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Libro «Zumbido»: Campanas de domingo en Emily Dickinson CULTURA|OPINIÓN

Libro «Zumbido»: Campanas de domingo en Emily Dickinson

Gonzalo Schwenke
Por : Gonzalo Schwenke Profesor y crítico literario
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En este volumen que recoge gran parte de los 1800 poemas escritos. En términos de forma observamos similitudes con los epigramas y el haikú debido a su extensión breve.


Emily Dickinson (1830 – 1886) es una poeta norteamericana conocida por su obra que es rupturista, en términos formales, durante la época de la guerra civil. Por décadas, su escritura ha sido vapuleada, omitida y menospreciada por críticos, estudiosos y grandes escritores quienes han creado un velo de ignorancia. Sin embargo, con el tiempo y las luchas sociales, han propiciado otras perspectivas para que sea reconocida por su propuesta y ha permitido que muchas escritoras contemporáneas sean influenciadas.

[cita tipo=»destaque»]Biográficamente se le conoce por ser de las pocas escritoras que dedicó aislarse del mundo y crearse un mundo interior en su amplia casa de Amherst ubicada en Massachusetts, EE.UU. Abandonó los ritos religiosos sin dejar de ser creyente y desarrolló una vida austera en su habitación que le permitía instruirse intelectualmente.[/cita]

Zumbido (2018) de Emily Dickinson (Universidad de Valparaíso ediciones) es la traducción realizada por tres escritores chilenos: Verónica Zondek (con traducciones publicadas de Anne Carson, Anne Sexton, June Jordan y Derek Walcott), Rodrigo Olavarría (consta a su haber varios trabajos publicados sobre poetas norteamericanos) y Enrique Winter (con traducciones de G.K. Chesterton, Philip Larkin, Charles Bernstein y Susan Howe). Esta edición bilingüe consta de poemas y cartas recogidas desde el libro más respetuoso y considerada por la escritura de la autora: Emily Dickinson’s poems, as she preserved them (2016) de Cristiane Miller.

En este volumen que recoge gran parte de los 1800 poemas escritos. En términos de forma observamos similitudes con los epigramas y el haikú debido a su extensión breve. La introspección de los silencios y la observación desde su alcoba dispone a la Naturaleza como uno de los temas esenciales de los versos e influye en los estados de ánimos de la escritura. Por cierto, acaba de salir en España un herbario donde se clasifican 400 especies que tenía en su jardín.

El acto de traducir es complejo y tiene múltiples facetas. En el preludio, Winter aclara el método de trabajo utilizado entre los integrantes: muchas horas de diálogo, investigación y distanciamiento con otras traducciones. Es decir, construir una política de traducción se despliega mediante el respeto y comprensión a los lineamientos originales de la autora: los guiones separados por espacios, distinguiendo las mayúsculas, manteniendo el metro, las rimas y las aliteraciones. Por ejemplo: “Hay en Dickinson un cambio de las reglas del juego: allí donde el lector espera la ritma, la quita, o bien la hace sentir sin que esté ahí, como en <<resplandece>> y <<goce>>; allí donde el lector espera una sílaba, pone dos o ninguna”. Y, por último; “en la poesía de Dickinson hay a lo menos dos ritmos operando, el de la línea y el de la frase, que no siempre coinciden, sea por estos quiebres o bien por la suma de encabalgamientos” afirma el texto.

Biográficamente se le conoce por ser de las pocas escritoras que dedicó aislarse del mundo y crearse un mundo interior en su amplia casa de Amherst ubicada en Massachusetts, EE.UU. Abandonó los ritos religiosos sin dejar de ser creyente y desarrolló una vida austera en su habitación que le permitía instruirse intelectualmente. Dicha resolución se muestra en una misiva: “Me alegraría que satisfaciera su conveniencia venir tan lejos hasta Amherst, pero yo no cruzo el terreno de mi padre hacia casa o pueblo alguno”. Si bien, para muchos sería una tragedia, pero a menudo, recibía visitas y mantenía correspondencia con regularidad.

Finalmente, la selección de los mejores poemas en Zumbido por parte de traductores de experiencia, coloca en un lugar importante en la poesía de habla hispana. Además, vindica — por supuesto — el hermetismo, salta la barrera de la censura, los paternalismos de género, para descubrir las particularidades del material poético.

Dickinson, Emily. Zumbido. Trad. Rodrigo Olavarría, Enrique Winter y Verónica Zondek. Valparaíso, UV: 2018.

Gonzalo Schwenke. Profesor y crítico literario.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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