 CULTURA
                                Crédito: Facebook de la entrevistada
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                                Crédito: Facebook de la entrevistada
                            
                        Impulsora de certamen regional: “Queremos rescatar la conexión directa con el oficio de pintar”
La historiadora del arte puertovarina Beatriz Huidobro impulsa “El Color del Sur”, un espacio clave para visibilizar el arte regional y nacional desde el sur del país, y el cual hoy cuenta con una convocatoria abierta para artistas nacionales y regionales.
Beatriz Huidobro desde niña ha sentido una conexión especial con el arte. “Mi padre, Miguel Huidobro, murió cuando yo tenía solo seis años, pero mi madre, Elly Hott, fue una influencia importante en este sentido”, señala. Elly Hott, una mujer muy creativa, solía pintar, y Beatriz observaba todo ese mundo con mucha atención. “Me crié en un entorno con muchos estímulos visuales”, añade.
Beatriz está conectada desde una conferencia de videollamada. Se le ve a ella con un chaleco negro y un collar rojo. Su cabello es rubio y rizado. A su espalda se puede ver una colosal biblioteca, y junto a ella, también unos cuadros: Alfredo Helsby, Roberto Matta, Fernando de Szyszlo, son parte de su colección. A ella no le gusta que se vea ese espacio de su casa, por eso prefiere las entrevistas presenciales. Si no estuviera a más de 1.037 kilómetros de distancia de Puerto Varas, podría hablar por horas sobre lo que más le apasiona: el arte. “Nos hace falta un cafecito”, dice para iniciar esta conversación.
Para Beatriz Huidobro Hott, Puerto Varas no es una ciudad desconocida. No solo porque la ha visitado en un sinfín de ocasiones, sino también porque nació y vivió en ella.
“Nacer y crecer en una ciudad tan bella te sensibiliza y despierta tu apreciación estética. Para los niños que vivíamos en el centro de la ciudad, la plaza era nuestro lugar de juegos preferido. Circulaban muy pocos autos, nos divertíamos en patines, bicicleta, y por supuesto en el lago, nadando y paseando en los botes. Disfruté profundamente de ese entorno”, recuerda con emoción.
Sin embargo, su última visita de este año a la región no es casual. Vino a inaugurar una exposición de la pintora Magdalena Atria al Centro de Arte Molino Machmar, lugar donde se desempeña como curadora de arte desde hace más de diez años, y como vicepresidenta del directorio.
“Para mí el arte es una parte esencial en mi vida, no sabría cómo vivir sin él”, manifiesta. Pero, no es el único motivo que la trajo nuevamente a Puerto Varas: ella se está preparando para ser jurado del emblemático certamen de pintura El Color del Sur, el mismo que ella misma fundó en los años noventa.
Beatriz Huidobro inició el proyecto El Color del Sur en 1990, y su primera versión se llevó a cabo en enero de 1991, gracias al apoyo total de la Municipalidad de Puerto Varas. Desde siempre, la historiadora del arte visualizó su ciudad natal como el lugar ideal para desarrollar iniciativas artísticas, fuera de la capital. Su principal motivación fue aplicar los conocimientos adquiridos durante su estancia en México y, al mismo tiempo, contribuir a la descentralización de las actividades artísticas en Chile.
Durante más de una década, este certamen marcó la escena cultural del sur como uno de los encuentros más significativos del país, hasta el año 2004. La iniciativa no sólo convocó a artistas de distintas partes de Chile, sino que también dejó una profunda huella en la comunidad puertovarina.
“Recuerdo especialmente la invitación de la Biblioteca Nacional de Santiago para exhibir la primera versión del concurso, y luego la emoción de ver un gigantesco pendón de El Color del Sur en la Alameda. Lo mismo me sucedió cuando las obras se presentaron en el Polyforum Cultural Siqueiros de la Ciudad de México: ver el cartel que decía El Color del Sur, Puerto Varas, en la gran avenida Insurgentes, fue una emoción indescriptible”.
A pesar de lo importante del certamen, este tuvo que pausar por motivos inherentes a la municipalidad. Así, tras casi dos décadas de pausa, el certamen volvió a escena en 2023 con gran éxito: se recibieron 341 postulaciones de artistas provenientes de 13 regiones, con amplia participación intergeneracional y un 56 por ciento de obras realizadas por mujeres.
Son esas cifras y esa nostalgia la que hace que Beatriz se vuelque a revivir este certamen de pintura. “¡Es que aún queda tanto por hacer en el ámbito de las artes! Fíjate que en la región de Los Lagos no contamos con escuelas de arte, solo con instituciones orientadas a la formación pedagógica”, añade.
Para esta historiadora del arte, sigue siendo urgente aumentar los espacios de exposición para artistas locales y generar instancias de recepción para obras de alcance nacional. “A nivel regional, sigue pendiente asegurar la sostenibilidad de los espacios culturales, muchos de los cuales trabajan con recursos muy limitados”. Con esa misma convicción, Beatriz sueña con que El Color del Sur retome su carácter itinerante, como en sus primeras versiones, cuando las obras recorrieron espacios expositivos dentro y fuera de Chile. Aspira a que el certamen vuelva a convertirse en una embajada cultural de Puerto Varas, consolidándose como uno de los encuentros más relevantes del país y proyectándose como un referente en el ámbito internacional.
“Creo que, El Color del Sur, cumple un rol fundamental como instancia de creación, difusión y encuentro entre artistas nacionales y regionales. También aporta a la sensibilización artística fuera del sistema formal de educación, y fomenta tanto la educación patrimonial como la formación en arte desde una perspectiva inclusiva y descentralizada”.
México como inspiración
Beatriz no había vivido fuera de Chile hasta en la década del setenta, cuando se trasladó a México junto a su esposo y su hija Vania Constanza. Rodrigo, su segundo hijo, nació en Ciudad de México.
Socióloga de la Universidad de Chile, fue en México donde redescubrió su antiguo amor por la historia del arte, ese mismo que había conocido años atrás en los libros de su adolescencia. A Beatriz también le llamó profundamente la atención el Festival Cervantino, que se realizaba (y aún se realiza) cada año en la ciudad de Guanajuato, reuniendo a artistas de distintas disciplinas y de nivel internacional. “El ambiente cultural que se respira en ese país me doblegó. Volví a la universidad, esta vez a estudiar Historia del Arte. Me enamoré del arte latinoamericano y pensé de inmediato que mi ciudad natal podía convertirse en el centro de una actividad artística importante”.
Y así, durante quince años se dedicó al estudio del arte y docencia en distintas universidades mexicanas, pero su pensamiento siempre volvía a Chile. “Yo quería poner en práctica lo aprendido”, declara. Fue en 1991 cuando regresó de México, y allí nació en ella la necesidad de colaborar para que Puerto Varas se convirtiera en un centro importante para el desarrollo de las artes visuales.
“Me pareció que un concurso sería la forma más efectiva de generar interés, y aún más si se acompañaba de actividades paralelas: un encuentro entre artistas y especialistas invitados, pintores locales y la comunidad en general. Charlas, pintura in situ con la participación de niños y adultos aficionados, así como acciones de arte en espacios públicos (pintura mural, intervenciones en el lago, etc)”, rememora.
Desde entonces, Beatriz no dejó la enseñanza, las clases ni su vínculo con los museos y centros culturales del país.
“Para mí el arte es una parte esencial en mi vida, no sabría cómo vivir sin él.
– ¿Hay alguna figura o experiencia que haya marcado profundamente tu visión sobre el arte y la sociedad?
– La experiencia de haber vivido en México. El arte tiene un gran impacto en la sociedad, ya que puede generar cambios sociales y políticos. Podemos explorar la realidad en la que vivimos, nos permite una comprensión más profunda del mundo y de la sociedad y nos invita a imaginar y construir un futuro mejor.
– Desde que comenzaste “El Color del Sur” en 1991 hasta hoy, ha pasado más de tres décadas. ¿Cómo ha cambiado tu visión sobre el certamen?
– El certamen debe adaptarse a los tiempos actuales, especialmente aprovechando las nuevas herramientas tecnológicas disponibles, aunque sus objetivos esenciales son los mismos, teniendo en cuenta los nuevos desafíos ambientales, sociales y culturales. Su propósito continúa siendo potenciar y posicionar a Puerto Varas como un importante foco cultural en torno a las artes visuales, contribuir a la descentralización de las actividades artísticas en el país y generar espacios de diálogo con otras regiones. Además, busca promover la interculturalidad y visibilizar una identidad propia del sur, explorando la riqueza cultural y la relación con la naturaleza. El certamen también se propone ser una instancia de difusión para artistas nacionales y locales, crear espacios de expresión y formación para la comunidad y su identidad, y aportar al turismo cultural de la ciudad.
– Hoy en día las artes visuales se encuentran en un momento de constante cambio, con nuevas tecnologías, lenguajes y plataformas. ¿Cómo crees que ha evolucionado el certamen para adaptarse a los nuevos tiempos?
– Son más de treinta años y las artes visuales han evolucionado. Hoy hay un mayor énfasis en el arte conceptual, en la utilización de los nuevos medios, y muchas veces se ha alejado del oficio o la experiencia de pintar. En estos momentos en que el mundo está hiperdigitalizado, queremos rescatar la conexión directa con el entorno, el oficio de pintar, sin regresar al pasado, incorporando las nuevas tendencias. La alta convocatoria que tuvimos en la versión anterior 2023 donde llegaron más de 340 obras de todo el país, de la más alta participación en los concursos nacionales, nos confirma el interés y la vigencia de nuestra propuesta.
– ¿Qué esperas que quede en la memoria colectiva de este certamen?
– Espero que se recuerde como una instancia que abrió caminos, que sembró semillas, y que espero continúe dando frutos.
Tras el éxito de su convocatoria en 2023, el emblemático certamen de artes visuales “El Color del Sur” anuncia oficialmente su próxima edición, que se realizará en el verano de 2026 en la ciudad de Puerto Varas. La edición 2026 será organizada por el Centro de Arte Molino Machmar (CAMM), con financiamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio (MINCAP) y el apoyo de la Municipalidad de Puerto Varas. La convocatoria está dirigida a artistas visuales chilenos y a extranjeros con residencia en Chile, mayores de 18 años, tanto profesionales como aficionados.
Como novedad, todos los artistas seleccionados que no obtengan premios recibirán un bono económico en reconocimiento a su participación. Quienes obtengan los primeros lugares también serán beneficiados con pasajes y estadía en Puerto Varas durante el desarrollo del encuentro. Para quienes estén interesados en saber más del Color del Sur, la convocatoria estará abierta hasta el 30 de noviembre de 2025 en este enlace.
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