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Fernanda Trías, autora: “Siento la escritura como una extensión de la vida misma” CULTURA Créditos: Fernanda Montoro

Fernanda Trías, autora: “Siento la escritura como una extensión de la vida misma”

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Emilia Aparicio Ulloa
Por : Emilia Aparicio Ulloa Periodista El Mostrador
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En su nueva novela “El monte de las furias”, la autora uruguaya aborda la conexión entre naturaleza y personajes femeninos. “Me interesaba ver cómo la montaña se narraba a sí misma y qué paralelismos o contrastes se planteaban con el relato de la mujer”, dice.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
Fernanda Trías, galardonada autora uruguaya, explora en El monte de las furias la relación entre una mujer y la naturaleza, destacando la montaña como un personaje esencial. Inspirada por su vivencia en Bogotá, la novela aborda temas de violencia patriarcal y el feminismo, mostrando cómo tanto la montaña como las mujeres son narradas en un contexto de cosmogonía y lucha. Trías reflexiona sobre la violencia inherente a la experiencia femenina y la relación simbólica con el medio natural, creando una obra profunda que invita a la reflexión.
Desarrollado por El Mostrador

La escritura de Fernanda Trías está impregnada de experiencias en las distintas ciudades donde ha vivido. En 2005 dejó Uruguay y gracias a una beca llegó Europa, luego a Estados Unidos y después volvió al Cono Sur, estuvo en Buenos Aires y hace diez años se estableció en Bogotá.

“Cuando viví en Europa, creo que lo que más me interpeló de esa experiencia fue pensar la identidad, allá la extranjería se sentía mucho más fuerte, y quedaba claro que yo integraba el grupo de “los otros”. Pero si yo pertenecía a los otros, ¿cuál era el grupo de “nosotros”? ¿Los uruguayos? ¿Los latinoamericanos? Algunas de estas preguntas aparecen en los cuentos de No soñarás flores (Montacerdos). Luego cuando me fui a vivir a Buenos Aires me interesaron otras cosas, sobre todo nuestro vínculo con la ciudad, cómo nos apropiamos de ella y cómo vamos encastrando nuestra memoria dentro de la memoria de la ciudad. Escribí La ciudad invencible (Banda Propia) a partir de esas huellas que deja la ciudad en el cuerpo y que deja el paso de nuestros cuerpos por la ciudad”, opina la destacada autora uruguaya.

Desde que llegó a Colombia le llamó la atención la montaña, un paisaje muy diferente al que estaba acostumbrada en Montevideo. La presencia de la Cordillera la marcó e inspiró uno de los personajes de su nueva novela El monte de las furias, “supongo que este libro es la manera en que Colombia fue metiéndose en mi escritura”, dice la autora.

“Supongo que hay escritores que logran vivir fuera de su país sin que su escritura se modifique, como si la escritura permaneciera dentro de una burbuja separada de la experiencia vital. Pero no es mi caso. Siento la escritura como una extensión de la vida misma“, agrega.

La autora ha sido considerada una de las escritoras más destacadas de su generación, en 2021 ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara por su novela Mugre Rosa. 

Bogotá, una ciudad de montaña

“La montaña siempre está ahí, como un testigo de nuestras vidas, y a la vez con una indiferencia absoluta. Tiene algo místico, y no importa cuantos años llevemos viviendo en ese lugar, al levantar la mirada se mantiene esa sensación de asombro y de reverencia que nos provoca la inmutabilidad de la montaña. El mar, en cambio, es distinto, porque lo vemos siempre cambiando”, manifiesta la autora. 

En esta nueva novela la autora explora la relación de una mujer con la naturaleza, la violencia y la figura materna.

“La mirada humana no es la única mirada posible ni la única mirada válida, por eso intenté salirme de ese centro hacia una periferia (imaginaria, por supuesto), la subjetividad de una existencia no humana”, sostiene. 

Para poder escribir este libro, Trías leyó sobre todo textos científicos o de divulgación sobre la montaña, el tiempo geológico, la inteligencia vegetal, el lenguaje de las plantas, el musgo, el limo, la flora y fauna local (perteneciente al bosque andino y al bosque de niebla), entre otras cosas.

“Para mí todo eso es algo que queda en el subtexto. No es que yo investigue para ponerlo en la novela y dar información propiamente dicha, sino que, como en la teoría del iceberg de Hemingway, eso permanece sumergido, en ese ochenta por ciento que no se narra, pero que está allí, sosteniendo lo demás”, dice. 

Violencia patriarcal

En sus libros, los personajes suelen ser mujeres, sin embargo, en El monte de las furias además de la protagonista, habla la montaña.

“La montaña también es un cuerpo feminizado, hablamos de la madre naturaleza, la madre selva… E históricamente a la naturaleza se la ha asociado a lo salvaje, lo misterioso, lo traicionero, allí habitan los espantos, que casi siempre se representan como figuras femeninas (las brujas del bosque). Me interesaba ver cómo la montaña se narraba a sí misma y qué paralelismos o contrastes se planteaban con el relato de la mujer. Igual que la mujer, la montaña narra su propio mito de origen, su cosmogonía y su experiencia del cuerpo-montaña. Para mí era importante que la montaña tuviera su lugar, sus capítulos, su punto de vista, porque si no volvía otra vez a “ser narrada” por la mujer, y no iba a poder salirme de esa mirada antropocéntrica que siempre se termina imponiendo”, manifesta.

En relación a intersección entre la naturaleza y los personajes femeninos, la autora menciona que ambos casos se ejerce violencia, “parten del mismo paradigma patriarcal, y eso me parece muy interesante, permite pensar simbólicamente muchas cosas que nos atañen a todas”.

“Pero la verdad es que yo no decido representar determinados problemas ni temas en mi escritura. Nunca pensé “voy a escribir sobre la violencia”, pues no sabría cómo hacer eso (la violencia en términos generales es inabarcable). Yo parto de unos personajes específicos y observo todo aquello que las rodea (la madre, la abuela, los hombres con los que se vincula, el pueblo donde creció, el trabajo que realiza). Supongo que la violencia es algo tan inherente a la experiencia de ser mujer en este mundo y en este tiempo que lo demás se fue dando solo, se fue imponiendo en la medida en que iba narrando la vida de esta mujer y de esta montaña específicas. Lo demás son las conclusiones a las que llegan las lectoras, porque la lectora es capaz de extrapolar las experiencias específicas de estos personajes pequeños a su propia experiencia del mundo”, concluye.

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