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Artista Papas Fritas inaugura exposición internacional de arte político: «Hay que ser valiente para enfrentarse a sí mismo en un espejo que no quieres mirar» CULTURA

Artista Papas Fritas inaugura exposición internacional de arte político: «Hay que ser valiente para enfrentarse a sí mismo en un espejo que no quieres mirar»

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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El evento «All Contemporary Artist are Political» (ACAAP) se realizará en Franklin y estará abierto hasta el 19 de diciembre. «La exposición no tiene un curador sino una articulación en un proceso colectivo de diálogos, obras que dialogan y que no plantean verdades, sino reflexiones, enfrentamientos críticos para ir más allá de las verdades, de lo moralmente correcto, de lo legalmente escrito, y del bien y el mal como dicotomía judeocristiana occidental», adelanta.


Una exposición internacional de arte político se inaugura este viernes en el barrio Franklin, organizada por el artista Francisco «Papas Fritas» Tapia Salinas.

El evento «All Contemporary Artist are Political» (ACAAP) se realizará en Franklin Cofactory (Franklin 741, Metro Biobío) y estará abierta hasta el 19 de diciembre, con obras de artistas como Burhan Ozbilici (Turquía), Avi Mograbi (Israel) y Eugenio Merino (España), entre otros.

«La exposición no tiene un curador, sino una articulación en un proceso colectivo de diálogos, obras que dialogan y que no plantean verdades, sino reflexiones, enfrentamientos críticos para ir más allá de las verdades, de lo moralmente correcto, de lo legalmente escrito, y del bien y el mal como dicotomía judeocristiana occidental», explica Tapia.

«Queremos que el público pueda entender que lo político necesita reflexión, y no necesariamente políticos, sino personas reflexivas, no candidatos, ni representantes, colectividades agudas pensantes, sin verdades absolutas, ni dueñas de la moral, que nos diga qué es el bien, ni que se llamen el representante del bien, lo único que permite bien es la conciencia, y para ello solo hay que luchar por el tiempo que ha sido tomado por el capitalismo como bien, con ello permitirnos ser seres reflexivos por sobre seres calculadores».

Obra de Burhan Ozbilici.

Desde el estallido

Tapia Salinas cuenta que la idea del evento surgió en el marco del estallido social de 2019.

«Había cierta efervescencia que había que observar con distancia, y no hay mejor distancia que compartir con la experiencia de otras personas en otros lugares en diversas épocas, para poder observar las cosas sin tanta motivación propia de qué es lo que uno quiere creer y qué deseos propios depositamos en las revueltas», comenta.

A su juicio, la idea de esta exposición es que, de una u otra manera, toda obra se relaciona con otra, por mucho que parecieran ser muy distintas, de esa formase  genera un diálogo y un discurso colectivo.

«Es una fotografía desde la Primavera Árabe hasta hoy, todas las problemáticas políticas que muestran el presente, pero también una lectura de un futuro cercano».

Obra del español Eugenio Merino.

Arte político

Tapia además destacó la importancia del arte político, sobre todo en el momento actual que vive Chile.

«Es un tipo de arte que no es agradable, no es observar pura sensibilidad o belleza, o ‘sí, es verdad, tienen razón’. Creo que más bien debe incomodarte e incluso no estar de acuerdo en muchos casos, pero entender el sentido», dice.

Para él, el arte “político” es «un poco como ir a terapia psicológica, hay que tener mucha valentía para enfrentarse a sí mismo ante muchos espejos que no quieres mirar».

«Ante eso todos los días son necesarios para hacer arte que enfrente lo político, pero hoy creo que hay más disposición y ganas de ver este arte debido a lo recientemente sucedido en Chile, aunque a veces queremos mirar los sucesos y buscar culpables, apuntar y apedrear, más que pensar por qué suceden las cosas y cómo evitar los errores  históricos».

Obra de Guerrilla Girls.

Se trata, entonces, de una instancia  para entender que los problemas son globales, «que amerita de nuestra reflexión y participación para cambios profundos, creo que es un espacio donde  nacerán preguntas, y reflexiones, y ante el escaso tiempo que tenemos en nuestras vidas para llegar a esos espacios de reflexión profunda y estimulante, creo que esta es una instancia de pocas que tenemos, para que muchas personas que les interesa hoy lo político, puedan atrapar ese tiempo transformado en obras».

Para Tapia hay un resurgimiento de lo político, pero «aún es muy adolescente».

«Había mucha obediencia, y aún se es por medio del consumismo, del individualismo como carácter competitivo. Es verdad que en el estallido mucha gente despertó, y ese despertar no es más que interesarse en saber qué pasa y por qué pasan los problemas que adolecemos, bueno he ahí, adolecemos, ahora hay que ver qué pasa, si nos quedamos de jóvenes adolescente escuchando K-Pop, Nirvana, Spice Girl, o emo, hasta ser ancianos de cuerpo, o ser capaces de apreciar el ruido que aparece en el silencio, encontrar los matices en la diversidad de sonidos y frecuencia. Esa contemplación amerita un tiempo y espero que suceda, podemos retroceder de la adolescencia a ser niños, pero no es un niño nietzscheano, no es el niño libre. Es solo el momento de un niño, y que es el momento del niño pataleta, un pequeño y fugaz recuerdo en la mente del adulto que repite esa acción quejumbrosa».

Obra de Felipe Rivas San Martín.

Todo artista es político

Ante la pregunta de si todo artista es político, Tapia responde que sí, desde el momento en que es una persona «forzada a ser parte de un contrato social desde que es inscrita al Registro Civil para que sea un ciudadano de derecho, en cierta medida es ser sometido a un sistema».

«¿En qué lugar de lo político de ese contrato nos situamos? Es una de las preguntas que tiene esta exposición, va hacia ese lugar. ¿Somos artistas políticos? ¿Desde qué lugar?», se cuestiona.

«Muchas y muchos de nosotros hemos sido identificados como tal por la crítica, la prensa, etc., pero acá hay muchos que no se autodefinen como artistas políticos, o somos artistas con un discurso, que se relacionan a ideologías cercanas al anarquista, o el marxismo, entre otras. Las obras responden un poco que somos en parte, porque creo que somos mucho más que dos palabras y la idea de identificarnos, ya sea en el hacer como en el pensar».

Palma Salamanca

La muestra además incluye una obra del frentista Ricardo Palma Salamanca. ¿Por qué Tapia quiso incluir una obra suya?

«Ricardo estudió Artes Visuales con mención foto en ARCIS, escribe, hace fotos, hace videoartes, se relacionó con el mundo del arte en México. Ricardo pasó mucho tiempo viviendo el día a día, hoy creo que el hecho de que saliera de la clandestinidad le permite proyectarse, y decidir qué quiere  hacer como creador», responde.

«En la exposición, hay reporteros gráficos, directores de teatro, cineastas, músicos, y bailarines, ¿por qué no Ricardo? ¿Por qué no perseguidos como Mania Akbari? ¿Como Levi Orta? ¿O un asaltante de bancos del bajo mundo, que vivió toda su juventud en una cárcel, como Jhafis?  Y que tomando talleres en la cárcel decidió ser artista y ha llegado a representar a su país en la Bienal de Venecia», comenta.

«¿Por qué una persona debe estar condenado a ser lo que la sociedad quiere que seas? ¿O a definirte como tal? ¿Por qué me tengo que ver obligado a definirme homosexual por el hecho de tener que defenderme de la homofobia, por qué no simplemente puedo ser A o B o C y volver a ser B cuando se me plazca?», cuestiona.

-Allende dijo a Inti Illimani que nunca podría terminar de agradecerles lo que había hecho por su triunfo. ¿Qué peso crees que tiene hoy el arte en la política, en comparación con aquella época?

-Para eso me dedico a hacer propaganda política, en ese sentido el “Guatón Correa” sería un tremendo artista del lobby, hay muchos que no podrían terminar de agradecerle. Y si llevar el clamor popular a canciones, o a proyecciones a un edificio de la empresa Telefónica es una forma de propaganda, hay arte propaganda, pero también hay solo propaganda.

«Hay que ver con el tiempo dónde se sitúan, aunque no creo que importe en demasía, de igual modo aporta a momentos, el asunto es que nos cuesta mucho distanciarnos de las estrategias de marketing del capital y creo que quizás por eso me distancio de esas obras o expresiones estéticas, porque podrían ser un comercial de Wom», agrega.

«Ahora, ¿qué es lo que no tiene el arte político de hoy en comparación con la UP? Un pueblo en reflexión colectiva, con ideales, no solo con demandas y consignas de hashtag, había un pueblo con colectividades y organizaciones  tremendas. Pero, ojo, sin romantizar la UP,  y todos  los conflictos que existieron internos y se tapan, para enaltecer la figura de Allende, pero hay un enorme deseo de ese imaginario de salvador y mártir de Salvador, y es el eterno retorno de la izquierda chilena de buscar a ese mesías, el Jesús colonialista, y en ese sentido se parece a la UP al presente social, de la búsqueda de un inmaculado moralmente que solucione todo con milagros. El arte hoy tiene el peso histórico de ser peligroso, hay que intentar estar a la altura de quienes perdieron la vida o están presas y presos por no callar», concluye.

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