
Exposición inmersiva “Atacama. Océano vivo” en el Museo Interactivo de Las Condes
Exposición inmersiva “Atacama. Océano vivo” en el Museo Interactivo de Las Condes
- Museo Interactivo Las Condes (MUI). Isidora Goyenechea 3400, Las Condes.
- De martes a domingo.
- Hasta el 31 de agosto.
- Inscripción previa AQUÍ.
“Llevar a las personas lo que no pueden ver es un desafío maravilloso. Y el mar profundo es más desafiante aún, porque lo que buscamos proteger no está a simple vista: los bosques de algas llenos de vida, las majestuosas ballenas, los chungungos… Dejar esa riqueza natural en el imaginario de la gente es una tarea que me mueve día a día”.
El fotógrafo submarino, documentalista y explorador marino César Villarroel (Valparaíso,1975) asegura que la Reserva Marina Isla de Chañaral -ubicada en la comuna de Freirina, región de Atacama- es un lugar es único, irremplazable y patrimonio no solo de las y los chilenos, sino del planeta. Esta reserva es un área de anidación y protección del pingüino de Humboldt, zona de protección de poblaciones residentes de delfines nariz de botella y corredor biológico de ballenas fin, jorobadas y azules.
Invitado por la Corporación Cultural Las Condes, trajo a la capital lo mejor de este laboratorio natural con una novedosa muestra que contempla solo imágenes en movimiento y sonidos directos capturados durante extensas jornadas en el mar de la Reserva Marina Isla Chañaral, uno de los entornos más ricos en biodiversidad del norte de Chile y más prístinos del planeta. En este silencio discursivo, lo que se manifiesta es la naturaleza misma: su ritmo, su presencia, su fragilidad y su fuerza.

La exposición inmersiva “Atacama. Océano vivo” es patrocinada por Ibereólica y por la Fundación Chañaral de Aceituno.
“Llevo 15 años buceando y grabando bajo el mar en Atacama. Me siento enamorado de esta región de Chile: me conmueve el desierto, ese que florece de tanto en tanto brindándonos el milagro de la naturaleza y el cual ha sido declarado en grandes áreas como parque nacional, pero creo que las personas desconocen que bajo ese mismo desierto hay un océano vivo, un motor de vida, que es único e irremplazable, lleno de colores y que está florecido todo el año, y ese ha sido un motor para crear esta exposición, a través del poder de las imágenes”, dice César Villarroel.

Crédito: César Villarroel
“Sabemos la importancia de las ballenas y de los estudios que avalan su rol clave, pero no todos tienen la oportunidad directa de verlas comiendo o navegando. Muchos saben de los bosques de algas, pero aún menos han estado sumergidos en ellos y es eso lo que hemos logrado con ‘Atacama. Océano Vivo’, utilizar la tecnología de estas 5 salas, de proyecciones, que cubren sus paredes para provocar la sensación de estar ahí y despertar una conexión, fusionar el significado y la emoción en el arte con imágenes de tamaño real y sonido inmersivo para lograr que sientas una experiencia religiosa y vuelvas a sentirte parte de la naturaleza”, agrega el documentalista y explorador marino.
Desde hace más de 30 años, César Villarroel ha centrado su carrera en el registro de la vida marina, especialmente en las costas del norte de Chile. En la caleta Chañaral de Aceituno dirige Explorasub, una organización dedicada a la conservación marina a través de la divulgación científica, la educación ambiental, la producción de contenido audiovisual y el buceo deportivo. Sus expediciones y registros han sido publicados en medios nacionales e internacionales, así como presentados en conferencias, documentales y libros fotográficos.
Con “Atacama. Océano Vivo”, Villarroel continúa su misión de tender puentes entre el océano y las personas, utilizando el arte como medio de conexión.

Crédito: César Villarroel
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