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Academia de Cine de Chile: una vieja aspiración que tomó vuelo con impulso feminista CULTURA

Academia de Cine de Chile: una vieja aspiración que tomó vuelo con impulso feminista

«Queríamos dar una señal que es importante que fomentemos la diversidad, no sólo en el cine, sino en todo ámbito de trabajo. Son dos mujeres que son grandes cineastas, que están detrás de las cámaras. Una es una excelente directora de arte, que tiene un tremendo prestigio internacional, y la otra es una vestuarista, también espectacular. También quería dar una señal de cuán inclusiva es la academia», dijo el flamante presidente Giancarlo Nasi, quien estará acompañado de Estefanía Larraín y Muriel Parra.


En medio de la ola feminista, la recién creada Academia de Cine de Chile no se quiso quedar atrás. Nace con una importante presencia femenina, y una directiva transitoria tripartita compuesta por un hombre y dos mujeres.

La entidad será presidida inicialmente por el productor Giancarlo Nasi, quien estará acompañado por la directora de arte Estefanía Larraín (tesorera) y la directora de vestuario Muriel Parra (secretaria).

«Queríamos dar una señal que es importante que fomentemos la diversidad, no sólo en el cine, sino en todo ámbito de trabajo. Son dos mujeres que son grandes cineastas, que están detrás de las cámaras. Una es una excelente directora de arte, que tiene un tremendo prestigio internacional, y la otra es una vestuarista, también espectacular. También quería dar una señal de cuán inclusiva es la academia», dijo Nasi.

Constanza Larenas, directora de CinemaChile, en cuya oficina se creó formalmente la Academia.

Constanza Larenas, directora de la agencia de promoción de cine chileno CinemaChile, en cuyas oficinas se realizó el acto formal el viernes pasado, dijo que era «un momento histórico para el cine chileno, en un año en que hemos tenido el honor de traer a casa el Oscar a Mejor Película Extranjera de mano de Sebastián Lelio».

En el lugar, junto a Lelio, destacó además como una de las primeras fundadoras de la Academia la premiada actriz Paulina García (Oso de Plata en Berlín por «Gloria»).

La actriz Paulina García firma como una de las fundadoras de la nueva Academia.

Cine dominado por hombres

El mundo del cine, al igual que el resto de la sociedad, es un ámbito dominado por hombres. La cineasta Marily Rivas señalaba recientemente que en el séptimo arte sólo un 7% de los cineastas son mujeres, y en las películas, el 87% de los diálogos son hablados por hombres.

«Al retratar sólo a la mitad de la humanidad, se pierden temáticas importantes de reflexionar en la pantalla», decía  al respecto su colega Constanza Figari.

Larraín señaló que el sello de la inclusión de la nueva Academia está dado por la invitación de personas de todas las áreas para formar la entidad. «Nos invitaron y obviamente aceptamos», señaló.

Estefanía Larraín.

La ceremonia además contó con la presencia de la ministra de Cultura, Alejandra Pérez, quien felicitó “la convicción y el coraje con que año tras año han luchado para sacar adelante a esta academia, que une a guionistas, actores, directores y productoras que trabajan por el cine chileno».

«Este es un día histórico para el campo audiovisual chileno, para la difusión de sus obras y sobre todo para el necesario vínculo con los públicos. Con la creación de esta academia estamos iniciando un camino que hace mucho ya pavimentaron países como Estados Unidos, España y México, que organizan sus propios premios Oscar, Goya y Ariel, respectivamente, y que es uno de los propósitos de esta nueva institucionalidad. Como ministerio que también está naciendo, tenemos un compromiso con el cine chileno y con esta academia se está dando un gran primer paso”, dijo.

Profesionales de mérito

Estefanía Larraín posee pergaminos de sobre para integrar la nueva directiva. Trabajó en «Una mujer fantástica», la cinta de Sebastián Lelio que ganó el Oscar este año, pero además en otras películas galardonadas de Pablo Larraín como «El Club» (vencedor en la Berlinale), «Neruda» (Premios Fénix, donde Estefanía ganó como Mejor Diseño de Producción) y «No» (Quincena de Realizadores en Cannes).

Por su parte, Parra, además de compartir con su colega en «Neruda» y «Una mujer fantástica», participó en «Las niñas Quispe», «El regalo» y la taquillera «El chacotero sentimental». Al igual que Estefanía, también fue premiada en los Fénix por su labor.

«Los técnicos chilenos hace tiempo estamos haciendo un cine de súper buen nivel, y aquí estoy yo para demostrar que así es», señaló Parra en esa oportunidad.

Muriel Parra al recibir su premio Fénix.

Actualmente, en la pantalla grande chilena, además de actrices como García, se destacan varias cineastas como Figari (conocida por su drama sobre el aborto «7 semanas»), Rivas («Joven y alocada»), Marcela Said («Los perros»), Francisca Alegría («Y todo el cielo cupo en el ojo de la vaca muerta», vencedora en Sundance como Mejor Cortometraje) y María José San Martín («Rara»). También documentalistas Tiziana Panizza y Elena Varela, montajistas como Carmen Brito o productoras como Flor Rubina.

«La idea de esta academia es crear una casa donde todos caben», resaltó Nasi. En el caso de la Academia, el requisito de ingreso será contar con créditos en al menos dos largometrajes de ficción, documental o animación, que en el caso de las cineastas ya cumplirían Rivas y Said. Figari podría acceder cuando termine su segundo proyecto (sobre una madre y su hija) e incluso Alegría, por su premio en Sundance, podría ser invitada a pesar de que su galardonada obra es un cortometraje, mientras las restantes también poseen una dilatada trayectoria que facilitará su ingreso.

Salir del atraso

«Somos un país que ha producido un cine de una calidad bastante grande y estábamos muy atrasados» por la falta de una Academia, afirmó Larraín, que ya existía no sólo en países como Estados Unidos, sino también Argentina, México y España. «Nos faltaba reunirnos como pares, como creadores de cine en una sola entidad que pueda impulsar la actividad».

La Academia «tiene una serie de beneficios y reconoce la calidad de sus técnicos, le da antigüedad a todos los oficios del cine», agregó. «Así nos reconocemos a nosotros mismos, nos miramos, y tenemos injerencia en las premiaciones», resaltó, en referencia a que la entidad elegirá no sólo los premios Pedro Sienna, sino también a las competidoras para certámenes internacionales como los premios Oscar y Goya. Hasta ahora ambos estaban en manos del Consejo Audiovisual, dependiente del Ministerio de Cultura.

Larraín agregó que la entidad además potenciará la audiencia del cine chileno en nuestro país -actualmente muchas son exitosas en el exterior pero tienen pocos espectadores en salas locales- mediante una ley de protección «donde las películas chilenas tengan un mínimo para estar en cartelera, y no tengan que competir con las de la gran industria en cines que son casi todos comerciales y de cadena, donde no hay una competencia justa».

El otro método apuntará a «educar espectadores», donde se entiende al cine como una entretención «pero también dándole espacio a que hay un cine muy diverso, de diferentes temáticas y género donde hay que aprender a ver de todo».

Por la unidad

Silvio Caiozzi, otro de los fundadores de la Academia, señaló que la creación de la Academia le producía «una gran alegría para el futuro de los cineastas. Yo siempre sentía que había poca unidad, donde uno andaba por un lado y otro por el otro, algo muy típico de nuestro país, con cada uno en su cuento».

«Creo que por primera vez una entidad como ésta, que es autónoma, que no va a depender del gobierno de turno, sino que es independiente y de los cineastas, nos va a permitir compartir como cineastas. Creo que hace que a partir de ahora el cineasta chileno se sentirá dueño de algo que es el cine chileno, en realidad. Estoy muy contento, feliz y esperanzado de que esto puede marcar un gran futuro».

Además de Caiozzi y Lelio participaron como miembros fundadores el productor Miguel Asensio (“No estoy loca”), Bruno Bettati (“El futuro”), Gustavo Graef Marino (“Johnny pesos”), Sergio Castilla (“Gringuito”) y Francisco Hervé (“La ciudad perdida”).

La actual directiva estará en el cargo durante tres meses. Entonces se realizarán comicios para sufragar por el primer directorio elegido por los miembros de la Academia. Habrá que ver entonces si conserva el sello feminista actual.

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