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DAAD: Intercambio de artistas para combatir el populismo Programa de artistas residentes más renombrado de Alemania

DAAD: Intercambio de artistas para combatir el populismo

En lugar de aislamiento, la nueva jefa del Programa Berlinés para Artistas del DAAD, Silvia Ferhmann, apuesta por el intercambio abierto entre las artes. ¿Una respuesta suficiente a los nacionalismos y populismos?


Desde enero de 2018, Silvia Ferhmann dirige el Programa Berlinés para Artistas del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD, por sus siglas en alemán). Cada año, el programa de artistas residentes más renombrado de Alemania invita a alrededor de 20 artistas de todo el mundo a Alemania, ya sean literatos, músicos, cineastas o artistas plásticos. No solo se les permite, sino que se les anima a participar en el debate político y estético del país.

DW: Sra. Ferhmann, ¿cómo funciona este programa en tiempos de auge de los nacionalismos y populismos de derecha?

Silvia Ferhmann: Actualmente, el Programa Berlinés para Artistas en efecto tiene un nuevo significado. Fue creado en tiempos de la Guerra Fría para renovar el paisaje cultural berlinés. Su objetivo central es invitar a destacados artistas internacionales a Berlín – es una invitación a detenerse, reflexionar y recibir impulsos para nuevas creaciones. En el transcurso del tiempo, el programa se ha tenido que enfrentar a nuevos retos: tras la reunificación, por ejemplo, se dedicó a descubrir la producción cultural en el Este de Europa. Y, en el marco de la globalización, nos enfocamos sobre todo en artistas del sur global.

Desde mi punto de vista, hoy día las expectativas respecto de Alemania son grandes, al igual que de Berlín, como una ciudad abierta en la que el discurso público es posible, un lugar en el que se enaltece la libertad del arte y de la ciencia. El Programa Berlinés para Artistas es un instrumento esencial para señalar las posibilidades de un discurso crítico.

¿Cómo puede este programa del DAAD contrarrestar los nacionalismos?

Las figuras internacionales que invitamos pueden aportar perspectivas importantes. Por ejemplo, en lo que respecta a la pluralización de las historias. Hay muchas historias, no solo una. También el pasado se puede contar de una u otra manera. Muchos artistas contemporáneos trabajan hoy con archivos, muchos literatos y cineastas se dedican ha reescribir la narrativa histórica.

En tiempos de los neonacionalismos siempre es importante hacer visible la pluralidad de las historias, y combatir la idea de que hay un idioma puro, una cultura pura, que existe sin influencias externas. Una cultura siempre se crea a partir de la traducción, la transferencia, la mezcla. Uno de los fuertes de los artistas es pensar las cosas desde un ángulo diferente, algo que permite una libertad completamente nueva.

¿Cuáles son sus prioridades?

Para mí, es importante crear un espacio de resonancia para las imágenes, ideas e historias que aportan nuestros invitados. Un espacio de resonancia en el que también tenga la palabra la población internacional de Berlín y en el que los muchos artistas y científicos que han escogido la capital alemana como su hogar se vuelvan parte de esta discusión analítica del arte, la literatura, la música y el cine.

Por otro lado, me interesan mucho las posibilidades que existen en el espacio entre el arte y la ciencia y cómo se transforman las prácticas artísticas. Hoy día, muchos artistas combinan diferentes géneros. Hay artistas plásticos que se ven como escritores, músicos que hacen más bien performances, literatos que trabajan como curadores en museos. Berlín es un escenario ideal para la transformación de las prácticas artísticas porque aquí muchos artistas y un público muy exigente siguen el desarrollo de las artes.

¿Esta mezcla de géneros también se refleja en el trabajo de los invitados de 2018?

Uno de nuestros invitados es el poeta argentino Sergio Raimondi, quien se ve como investigador y tiene una concepción altamente politizada de la poesía. No solo es lírico, sino también editor, curador y fue director del Museo del Puerto de su ciudad natal, Bahía Blanca. Además, está de visita la música taiwanesa Liping Ting, cuya obra se mueve entre la danza, el arte de video, la fotografía, la poesía y el arte sonoro.

El compositor boliviano Carlos Gutiérrez es inventor de instrumentos, director, investigador de las culturas indígenas de Bolivia y hace música experimental con instrumentos autóctonos. Por un lado, la artista austriaca Ashley Hans Scheirl imparte clases de pintura contextual en la universidad, por otro, es una importante voz del cine queer en Austria. De Singapur, tenemos a Ho Rui An. Es artista plástico, autor y artista de performance.

Este tipo de conexión transversal entre el arte contemporáneo, la música, la teoría y la performance es un motivo recurrente en el trabajo de muchos artistas contemporáneos. Esto se debe en parte a que tienen que abordar el complejo presente en el que vivimos y encontrar múltiples formas de acercamiento.

Desde el primero de enero de 2018, Silvia Ferhmann dirige el Programa Berlinés para Artistas del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). Anteriormente fue intendente suplente y jefa del departamento de comunicación de la Casa de las Culturas del Mundo en Berlín. Fehrmann nació en Buenos Aires, donde trabajó en el Instituto Goethe e impartió clases en la universidad.         

El Programa Berlinés para Artistas existe desde 1963. Se financia a través de recursos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania y de la Ciudad de Berlín. Más de 1.000 artistas han llegado a Berlín con ayuda de una beca. Entre ellos: Margaret Atwood, John Cage, Svetlana Aleksiévich, Imre Kertész, Marina Abramovic, Mario Vargas Llosa, Susan Sontag, Gao Xingjian, Ingeborg Bachmann, Jim Jarmusch.

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