Publicidad
¿Ministerio de las Culturas y muerte de las Culturas? CULTURA

¿Ministerio de las Culturas y muerte de las Culturas?

Samuel Toro
Por : Samuel Toro Licenciado en Arte. Doctor en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad, UV.
Ver Más


No hay dudas que dentro de los órdenes jerárquicos que se establecen en el Estado chileno el rol del trabajo ligado a la cultura es al que le atribuyen menos peso tanto político como económico. De acuerdo a esto, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio no tendría peso crítico en relación a las decisiones que se toman en, por ejemplo, el Ministerio del Interior o Hacienda. Es mas, tal vez deba cuadrarse a estos últimos.

[cita tipo=»destaque»]Me interesa plantear la pregunta sobre el rol del ministerio ligado a las culturas y su pasiva complicidad desde las artes ante tremenda contradicción en un plan nacional, lo cual ¿No es puesto en cuestión por tratarse de decisiones de otro poder del Estado? ¿Es que acaso estas contradicciones y problemas no le competen al trabajo que se debe realizar en el campo de las culturas y las artes? ¿Estas autoridades son tan ingenuas, ignorantes, o realmente no les importa?[/cita]

Parte de las noticias o difusiones publicitarias y propagandísticas que realiza el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio son las relacionadas a las culturas, término empleado recientemente para no representar a la cultura en singular, sino a la diversidad de ellas. En estas propagandas exponen el rol del ministerio en cuanto al trabajo particular en la Araucanía. En la página Web del ministerio se puede ver un video, con una edición cuasi ecológica y grandilocuente, del discurso del actual presidente Piñera, en marzo de este año, pronunciando el “Acuerdo por la Araucanía” como parte de un Plan Nacional. Parte de los ejes centrales de este son un acuerdo por la paz en la Araucanía, cambiar la historia de la región y que la diversidad de los pueblos indígenas sea reconocida y valorada.

Es una perogrullada que todo un plan grandilocuente en términos culturales se contradice desde su comienzo al momento de incorporar fuerza de comandos de carabineros con tecnología de guerra de punta. Tristemente es una perogrullada, también, el hecho de que, tarde o temprano, una fuerza así, con atribuciones especiales, detonaría lo que estamos viviendo en estos días: la muerte de un joven comunero mapuche baleado por la espalda. Hay muchos detalles y contradicciones en este asunto a nivel policial y político que no detallaré, pues ya se encuentran en multiplicidad de columnas sobre el tema. Me interesa plantear la pregunta sobre el rol del ministerio ligado a las culturas y su pasiva complicidad desde las artes ante tremenda contradicción en un plan nacional, lo cual ¿No es puesto en cuestión por tratarse de decisiones de otro poder del Estado? ¿Es que acaso estas contradicciones y problemas no le competen al trabajo que se debe realizar en el campo de las culturas y las artes? ¿Estas autoridades son tan ingenuas, ignorantes, o realmente no les importa?

Es evidente que si, de alguna forma u otra, el Plan Nacional del “Acuerdo por la Araucanía” tiene realmente alguna intención de avance en la materia, las propias contradicciones del mismo han provocado un retroceso enorme con la muerte de Camilo Catrillanca (esto en el supuesto de las intenciones mencionadas). Este retroceso no puede verse como una sorpresa si se considera el comienzo de la mencionada perogrullada contradictoria. Pero ¿En qué incide un ministerio que se enarbola el trabajo de las culturas y publicitan las buenas intenciones del gobierno, sin plantear o proponer un discurso crítico desde las ámbitos artístico culturales en lo que respecta al entorpecimiento de una política militar en el seno del propio trabajo a favor del rescate y fortalecimiento de las culturas que promulga? ¿No hay voz ni comunicado de este ministerio por no tener el peso político, o porque la ministra se cuadra con estas contradicciones?

Si en la base de un supuesto plan y proyectos hay contradicciones de deducción infantil, las inversiones del mencionado ministerio en las materias como la memoria (concurso Escrituras de la Memoria), publicaciones de memorias y reconocimiento cultural (Voces Creadoras, Diálogo entre Cultoras Indígenas y Afrodescendientes) y muchos etcéteras, podrían golpearnos la cara a los y las trabajadores del arte si todo esto es una construcción escenográfica o superflua en relación a las verdaderas políticas de Estado (y no solo de este gobierno, sino de todos los que han enarbolado la palabra democracia posterior a la dictadura cívico militar). ¿Es ético poner en el cargo a Consuelo Valdés Chadwick, quién ocupó el cargo de Jefa de Departamentos de Museos en la década de los 80? El discurso de la “derecha sin complejos” se desbarató hace meses ¿Cuál derecha enarbola nuestra ministra de las culturas, las artes y el patrimonio?

Piénsese de esta manera lector y lectora de esta columna: si usted tuviera el cargo y trabajo de recuperar y fortalecer culturalmente una comunidad determinada y le dieran fondos para ello, ¿le sería posible este trabajo si, en paralelo, le dicen que pondrán un tipo de ejército que se maneja en lógicas de ataque para reprimir a quienes no están de acuerdo con las políticas que su jefe o jefa tiene? Si usted acepta ese trabajo ¿cuestionaría ese proceder? ¿Si no lo cuestiona estaría de acuerdo con el mismo? No soy cercano a la ministra; no puedo decir que su trabajo en dictadura es algo que ella se cuestiona hoy en día, pero dadas las condiciones en las que nos encontramos y a las que hemos llegado, es más factible el calce de conclusiones donde, si trabajó, sin problemas, en un cargo cultural en pleno proceso de dictadura más represiva (desde 1982), ¿cuál sería su problema en ejercer su nuevo cargo con un comando a sus espaldas para enfocarse en lo que ella y el resto de gobierno encuentran más importante? ¿Bienes inmobiliarios por parte de cultura (en desmedro de las artes visuales) y parámetros economicistas en un territorio rico en recursos naturales?

Samuel Toro. Licenciado en Arte. Candidato a Doctor en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad, UV.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias