
El actor Nicolás Poblete denuncia los abusos de su tío psiquiatra en un filme
«Yo tuve crisis de pánico desde los 9 años hasta los 33, cuando supe por qué tenía este síntoma que no entendía. Jamás lo quise contar para sentirme condescendido por el resto de la gente, sino que no lo podía seguir guardando», desvela el actor, que cuenta toda la historia en el filme «Mensajes privados», del director Matías Bize, presentada este martes en España.
El actor Nicolás Poblete ha decidido denunciar públicamente los abusos que de niños sufrieron él y su hermana mayor por parte de su tío, el psiquiatra Alfredo Pemjeam, quién lejos de cuidarlos, los diagnosticó enfermedades psíquicas y les arruinó la vida, según contó a Efe.
«Yo tuve crisis de pánico desde los 9 años hasta los 33, cuando supe por qué tenía este síntoma que no entendía. Jamás lo quise contar para sentirme condescendido por el resto de la gente, sino que no lo podía seguir guardando», desvela el actor, que cuenta toda la historia en el filme «Mensajes privados», del director chileno Matías Bize.
«Fue un tío político, casado con la hermana de mi papá, Alfredo Pemjeam, un psiquiatra afamado en Chile, que siempre ayudó mucho a la familia. Nos hizo creer que teníamos un problema mental nosotros, para tapar su abuso»
Hacer justicia
Para Poblete, contarlo ahora, «así, en una película», era un modo de hacer «una justicia estética».
«Empecé a buscar abogados y otras personas abusadas, pero no querían denunciar; cuando yo fui padre, me di cuenta. Cuando eres muy niño y te suceden estos abusos, el cerebro los bloquea hasta que tu tengas un ambiente que sea capaz de contener esa verdad, entonces, brota, porque tienes un lugar de contención, que en mi fueron mi pareja y mi hija».
Poblete acompañó este martes a Bize en la presentación en el Festival de cine en español de Málaga (sur) de este «experimento» cinematográfico que hizo en la pandemia con los relatos que algunos actores amigos aceptaron contar hablándoles a sus teléfonos móviles; historias de monstruos reales, todas ficcionadas, pero todas auténticas. En su caso, se trataba de una confesión.
«Matías ya sabía y, cuando yo ya había decidido no contarlo, él me pide si soy capaz de decirlo ante la cámara. Lo pensé, y de pronto, por mi oficio de actor y por mi amor por la literatura, decidí enfrentar esto. Para mi el arte es el modo de canalizar toda la rabia de lo que nos pasa. Era transmutar una energía muy negativa en algo», se explaya Poblete.
«No lo conté a nadie, ni le grité a Chile quién era esta persona, me lo guardé durante años y él, que se cree tan brillante, que creyó que escondería su crimen haciéndonos creer a mi hermana y a mi que teníamos un problema en la mente durante 35 años. Además de haber hecho lo que nos hizo a mi hermana y a mi cuando éramos niños, si se creía inteligente, se encontró con un toro acá», ha explotado el actor.
Explica a Efe que hoy, que es padre, se «muere de miedo» si se le pierde la hija dos minutos, «y eso no puede ser -asevera-, algo tenemos que hacer como sociedad, hay que atreverse a hablarlo, uno no es un superhéroe».
Competencia
«Mensajes privados» es una íntima y particular aventura de monstruos que conecta con el interior del ser humano con la que Bize compite por primera en el Festival de Cine en Español de Málaga, donde opta a la Biznaga de Oro.
«La muerte nos estaba pasando demasiado cerca y urgía ese deseo de volcarse a lo importante: cómo somos como padres, cómo somos como hijos, cómo somos en nuestras relaciones de pareja. Y partir de eso, la invitación era superconcreta: que se grabaran con sus teléfonos, en sus propias casas», cuenta Bize en una entrevista con Efe.
El chileno compite por primera vez en el Festival de Málaga, donde opta a la Biznaga de Oro.
«Mensajes privados» es una íntima y particular aventura de monstruos que conecta con el interior del ser humano.
Las historias se entrelazan: un adulto que recuerda sus intentos de suicidio de niño a causa del maltrato de su madre; dos hermanos que descubren muy tarde que sus problemas mentales vienen del abuso que sufrieron en la infancia de su tío psiquiatra, que era quien les diagnosticaba, o una joven madre maltratada que sale huyendo de su monstruo con su niño de cinco años, colega y confidente, y lo consigue.
Son las intimidades de Antonia (Zegers), de la Vero (Verónica Intile), una actriz argentina que rodó su parto natural en una bañera y se lo cedió a Bize, como milagro final de la vida: «Ese pequeño que nace es el rayo de luz», dice Bize. O de Vicenta (Ndongo), que improvisa una historia que es la suya, donde cuestiona, sentada en su cocina, el rol de la mujer y la familia.
«A algunos les pasé un guion, otros fuimos conversando qué cosas les pasaban a ellos, otros hicieron cosas que me propusieron ellos, y a partir de ahí, yo estaba en México, en Chile estaba el montajista Rodrigo Saquel, y juntos empezamos a juntar el material que nos llegaba y lo más loco -apunta Bize- es que la película misma nos fue diciendo hacia dónde iba».
Y ahí están la historia de Néstor (Cantillana), un padre que no sabe que tiene un hijo, o la de Blanca (Lewin), que descubre tarde cómo es su maravilloso marido, o la de MellamoSebastián, un cantautor, también con su lado oscuro. Y la sobrecogedora historia de Nico, que es la vida real de Poblete, primera vez que habla en público de su «monstruo».
«La idea era muy abierta: hacer una película juntos, pero sobre todo, les pedí que nos mirásemos hacia adentro y nos dijéramos de qué queríamos hablar, qué nos estaba pasando, desde el inicio les dije que no quería hablar de la pandemia».
La cinta se estrenará en Chile en el mes de mayo.