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Rainer Klausmann: «Simplemente espero que me bese la musa» Realizó una charla en el marco de SANFIC 13

Rainer Klausmann: «Simplemente espero que me bese la musa»

El conocido director de fotografía suizo-alemán, Rainer Klausmann, aseguró que en su trabajo no sigue ningún proceso ni regla habitual, sino que, simplemente espera que lo bese la musa


Klausmann, que presentó en la Cineteca Nacional de Chile su última colaboración con el director Fatih Akin, la película «In the Fade», sostuvo un conversatorio con admiradores y periodistas que se extendió desde la noche del jueves a la madrugada del viernes, en el que repasó su carrera, marcada por sus colaboraciones con cineastas como Werner Herzog, Oliver Hirschbiegel o Fatih Akib.

En el conversatorio Klausmann indicó que en su trabajo no hay una regla habitual, sino que llega al lugar del rodaje y ve qué es lo que hay que hacer, ya que aunque sabe más o menos qué escenas vienen, tiene que ver con cómo desarrollarlas. «Pero no me gusta preparar nada», subrayó.

Por ello, Klausmann, que participa en el festival como jurado de la Competencia Internacional consideró que grabar, por ejemplo, las imágenes de la naturaleza, que él hizo en «Gasherbrum, la montaña luminosa», de Herzog, es algo que «cualquiera podría filmar, ya que las montañas y las nubes «están ahí, es llegar y filmar».

Pero, precisó, «también depende de lo que uno quiera narrar. Esa es la diferencia entre un turista y yo».

«La idea es cómo traducir esa visión de la cabeza de Herzog, cómo hay que mostrar lo que él se imagina, trato de entender lo que las personas quieren decir para poder entender qué es lo que quieren de mí, porque si es algo que no puedo entender entonces simplemente no lo puedo hacer», apuntó.

Klausmann, que comenzó a ser conocido tras colaborar por primera vez con Herzog en la aclamada «Fitzcarraldo» explicó que él nunca le ha propuesto que se inspire y busque ideas en otros ámbitos antes de filmar. «No hay nada antes ni nada después», remarcó.

«Él tiene la visión de lo que debe ser y tiene la capacidad de influenciar a la gente, por lo que cuando muestra un lugar que le convence yo llego y lo hago», declaró.

A diferencia de Herzog, con Fatih Alkin, director con el que ha colaborado desde «Solino», Klausmann admitió que habla mucho de todo tipo de películas y que con él no duda en cambiar los guiones.

«La verdad es que en estas conversaciones muchas veces pasa que se va cambiando el guión, una idea lleva a otra, y se transforma todo, incluso durante la mañana de un rodaje», detalló.

Respecto de Oliver Hirschbiegel, con el que colaboró en la aplaudida «La caída», Klausmann expresó que en esa ocasión no dudó en llevar la contraria al productor Bernd Eichinger, para rodar la película tal y como él se imaginaba que podría haber sido vivir dentro de un búnker.

Para ello pidió que el techo estuviera un metro más abajo que el original y que las paredes fueran fijas de manera que solo se pudiera iluminar con las luces del búnker.

Klausmann, que afirma que nunca va al cine por un camarógrafo, sino por las historias, opinó que eso de poder mirar por el foco y mover la cámara, «es lo mejor que puede pasar, porque él es el único que ve cómo va a ser la película».

Aunque desde 2014 ya no opere él mismo la cámara debido a que se rompió la cadera cuando rodaba «El padre», admitió que le ha sido «un poco más fácil» desprenderse de la cámara porque no le gustan las cámaras digitales, y considera al visor «terrorífico».

«Se ve plano, todo artificial, y no se ve nada, siempre hago la iluminación a ojo y ahora hay un televisor que está puesto ahí y no me lo creo, yo solamente creo lo que veo», finalizó.

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