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COP26: Cierre decepcionante, aunque en la dirección correcta CULTURA|CIENCIA Crédito: Archivo

COP26: Cierre decepcionante, aunque en la dirección correcta

Bert Wander, director ejecutivo interino de la organización civil Avaaz, dijo que si bien en la COP 26 hay un compromiso de mantener el objetivo de 1,5 ° C, este pende de un «delgado hilo». En tanto, Manuel Pulgar-Vidal, Líder Global de Clima y Energía de WWF, indicó que “debemos reconocer que se hicieron avances. Ahora hay nuevas oportunidades para que los países cumplan con lo que saben que deben hacer para evitar una catástrofe climática. Pero a menos que giren drásticamente hacia la implementación y muestren resultados sustanciales, su credibilidad seguirá siendo desafiada». Greenpeace resaltó que el texto es «sumiso y débil», pero lo que se ha conseguido ha sido gracias la presión social que ha forzado concesiones a regañadientes. «Se han producido avances en materia de adaptación, ya que los países desarrollados han empezado por fin a responder a las peticiones de los países en desarrollo», señalan.


Aunque el cierre de la cumple climática COP26 en Escocia fue decepcionante, se avanzó en la dirección correcta, según coincidieron varias entidades del mundo civil que asistieron al evento.

Los gobiernos tenían que avanzar en la resolución de tres brechas principales: los objetivos para reducir las emisiones, las reglas para cumplir y monitorear el progreso, y el financiamiento de la acción climática necesaria para poner al mundo en el camino hacia un futuro más seguro.

Es importante destacar que el texto final reconoce el papel fundamental de la naturaleza en el logro de la meta de 1,5° C, alienta a los gobiernos a incorporar la naturaleza en sus planes climáticos nacionales y establece un diálogo anual sobre la mitigación basada en los océanos.

Avances

Esta COP reflejó, en cierta medida, las conclusiones del último informe del IPCC y del informe de la Agencia Internacional de Energía sobre el nivel cero de emisiones, exigiendo una aceleración de la acción y nuevos planes para 2022 en el contexto del régimen voluntario y no vinculante de Naciones Unidas, señaló la asociación Periodistas por el Planeta.

Todos los grandes emisores se verán obligados a volver dentro de 12 meses y explicar en Naciones Unidas cómo sus políticas y planes económicos están alineados con los objetivos de temperatura del Acuerdo de París, agregó.

Manuel Pulgar-Vidal, Líder Global de Clima y Energía de WWF, indicó que “debemos reconocer que se hicieron avances. Ahora hay nuevas oportunidades para que los países cumplan con lo que saben que deben hacer para evitar una catástrofe climática. Pero a menos que giren drásticamente hacia la implementación y muestren resultados sustanciales, su credibilidad seguirá siendo desafiada».

Para Greenpeace, el texto es «sumiso y débil», y el objetivo de 1,5 ºC apenas está vivo, «pero se ha enviado una señal de que la era del carbón está terminando».

La organización resaltó que lo que se ha conseguido ha sido gracias la presión social que ha forzado concesiones a regañadientes.

«Se han producido avances en materia de adaptación, ya que los países desarrollados han empezado por fin a responder a las peticiones de los países en desarrollo», recalcó.

En clave combustible

La COP26 concluyó con decisiones débiles en una serie de áreas importantes, incluida la adaptación, las pérdidas y los daños y la financiación climática.

Sin embargo, hay elementos importantes en el texto para que los países aumenten la ambición climática a corto plazo e implementen políticas climáticas vinculantes.

Esta COP marca la primera vez que los subsidios a los combustibles fósiles se mencionan en un texto de decisión aprobado, así como el reconocimiento de la necesidad de incrementar las inversiones en energía limpia mientras se asegura una transición justa.

«El primer texto fue bien recibido, pero finalmente nos sentimos profundamente decepcionados por el debilitamiento de las referencias a la eliminación del carbón y los subsidios a los combustibles fósiles, pasando de una eliminación progresiva a una eliminación gradual, a causa de un solo país: India», indicó WWF.

Bert Wander, director ejecutivo interino de la organización civil Avaaz, dijo que si bien en la COP 26 hay un compromiso de mantener el objetivo de 1,5 ° C, este pende de un «delgado hilo».

«Glasgow ha brindado avances en los procedimientos, lenguaje y señales sobre la necesidad de eliminar gradualmente los combustibles fósiles, pero esto aún no es suficiente. Si de verdad queremos reducir las emisiones a la mitad para finales de la década, necesitamos un cambio urgente en la forma en que los gobiernos están abordando la crisis climática», señaló.

«El movimiento mundial que le exige a los gobiernos tratar esto como una gran emergencia para toda la humanidad, es cada vez más fuerte y amplio. Ahora depende de los líderes responder y aprobar leyes que realmente reduzcan de forma drástica las emisiones, eliminen gradualmente los combustibles fósiles y brinden la financiación climática necesaria para salvar vidas en las naciones más vulnerables. Glasgow será juzgada por la acción y consecuencias que produzca, no por las palabras que aquí se dijeron”, remató.

Más acción civil

El texto también reconoció el papel que el Acuerdo de Marrakesh ha tenido para impulsar una mayor acción climática por parte de actores no estatales –como ciudades, gobiernos subnacionales, instituciones financieras y empresas- que han demostrado que esto no solo es posible, sino deseable.

Algo que también surgió claramente esta semana fue la demanda de credibilidad de los ciudadanos, con el Secretario General de la ONU, António Guterres, estableciendo un Grupo de Expertos de Alto Nivel para dar claridad a las peticiones de reducción de emisiones de las empresas, metas basadas en ciencia a lo largo de la cadena de valor, adoptar un enfoque de derechos y, finalmente, estar sujetos a monitoreo, reporte y verificación.

Además los países en desarrollo querían un plan claro para un mecanismo de financiación de pérdidas y daños. Esto no ocurrió, y el año que viene la atención se centrará en Egipto para conseguirlo. Los países africanos gastan hasta un 10% del PBI al año en adaptación, mientras que los impactos podrían suponer un golpe del 20% del PBI en los países pobres para 2050, según Christian Aid.

Avances

Hubo múltiples avances, según Periodistas por el Planeta. Por ejemplo, cerrar el libro de reglas de París. Esto significa que, para 2024, todos los países tendrán que comunicar datos detallados sobre las emisiones que constituirán la base de referencia a partir de la cual se podrán evaluar las futuras reducciones.

Además hubo un acuerdo sobre las nuevas reglas del mercado de carbono cierra algunas de las lagunas que se habían considerado y crea un régimen de comercio estructurado entre países, pero el lenguaje no es lo suficientemente claro como para impedir que las empresas jueguen con el sistema.

Asimismo, se acordó sobre 2025 como fecha en la que los países desarrollados deben duplicar sus fondos colectivos para la adaptación, basándose en las promesas de 2019. Esto no proporcionará los miles de millones necesarios para la financiación de la adaptación que necesitan los países más pobres, pero es una mejora importante en el estado de la financiación del clima: actualmente sólo una cuarta parte de la financiación del clima se destina a la adaptación, mientras que la mayoría sigue siendo para la mitigación.

Por otro lado, los acuerdos sectoriales sobre los bosques, el carbón, los coches, el metano y uno de US$ 24.000 millones para detener la financiación de los combustibles fósiles en el extranjero tienen el potencial de hacer avances significativos en la reducción de las emisiones, pero requerirán de la traducción de los gobiernos nacionales en políticas y planes que tienen que ser presentados a la COP27 en Egipto el próximo año.

Finalmente, los anuncios de los bancos y de los inversores en la primera semana fueron numerosos, pero carentes de sustancia, según Periodistas por el Planeta. Sin embargo, los principales bancos se han comprometido a alinear su dinero con el objetivo de alcanzar el nivel cero en la década de 2020 y se enfrentarán al escrutinio de cómo cumplen con sus afirmaciones ecológicas y se desprenden de los combustibles fósiles y otros activos con alto contenido de carbono.

A pesar del Covid-19 y de los elevados costos que impiden la participación de muchos grupos de la sociedad civil y de activistas, en esta COP se reunieron diversos grupos que se hicieron eco de una fuerte ola de apoyo a la acción climática. El sábado 6 de noviembre, más de 100.000 personas salieron a la calle en Glasgow, en una de las mayores manifestaciones que ha visto la ciudad, con grupos indígenas, profesionales de la salud de primera línea, jóvenes, sindicatos, trabajadores agrícolas y grupos de justicia racial que se unieron en el día.

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