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La fuerza de la música afroestadounidense resuena con las protestas antirracistas CULTURA

La fuerza de la música afroestadounidense resuena con las protestas antirracistas

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Los manifestantes contra el racismo han afinado su creatividad para acompañar con cantos alusivos las protestas en Estados Unidos, donde se mezcla música nueva con clásicos de todos los tiempos. 


El «FTP» (‘Fuck The Police’, Que se joda la Policía), lanzado recientemente por el rapero YG, se ha convertido en un himno para miles de personas que exigen reformas radicales de la Policía tras la muerte de George Floyd, un hombre de raza negra, a manos de un agente blanco.

La lista de reproducción «Black Lives Matter» en Spotify, un conjunto de 66 canciones que incluye éxitos de James Brown, Killer Mike, Nina Simone, NWA, Childish Gambino, Beyonce y Kendrick Lamar, ha ganado más de un millón de seguidores.

Y la lista diaria «Viral 50» de esa plataforma musical en línea incluye clásicos como «The Revolution Will Not Be Televised», de Gil Scott Heron, una canción hablada de 1970 cuyo título proviene de un eslogan que usó el movimiento Black Power de Estados Unidos y que llegó a ubicarse en el ránking «Top 10».

«Fight the Power», de los raperos negros Public Enemy, también ha tenido vuelto a sonar con fuerza.

Además, fue publicado un nuevo video de la canción «Baltimore» de Prince, la cual el difunto artista escribió y publicó originalmente en 2015 tras la muerte bajo custodia policial de Freddie Gray, otro hombre negro.

El cantante Trey Songz lanzó la canción con matices de gospel «2020 Riots: How Many Times» («Revueltas 2020: cuántas veces»), en respuesta a la reciente ola de protestas callejeras, mientras que el cantante de folk y soul Leon Bridges lanzó «Sweeter», una reflexión sobre el racismo.

«La muerte de George Floyd fue la gota que colmó el vaso para mí…He estado entumecido durante mucho tiempo, con un callo cuando se trataba de los temas de la brutalidad policial», expresó Bridges, nacido en Texas (sur).

«Fue la primera vez que lloré por un hombre que no conocía. Soy George Floyd, mis hermanos son George Floyd y mis hermanas son George Floyd. No puedo y no me quedaré más tiempo en silencio», agregó Bridges.

«El sonido de Estados Unidos»

Para Fredara Hadley, profesora de etnomusicología de la Juilliard School, la experiencia de la comunidad negra ha sido durante mucho tiempo el principal impulsor de la música de protesta en Estados Unidos, desde los abolicionistas de la esclavitud que se aferraban a lo espiritual hasta el movimiento por los derechos civiles de los años 1960, impulsado por el jazz, el funk, el rock, el soul y el Rythm&Blues.

«Se permitió que la música y las ambiciones negras ocuparan espacios que… la población negra en general no podía», indicó. «Sirvió como embajador y avatar de la negritud en formas complicadas», explicó Hadley.

«Tenías a esos músicos escribiendo música que respondía directamente y estaba comprometida con lo que pasaba en el movimiento», añadió.

Kendrick Scott, un baterista de jazz radicado en Nueva York, compuso recientemente una pieza instrumental que mezcló con el audio de las palabras de George Floyd antes de morir y de los manifestantes cantando su nombre.

Declaró a medios locales que mientras la escribía, se imaginaba a sí mismo en las primeras líneas de la protesta, tocando sus tambores frente a la policía. «Con todo el mundo detrás de mí diciendo su nombre», imaginó.

Usar las propias palabras de Floyd fue doloroso, aseguró Scott, pero alegó que «quería que la gente tuviera esa reacción visceral de sentirlo realmente, no sólo de imaginarlo».

«Sólo quería usar mi instrumento y mi voz, que creo que es lo que mejor hago, para trabajar por el cambio», añadió.

En ese sentido, Hadley sostuvo que la era de internet le brinda a los artistas y al público «esta forma directa de estar en diálogo con el momento».

«Tienes este diálogo continuo que dice que no hay distancia entre los músicos negros y las comunidades negras. Pueden ser nuestros amplificadores, nuestros cronistas… ayudarnos a recordar lo que hemos perdido», explicó.

Scott está de acuerdo con ello y subrayó que la música de los afroestadounidenses es una de las cosas más vibrantes que exporta Estados Unidos.

«Viajo por todo el mundo y oigo música negra estadounidense en todos los rincones», dijo. «La música negra estadounidense es el sonido de Estados Unidos».

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