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«Mujeres que no perdonan» de Camilla Läckberg: algo sobre lo nuevo del policial sueco CULTURA|OPINIÓN

«Mujeres que no perdonan» de Camilla Läckberg: algo sobre lo nuevo del policial sueco

Los personajes están muy bien construidos, las tres historias avanzan en paralelo con el buen ritmo que exige el noir, la traducción cumple con ser literariamente correcta. Todo lo anterior, más el siempre efectivo gancho del desquite por venir, hacen que la lectura fluya, y que esta novela, como muchas del género, se lea de una vez. El entorno actual de lucha por la equidad de género, retratado también en la obra, también juega a favor.


Camilla Läckberg es una destacada representante de la más reciente generación de escritoras y escritores policiales suecos. Pertenece a la nueva ola que surge este siglo, luego de las sólidas bases sentadas por Maj Söjwall y Per Wahlöö , la pareja de escritores que crearon la serie del inspector Martin Beck, con obras escritas “a cuatro manos” en los años 60 y 70 del siglo pasado, y por Henning Mankell en los años 90, con su entrañable personaje Kurt Wallander.

Una ola que en buena medida se da a conocer en el mundo luego del gran éxito comercial de Stieg Larsson con su saga Millennium, un suceso que se ha tratado de prolongar de la mano de David Lagercrantz (en una intentona, que a mi juicio, más bien ha dañado el legado de Larsson).

Pero esa nueva generación del policial sueco, es mucho más que la buena dupla de los personajes Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist. Están las excelentes novelas de Johan Theorin, Assa Larsson, Arne Dahl, Mari Jungsted, y desde luego, Camilla Läckberg.

La penúltima entrega de esta escritora para el mercado chileno, es “Mujeres que no perdonan”, una novela publicada por editorial Planeta, que si no me equivoco, es el undécimo libro de la autora nórdica. Ya el título anticipa uno de los temas quizás más populares de la literatura y el cine: la venganza. En este caso, por parte de tres mujeres que han sufrido diversos tipos de maltratos y vejaciones de parte de sus esposos.

Para no hacer spoiler, algo imperdonable en este género, me limito a citar la reseña de la contratapa: “A los ojos de cualquiera, Ingrid, Victoria, y Brigitta son muy distintas, pero las tres tienen algo en común, viven sometidas a sus maridos. Hasta que un día, llevadas al límite, planean, sin tan siquiera conocerse, el crimen perfecto”.

Los personajes están muy bien construidos, las tres historias avanzan en paralelo con el buen ritmo que exige el noir, la traducción cumple con ser literariamente correcta. Todo lo anterior, más el siempre efectivo gancho del desquite por venir, hacen que la lectura fluya, y que esta novela, como muchas del género, se lea de una vez. El entorno actual de lucha por la equidad de género, retratado también en la obra, también juega a favor.

Quizás la principal deuda es por el lado de la credibilidad, no en toda la obra, sino específicamente en un detalle: el del proceso mediante el cual las tres mujeres planean la venganza colectiva, algo que se despacha, para cada una de las protagonistas, en no más de un par de líneas. Quizás alguna premura por cumplir una fecha de entrega puede haber jugado en contra. Pero dentro de la lógica de la historia, creo que resultaba necesaria esa parte de la narración para dar sustento a las decisiones tomadas y la forma de llevarlas a la práctica.

Independiente de lo anterior, una novela ágil, entretenida y recomendable.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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