Publicidad
Libro “Una luz imprudente”: la luz de Rodrigo Peralta CULTURA

Libro “Una luz imprudente”: la luz de Rodrigo Peralta

El misterio reside en que los poemas de este libro son un recorrido de la ciudad de la misma forma como recorre tanto el consciente -como lo dijimos anteriormente- sino que también, como lectura del devenir diario. Lo cotidiano. La rutina. Pero, no sabemos realmente lo que pasa. No tenemos idea que sucede en esa mente. Porque en Peralta, en el fondo hay enigma. Categorizamos así a este libro, perfectamente, en lo que define Terry Eagleton, en cuanto y en tanto, los libros son eventos. Eventos que determinan en sí, una abstracción de la realidad. He aquí, por tanto, el gran valor de este libro.


Rodrigo Peralta es un enigma. Este escritor chileno, radicado actualmente en Talca, es un misterio. Actor, editor, gestor cultural, ha brillado en los últimos años como aquellos que empujan el tren de las buenas voluntades. Dicen que es porfiado, ya que en medio de crisis, revueltas y pandemias, ha publicado a otros y ahora se lanza con un nuevo libro. Este, «La luz imprudente», por la prestigiosa editorial argentina Buenos Aires Poetry.

En clave poética, Rodrigo Peralta (Santiago, 1973) es un enigma, ya que urde en sus versos imágenes tanto de lo cotidiano como de lo mistérico. Da la sensación que muchas veces es autobiográfico, como sucede con muchos poetas de Chile. Seguramente lo es. Este Rodrigo, que nació bajo la astrología de Leo, va y viene sobre sí mismo y sobre los otros. Ese devenir, que siempre es a través de un marcado ritmo de danza, mezcla del uso del cuerpo con el uso del lenguaje.

“No te asomas / para que no reveles”, nos dice en su poema En color. Y aunque la poesía de Peralta no dialoga estrictamente con tradiciones como las de Eduardo Anguita o Hilda Doolittle, sí es sencillo encontrar en la poesía de La luz imprudente, ese ejercicio del rol constructivo de la consciencia. En otros versos de El ruido, donde devela: “Oigo nítido el ruido / que detona incertidumbre allá afuera”, levanta la figura del sujeto como un receptor de señales e imágenes que, aunque extrañas constituyen la forma de sí mismo. Complejo en general, pero que Peralta lo construye con maestría.

“Hay actividad sonora en el amanecer. / Hay tráfico de sombras en el techo” es quizás una de las más bellas imágenes poéticas del libro. Esto ya que además de una excelente ejecución morfológica del lenguaje, crea un punto de fuga en el cual puede el lector, enfrentar distintas interpretaciones de los versos.

Y si no fuera suficiente, el autor nos muestra un trabajo finamente hilado, contando una historia, develando una cosmovisión propia. No es el poemario tan abundante a veces en el erario de los libros, como pegatinas de letras, una especie de juntina de antología a mal traer. No. Lo de Peralta es un trabajo que genera continuidad lectora.

Porque después del tráfico de sombras en el techo, el autor continúa con el territorio de la casa con un par de versos como “Al otro de la ventana, las paredes de un edificio” o más adelante en el poema Distancia, un “Regresé a mi mesa, terminé mi botella y salí tranquilo en dirección desconocida”. En Peralta hay una obsesión sobre el habitar la casa de la misma forma como es habitar las calles en la noche o el vitrinaje de la capital de Chile.

El misterio de Rodrigo Peralta reside en que los poemas de este libro son un recorrido de la ciudad de la misma forma como recorre tanto el consciente -como lo dijimos anteriormente- sino que también, como lectura del devenir diario. Lo cotidiano. La rutina. Pero, no sabemos realmente lo que pasa. No tenemos idea que sucede en esa mente. Porque en Peralta, en el fondo hay enigma. Categorizamos así a este libro, perfectamente, en lo que define Terry Eagleton, en cuanto y en tanto, los libros son eventos. Eventos que determinan en sí, una abstracción de la realidad. He aquí, por tanto, el gran valor de este libro.

Buenos Aires Poetry, editorial argentina, viene publicando una serie de escritores latinoamericanos en un esfuerzo por internacionalizar la carrera de poetas que braman espacios de la lengua castellana. Pues bien, demos un aplauso al trabajo de Rodrigo Peralta, que lo colocará, sin lugar a duda, en la escena literaria por un lustro.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias