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Mundo de la cultura proclama: «Rojas no renunció ni lo echó Piñera. Lo sacamos nosotros» CULTURA

Mundo de la cultura proclama: «Rojas no renunció ni lo echó Piñera. Lo sacamos nosotros»

De la adustez, los rostros pasaron a la felicidad. Importantes rostros del mundo de la cultura, liderados por el Premio Nacional de Literatura Raúl Zurita, habían convocado por la mañana a una conferencia de prensa en la sede de la Comisión Chilena de los Derechos Humanos, en el centro de Santiago, para manifestar su rechazo a los dichos del ahora ex ministro Mauricio Rojas, cuando en mitad del evento se desató la alegría al saberse de su renuncia. «El ministro no renunció ni le pidieron la renuncia. Lo echamos nosotros», dijo el escritor Marcelo Leonart. «Su situación era insostenible porque los artistas, los trabajadores de la cultura en Chile, no podíamos aceptar tener un ministro de esa calaña».


De la adustez, los rostros pasaron a la felicidad. Importantes rostros del mundo de la cultura, liderados por el Premio Nacional de Literatura Raúl Zurita, habían convocado por la mañana a una conferencia de prensa en la sede de la Comisión Chilena de los Derechos Humanos, en el centro de Santiago, para manifestar su rechazo a los dichos del ahora ex ministro Mauricio Rojas, cuando en mitad del evento se desató la alegría al saberse de su renuncia.

Tras su nombramiento el jueves pasado, durante el fin de semana habían salido a la luz declaraciones de Rojas en que calificaba el Museo de la Memoria como un «montaje», lo que desató la furia no sólo en el mundo de los derechos humanos, sino también entre los trabajadores de la cultura, de alta sensibilidad con este tema en víspera de un nuevo aniversario del Golpe Militar de 1973.

Este miércoles feriado habrá un acto de apoyo al Museo (Matucana 501, Metro Quinta Normal) a las 15:00 horas, con presencia de artistas como Inti Illimani, Manuel García, Villa Cariño, Quilapayún, Claudio Narea, Anita Tijoux, Nano Stern, Dekiruza, la Pato Gallina y muchos otros.

«No aguanto»

En la conferencia estaban figuras legendarias como Joan Jara, viuda de Víctor Jara, la presidenta de la Corporación de Actores de Chile (ChileActores), Esperanza Silva y el cineasta Cristián Galaz, entre otros. También el actor Alejandro Goic, que recientemente había salido a la palestra por retirarse en un programa de televisión por negarse a participar el set en un programa de televisión con la cantante Patricia Maldonado, una conocida defensora de Pinochet.

El evento era encabezado por el presidente de la Comisión, el abogado Carlos Margotta, acompañado de más figuras como el Premio Nacional de Arte Gonzalo Díaz, los actores Marcelo Alonso, Javiera Parada, Amparo Noguera, Shlomit Baytelman, Gloria Laso, Pablo Schwarz y Aline Kuppenheim, los escritores Jorge Montelagre y Nona Fernández, además de políticos como el diputado Gabriel Boric y el senador Juan Pablo Letelier.

A esa alturas, una petición de firmas en Internet para que el ministro Roas renunciara llevaba casi 25 mil firmas. «Después de tantos años hay gente que sigue negando, tratando de borrar lo que pasó. No. No aguanto», dijo Joan Jara en el lugar.

La presidenta de ChileActores manifestó que  su gremio no iba a participar en ninguna instancia junto al ministro Rojas ni darle la mano a «una persona que ha dicho semejantes cosas».

«No aceptaremos un ministro que niegue la memoria de nuestro país. Tampoco aceptaremos de este gobierno que siga improvisando con los ministerio de Cultura. Tropiezan ahora con una roca más grande que la anterior. (…) Pedimos al Ejecutivo más seriedad y menos improvisación  a la hora de designar cargos fundamentales en nuestro país. Pónganse las pilas. Es un ministerio que es necesario echar a andar y nos ha costado mucho».

Declaraciones «imprescriptibles»

Margotta dio inicio a la conferencia de prensa leyendo una declaración pública de la Comisión. El abogado solidarizó con el Museo de la Memoria, criticó el «negacionismo» del ahora ex ministro, para a renglón seguido exigir su renuncia al presidente Sebastián Piñera.

Luego fue el turno de Zurita. «Hay declaraciones que son imprescriptibles. Cuando se dice que el Museo es un montaje, no importa el arrepentimiento, el arrepentimiento en el sentido de una cosa personal. Pero el que menos lo puede decir es un ministro de Cultura. No puede ser ministro de nada. Es imposible que la cultura, que es nuestra historia, nuestra esperanza, nuestro cuerpo, nuestra mirada, se puede separar de la defensa de los derechos humanos, y defenderlos aquí y en cualquier parte del mundo».

«La muerte, los asesinatos, el horror que sucedieron en Chile exceden, incluso, nuestro territorio. Son crímenes contra la humanidad. Frente a eso no hay otro discurso, no hay una relativización, no podemos relativizar lo que tenemos, nuestros cuerpos, nuestras miradas, nuestras voces. Es impresionante cómo un sector de la sociedad chilena quiere pasar por encima de esto», lamentó.

Contra la «deshumanización»

Por su parte, Aline Kuppenheim, expresó que en tiempos de «deshumanización» había que estar alerta a la menor señal de «cualquier dicho o actitud que atente contra la dignidad humana o irrespete el dolor de tantos».

«No podemos dejar pasar ni dar ninguna señal de consideración a lo que no adherimos y a lo que nos oponemos día a día en nuestro respectivo quehacer. Para eso existimos, para eso creamos, para eso reflexionamos», dijo.

«Queremos respeto para los derechos humanos y su memoria, de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, en cualquier circunstancia y sin relativizaciones. Atacar el Museo de la Memoria es atacar el símbolo, es atacar la memoria misma y su protagonista. Es verdad que el señor Rojas no ha negado los hechos que conocemos e incluso los ha repudiado, pero hablar de sesgo malicioso es negar y autorizar justificaciones (…) Decir que muestra una verdad tramposa que impide al visitante razonar es menospreciar la inteligencia humana y de la ciudadanía, para y por la que está llamado a trabajar. Que lo haga un ministro de Estado es gravísimo.  Que lo haga el de Cultura nos compete más que nunca como comunidad y pone en evidencia que no es el ministro de cultura que queremos y necesitamos, ni el que Chile y merece».

«El ministro de Cultura que queremos debe contar mínimo con el don de la empatía, conocer la historia, la complejidad y la diversidad de las personas de su país, más allá de su propio color político. De lo contrario siempre se va a encontrar con nuestra indignación y rebeldía. El Ministerio de Cultura está llamado a ocuparse del alma y la mente de un país, de la salud intelectual, la mirada crítica, y no limitarse a ser un formulario de fondos concursables ni mucho menos una trinchera política. En esa dirección debe caminar el ministerio que necesitamos».

Celebración de la renuncia

Tras saberse la renuncia, los artistas coincidieron en celebrar el hecho.

«En el mundo pasa algo aterrador, la normalización de lo inaceptable. En Chile hay muchas cosas inaceptables que se han normalizado. Y las palabras del ahora ex ministro son simplemente inaceptables desde el punto de vista de la humanidad. La pelea es que no sea normal lo que es humanamente inaceptable», afirmó el actor Alejandro Goic. «Hemos logrado una victoria, porque nos hemos organizado, reunido, reflexionado y peleado. Es un triunfo, una gran lección en todos los ámbitos, no sólo en este «.

«Su renuncia es mínimamente saludable», coincidió la actriz María Izquierdo. «Hubo una reacción directa y rápida. Una vergüenza la improvisación que se mandaron, un escándalo. (…) La responsabilidad que tienen (los ministros) no es para jugar».

«Era lógico», coincidió el músico Mario Rojas. «Sus dichos representan el espíritu más nefasto de la dictadura. Se equivocó Piñera, porque quiso hacernos una mala jugada, pero además demostró el desprecio que tiene por las artes, la cultura, el patrimonio».

«El ministro no renunció ni le pidieron la renuncia. Lo echamos nosotros», dijo el escritor Marcelo Leonart. «Su situación era insostenible porque los artistas, los trabajadores de la cultura en Chile, no podíamos aceptar tener un ministro de esa calaña».

Su colega Nona Fernández advirtió que lo mismo enfrentará cualquier ministro o dirigente «que diga las pelotudeces que dijo el ministro Rojas. Estoy contenta, estoy feliz. Y aquí está nuestro gremio, un gremio que se une, sensible, muy conectado con nuestra historia y el dolor que aún seguimos sintiendo todos los chilenos. No olvidamos, que no venga nadie a decirnos huevadas».

El poeta Jorge Montealegre señaló que que la renuncia era «lógica».

«Era insostenible que siguiera porque hubo una reacción inmediata a sus declaraciones, que eran muy difíciles de desmentir, porque era una política que él está planteando, que tiene que ver con el negacionismo, con minimizar los crímenes que cometió la dictadura. La memoria y los derechos humanos son muy importantes para el patrimonio, y este es el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Este ministerio tiene un concurso que se llama las Escrituras de la Memoria. No puede estar dirigido por una persona que no cree en nada de eso».

También celebró el cineasta Cristián Galaz.

«Es una renuncia forzada. En realidad, lo botamos. Lo obligamos a renunciar. La presión fue muy grande, y de todos los sectores. Con unidad y organización, somos capaces de hacer grandes cosas. Piñera tiene que tomarse un poco más en serio a la hora de nombrar ministros, en particular en Cultura, y revisar lo que piensan, lo que han dicho, o escrito, porque si no, vamos a volver a encontrar una situación igual o peor que esta. Presidente, tome conciencia, revise lo que está haciendo, pónganse las pilas, y empecemos a hacer que el país ande para algún lado. En cultura aún no ha caminado para ninguna parte, y los pasos que se han dado han sido de loco».

La Comisión Chilena de Derechos Humanos, junto a representantes del mundo de la Cultura y de las Artes, se refieren a las expresiones vertidas por el ministro de las Culturas, Mauricio Rojas, quien calificó como un montaje el Museo de la Memoria. Pablo Schwarz (c) y Alejandro Goic (i)

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