cercado sacuden al Parque Forestal

No hay unanimidad entre los vecinos, expertos ni las mismas autoridades. Sin ir más lejos, el intendente de Santiago, Claudio Orrego, rechazó la idea pues «sería declarar la derrota ante la delincuencia». El tema de la inseguridad es clave en el debate. Mientras los delitos efectivamente han aumentado en los últimos cuatro años en la comuna, han caído a nivel de la Región Metropolitana y el país, mientras la ciudad sigue siendo la más segura de América Latina.


Una polémica quedó abierta luego de que el alcalde comunal de Santiago Centro, Felipe Alessandri, aceptara evaluar la posibilidad de colocar rejas al Parque Forestal para combatir los problemas de inseguridad que sufre el lugar, especialmente de noche.

“Idealmente estoy por tener un parque abierto, pero tampoco descarto, si hacemos un plebiscito y los vecinos estiman que podría cerrarse con estas condiciones de radio nocturno, de 00:00 a 06:00 horas, podría ser una alternativa (…) no lo descarto siempre que los vecinos así lo estimen”, manifestó Alessandri en Radio Cooperativa hace una semana.

Asimismo, Héctor Vergara, presidente de la junta de vecinos del sector, aseguró que el horario en que más se producen situaciones de riesgo es durante la madrugada, y que lo ideal para los vecinos sería retomar la mesa técnica de seguridad del Parque Forestal, que involucra a los vecinos, el municipio y la policía.

Actualmente ya hay varios parques de la capital con rejas, como la Quinta Normal, el Parque O’Higgins, el Parque Intercomunal de La Reina y el Parque Araucano en Las Condes. Sin embargo, no hay unanimidad entre los expertos ni entre las mismas autoridades. Sin ir más lejos, el intendente de Santiago, Claudio Orrego, rechazó la idea pues «sería declarar la derrota ante la delincuencia».

«Creo que es importante que los vecinos, policía, el municipio, y nosotros como Intendencia hagamos más esfuerzos para que este parque esté libre de incivilidades y delitos», enfatizó.

Para el arquitecto Claudio Magrini, de la Universidad Diego Portales, cerrarlo sería «una estupidez que va contra la tendencia mundial» a nivel urbano, mientras el Observatorio urbano Cite también está en contra al estimar que no se puede cerrar un lugar para vecinos locales un espacio que además es usado por habitantes de otras comunas.

La concejal por Santiago, Rosario Carvajal, en tanto, apuntó a las enormes dificultades que enfrenta el proyecto, no sólo desde el punto de vista económico, sino por la calidad de Monumento Nacional del área, aunque admitió que hay problemas de seguridad que resolver.

Vieja polémica

El Parque Forestal fue inaugurado en 1905 y abarca unas 17 hectáreas. A pesar de que es administrado por la Municipalidad de Santiago, colinda con las comunas de Recoleta y Providencia.

Debido a su ubicación central y el hecho de que incluya el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), el Museo de Arte Contemporáneo, así como la cercanía de sectores turísticos como los barrios Lastarria, Bellavista y el Mercado Central, atrae un enorme flujo de visitantes.

La polémica de las rejas no es nueva. Desde hace años que los vecinos del parque se quejan de que especialmente de noche hay delincuencia, consumos de drogas y sexo. El propio Alessandri, en su calidad de concejal, habló de cerrar el parque en 2008, hace casi una década, y al igual que ahora pidió realizar una consulta ciudadana al respecto.

“En el parque siempre hay asaltos, durante las protestas rompen todo y los guardias municipales no tienen atribuciones. Por eso creemos que con un parque cerrado tendríamos mejores resultados”, aseguró Alessandri en esa oportunidad. Sin embargo, la idea fue rechazada en ese entonces por la administración del entonces edil, Raúl Alcaíno.

Tendencias mundiales

A nivel mundial, la medida también ha sido practicada, como sucedió en Buenos Aires con el Parque Rivadavia, que fue cerrado en 2003 con los mismos argumentos. Lo mismo ocurriría en 2013 con el Parque Centenario, donde las rejas se aplicaron entre polémica porque los vecinos no se ponían de acuerdo.

En Estados Unidos, en cambio, se dio una iniciativa al revés, específicamente en la ciudad de Los Angeles, en 2008.

Allí en el verano se extendió el horario en que ocho parques se encuentran abiertos, con la incorporación de actividades deportivas, culturales y religiosas desde las 19.00 a las 00.00 horas, mediante el proyecto “Proyecto Luces de Verano por la Noche”. El objetivo es «mantener la ciudad activa por más horas y hacer que, precisamente ese movimiento, la vuelva un lugar más seguro».

De manera más reciente, en México, en marzo pasado, fue una universidad privada la que decidió eliminar sus muros para integrarse con la ciudad, en Monterrey. «El objetivo es que la zona se convierta en un ejemplo de “corresponsabilidad” en el que participen ciudadanos y académicos en un proceso de regeneración urbana», informó al respecto el diario español El País.

«Al aislarnos en lugar de beneficiarnos y enriquecernos, nos estamos empobreciendo», señaló al respecto uno de los impulsores del proyecto.

Los datos sobre la inseguridad

El tema de la inseguridad es clave en el debate. ¿Qué dicen los datos? Mientras los delitos efectivamente han aumentado en los últimos cuatro años en la comuna de Santiago, han caído a nivel de la Región Metropolitana y el país, mientras la ciudad sigue siendo la más segura de América Latina.

Según datos de la Subsecretaría de la Prevención del Delito del Ministerio del Interior, entre enero de 2012 y diciembre de 2016, la Tasa de Casos Policiales por Delitos de Mayor Connotación Social (DMCS) en la comuna de Santiago, como robos, hurtos, lesiones, homicidios y violaciones, pasaron de 18,3 a 20,7 por cada 100.000 habitantes, un aumento de 13,1%. En ese mismo periodo, en la Región Metropolitana la tasa cayó 7,1%, mientras a nivel país la caída fue de 9,1%.

Al mismo tiempo, Santiago es la ciudad más segura de Latinoamérica, según el Índice de Ciudades Seguras de The Economist de 2015, que además incluye temas como salud e infraestructura. El ranking, liderado por Tokio, Singapur, Osaka, Estocolmo y Amsterdam, ubica a Santiago en el puesto 28, superado a nivel iberoamericano sólo por Barcelona (15) y Madrid (21). La siguen Buenos Aires (31), Lima (33) y Rio de Janeiro (35).

Por otro lado, según informó la Organización Mundial de la Salud en mayo pasado, mientras Latinoamérica tiene la mayor tasa de homicidios del mundo, con 18,6 por cada 100.000 habitantes frente al 6,4 mundial, Santiago tuvo en 2015 la menor de la región, con 3,9, menos que Buenos Aires (4,9) o Nueva York (5,10), con Caracas en el otro extremo (122).

Opiniones locales

Rosario Carvajal, además de licenciada en Historia, es una de las 10 concejales de Santiago Centro y es parte del Consejo Comunal de Seguridad.

«Yo empatizo y comprendo la desesperación de los vecinos. En muchos parques y áreas verdes de la comuna está muy desbordado el tema de la delincuencia», admitió.

En el caso del parque, lo atribuyó entre otros a la cercanía del Barrio Bellavista, que es compartido entre Recoleta y Providencia, «una zona saturada, con patentes de alcohol. Además acusó «un abandono de la acción de Carabineros en estos sectores», donde incluso los vecinos acusan que «no se toman las denuncias. Hay que reforzar la acción de Carabineros y esa facultad la tiene la Intendencia».

Aún así, Carvajal no cree que la reja no es la solución, a no ser que se limita al perímetro de los museos del MNBA y el MAC, «por el tema del graffitti y porque se han convertido en baño público, donde la orina traspasa los muros». Pidió, más bien, un «plan integral que refuerce la seguridad vecinal», incluido el equipamiento urbano (como las luminarias).

«Desde mi punto de vista, (enrejar) es una estupidez enorme, atroz, exactamente lo contrario de lo que hay que hacer», complementa el arquitecto italiano Claudio Magrini, director del Magister Territorio y Paisaje de la UDP. «Lo que habría que pensar más bien es en ciudades integradas e inclusivas, y no segregadas, que es lo que hacen las rejas».

«Hay que involucrar a la gente para que cuide más su propio espacio público. A nivel mundial la intendencia es incluir los espacios públicos en el espacio urbano, que no haya barreras, ni físicas ni visuales, entre otros para las personas de capacidades reducidas».

«Obviamente hay que ser más creativos, no pensar en términos cuantitativos sino cualitativos. La pregunta es cómo hacer que un espacio público que tiene una enorme incidencia en la calidad de vida de Santiago se pueda cuidar sin tener que enrejarlo», dijo. «Mientras más de usa el espacio público, más se reduce la inseguridad», recalcó.

El geógrafo Pedro Palma, uno de los fundadores del Observatorio de Ciudades Integradas al Territorio (Cité), destaca que en vista de la ausencia de áreas verdes en el centro de la capital el Forestal prácticamente cumple la misión de ser un «parque metropolitano», que no puede ser «privatizado» por un grupo de vecinos del sector que recibiría las llaves en caso de ser enrejado, como ha planteado el alcalde comunal Alessandri.

«Su uso no se limita sólo a (la comuna) de Santiago, sino también a las comunas aledañas. Es un punto a considerar, porque los vecinos no están pensando en el uso colectivo. No es un espacio privado de los vecinos (del sector). Además no sólo se usa de día, también de noche», señala. Además de la coordinación con las policías, debe haber «un involucramiento de la comunidad para protegerlo».

Por eso Carvajal dice que la idea deberá discutirse no sólo con los vecinos de su comuna, sino también con los de Recoleta e Independencia, así como la Intendencia y el propio Consejo de Monumentos Nacionales, ya que está en la categoría de «zona típica» desde 1997.

De lo contrario, «siento que se convierte, yo siento, en una solución un poco populista, más efectista que efectiva, a conflictos que son mucho más profundos. Ojalá con una drone o una reja se solucionara todo». Y puso como ejemplo el Parque San Borja, «donde la reja no evitó la muerte de (Daniel) Zamudio», un joven homosexual que fue torturado y asesinado en 2012 por tres neonazis en ese lugar.

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