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La poética antimachista profeminista en “Ruleta Rosa” de Fanny Campos Espinoza CULTURA|OPINIÓN

La poética antimachista profeminista en “Ruleta Rosa” de Fanny Campos Espinoza

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Ramiro Villarroel Cifuentes
Por : Ramiro Villarroel Cifuentes Poeta, escritor y productor ejecutivo para cine y TV. Vive y trabaja en Temuco.
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Fechado en marzo de 2019, este libro de Fanny Campos se adelanta en meses –y su trabajo en años- al estallido social, crisis del Estado o revolución social ocurrida a partir del 18 de octubre de 2019, dato no menor si consideramos que una de las demandas sociales radica en la desigualdad extrema en todos los ámbitos que sufre la mujer en comparación con los hombres.


Inscrito en lo que entendemos como poesía política chilena contemporánea, este libro de Fanny Campos Espinoza ahonda en lo que denominamos en otro lugar poesía documental, la que en el país tiene importantes expositores como son Carlos Soto Román, Carlos Cardani Parra, Jaime Pinos o Guillermo Riedemann, poetas que utilizan distintas fuentes de información que en este caso la autora organiza para entregarnos un punto de vista particular o, como dice la contratapa de este libro: “en los archivos públicos y en la crónica roja, Campos Espinoza ha encontrado el material para asomarse con tal generosidad a una tragedia, y ha construido con esa humanidad desbordada este notable libro”. Así mismo en la nota de la autora, que se encuentra estratégicamente ubicada al final del libro, se pueden observar interesantes datos e información en cuanto a la construcción de este libro que, en un principio, surge como parte de una instalación-animita que ella realizara junto a Castro Carreño y Vargas Nocetti para el encuentro de arte callejero feminista, expuesta en Matucana 100, instancia en donde ella entrega el artefacto poético “Bingo, esto no es un juego”, con apoyo de Daniel Madrid en el diseño, texto que resultó ser una plaquette artesanal contra el femicidio. Después de eso y de recibir una beca para la escritura de “Quince años y una noche” llega a nosotros este libro, “Ruleta Rosa”, que nos ocupa. 

Considerado tradicionalmente el amor como una pasión ciega, la autora quiere contrarrestar esta tradición con “un análisis más consciente sobre los géneros y las relaciones de pareja de un modo menos ‘romántico’, pero más verdaderamente amoroso y libre” (60). Este texto se presenta como “una apuesta honesta para abarcar temáticas que pocas personas quieren asumir, justamente porque duele hacerlo” (60) y que tienen que ver sustancialmente con los abusos perpetrados en todas las dimensiones de la vida en contra de la mujer, pero con especial énfasis en las reivindicaciones feministas y el rechazo a la violencia de género, cuyo desenlace es la muerte de la mujer a manos de su hombre, pareja, enamorado. 

Fechado en marzo de 2019, este libro de Fanny Campos se adelanta en meses –y su trabajo en años- al estallido social, crisis del Estado o revolución social ocurrida a partir del 18 de octubre de 2019, dato no menor si consideramos que una de las demandas sociales radica en la desigualdad extrema en todos los ámbitos que sufre la mujer en comparación con los hombres. Este libro lo podemos leer como un clamor funeral en contra del abuso machista que se lee como una alerta de dimensiones sociales, colectivas y de género. Este libro, por tanto, es uno que se hermana en la actualidad al trabajo de Las Tesis que ha dado la vuelta al mundo por enarbolar la consigna feminista, pero que también tiene antecedentes en María Luisa Bombal que, ya en el año 1938 podemos ver que su protagonista interrogaba en su señera novela “La Amortajada»: “¿Por qué, por qué la naturaleza de la mujer ha de ser tal que tenga que ser siempre un hombre el eje de su vida?”. Así mismo, podemos enlazar el trabajo de Campos con la penetrante mirada sociológica de Julieta Kirkwood de “Feminarios” (octubre de 1987), en donde ésta escribe que “nuestra historia es invisible, como es invisible toda la historia de los oprimidos” (75) y de ahí es que deduzco que Fanny Campos, haciendo uso de esta razón, nos propone una lectura de la opresión de la mujer en la actualidad, permitiéndonos visibilizar esta problemática profunda, por lo que también podemos decir que es un libro en torno a la memoria reciente y, por lo mismo, presente. La sociedad se mantiene indiferente ante estos abusos sistemáticos al derecho a la vida, que es un desafío para toda sociedad superar. 

En cuanto al contenido del libro, el hablante poético es uno que toma la voz de las víctimas que no son solamente las mujeres asesinadas sino que también la familia, las hijas y los hijos -que se ven expuestos a la brutalidad y la violencia consumadas y que muchas veces también son asesinados por sus propios padres para que la hecatombe sea total-, y los padres y las madres de las mujeres que son el inicio del sufrimiento que se expande por toda la sociedad: “papá teñido de la sangre de mamá” (15): un dramatismo tal que sólo podemos encontrar en el asesinato, el femicidio, el desgarro, el oprobio donde se unen el espanto y la muerte. Posesión y dominación. Frustración e ira. Descontrol. “El machismo asfixia No hay música ni aliento posible/ El machismo ahoga No hay viento en el machismo” (19), nos advierte la voz, categóricamente. “Tenemos atascado en el recto al patriarcado/ Duro terco pedazo de mierda esta dictadura que no ablanda” (19), sentencia, discurso que adquiere una dimensión política, donde el silencio es cómplice: “73 años de silencio/ cifra de mal agüero/ como un bombardeo/ a la casa de gobierno” (37) ó, como se lee más adelante: “¿Mujeres embarazadas ahogadas como indeseable camada de gatas/ o tal vez un símil con las mujeres que embarazadas/ fueron torturadas en dictadura?” (40). 

Quemar el cuerpo, martillar el cuerpo, prostituir el cuerpo: “ahí encontraron mi cuerpo/ a medio chamuscar la mueca/ de miedo reventada/ asesinada bajo tormento/ como heroína mapuche/ (…) Ahora el pendejo pretende quemar ese olor/ a polvo pucho semen sangre” (33), “Cuidado con quienes se creen dueños/ de la verdad y de nuestras cuerpas” (39). 

El cuerpo, la política, la violencia, la memoria y la muerte se dan cita en este libro de alto contenido estético que, con su crudeza, hace visible el asesinato, las lapidaciones, la estrangulación, los hachazos, los apuñalamientos, las cuchilladas, el degüello y la quema de mujeres, actos de los cuales sólo nos enteramos mediante una prensa que más que más que advertirnos y formarnos, sólo naturaliza la injusticia. 

Ruleta Rosa, Fanny Campos Espinoza, LOM ediciones, marzo de 2019, 66 páginas. 

Ramiro Villarroel Cifuentes. Escritor.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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