
Filósofa española Angélica Velasco defiende una ética del cuidado como respuesta a colapso ecológico
La referente en ética animal y ecofeminismo visitó el Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) para compartir su mirada sobre género, naturaleza y justicia.
Frente a la terraza del edificio del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC) albergado por la Universidad de Magallanes (UMAG) en Puerto Williams, el canal Beagle se abre en silencio hacia los confines del sur austral.
Es un paisaje majestuoso, y al interior del auditorio con capacidad para 200 personas, la filósofa y ecofeminista española Angélica Velasco, profesora de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valladolid y miembro de su Cátedra de Estudios de Género, despliega una crítica serena pero radical: no se trata solo de cifras ni de tecnología, sino de relaciones rotas. Entre humanos y naturaleza, entre hombres y mujeres, entre especies.
Invitada al Tercer Congreso Internacional CHIC 2025: “Filosofías, Educación y Éticas para la Conservación Biocultural”, que reunió en Puerto Williams a investigadores, académicos y líderes territoriales, Velasco compartió su propuesta ética basada en el cuidado, la empatía y la reconstrucción de vínculos con la vida. Su reflexión continuará en el poscongreso que se desarrollará en Santiago desde este lunes, donde se profundizará el diálogo entre filosofía, teología, biología y culturas del sur.
Ecofeminismo
El ecofeminismo, explica tras su presentación, es una crítica al androcentrismo y al antropocentrismo que ha dominado las relaciones humanas con la naturaleza. Esta perspectiva feminista cuestiona los valores tradicionalmente asociados a la masculinidad y recupera los planteamientos de filósofas que han sido silenciadas en la ética ambiental y animal.
“Nos permite entender nuestra forma insostenible de relacionarnos con la naturaleza desde las vinculaciones entre la opresión de las mujeres y la de los demás animales y la devaluación de los valores del cuidado”, señala.
Aunque históricamente el cuidado ha sido vinculado a lo femenino, Velasco enfatiza que es una cualidad humana, y no solo humana: también otros animales cuidan.
“No solo las mujeres cuidan; también pueden cuidar los hombres. Lo que pasa es que históricamente se ha exigido a las mujeres que sean quienes cuiden”, dice.
Cita a Alicia Puleo, filósofa y académica de su mismo departamento en la Universidad de Valladolid, para advertir que “el ecofeminismo es una negociación preventiva para que, ante la situación de colapso ambiental, no seamos las mujeres quienes tengamos que encargarnos exclusivamente de la situación de degradación ambiental, de la misma forma que no tienen que ser los pueblos indígenas los que carguen con lo que le estamos haciendo al resto de la naturaleza”.
Recuperar y cuestionar
Los saberes tradicionales comunitarios, especialmente los de pueblos originarios, juegan un papel esencial en las prácticas de sostenibilidad. “Nos aportan elementos que dentro del pensamiento occidental son devaluados”, afirma. Pero advierte —siguiendo a la socióloga boliviana Silvia Rivera Cusicanqui— que no se debe depositar sobre estas comunidades la responsabilidad de reparar lo que han causado los países del norte global.
El cuidado, insiste Velasco, debe estar en el centro de una ética ambiental transformadora.
“Tiene que ser un cuidado que no solo preste atención a los humanos, sino al resto de la naturaleza a los demás animales”, dice.
Critica que muchas veces se olvide que la biodiversidad sostiene la vida natural, y denuncia que industrias como la ganadería o la pesca intensiva están destruyendo hábitats. En particular, alerta sobre el impacto ambiental y ético de las piscifactorías.
“Estamos destrozando los mares y océanos para alimentar peces que luego solo algunos pocos van a consumir como sushi”, dice.
“Muchos de esos peces que llegan a nuestra mesa fueron alimentados con otros peces criados en cautividad o pescados con fines de engorda”.
Alternativa alimentaria
Frente a esto, plantea una alternativa alimentaria clara: reducir el consumo de productos de origen animal.
“Lo que estamos haciendo es generar un montón de cultivos que podrían ser consumidos directamente por las personas, pero se los damos a animales que luego convertimos en carne. Eso es una pérdida energética bestial, además de un sufrimiento innecesario”, explica.
Para ella, el problema no es solo ético, sino también de eficiencia y seguridad alimentaria global.
En su mirada, América Latina aporta claves al pensamiento ecofeminista global.
“Hay muchas mujeres feministas que defienden sus territorios; algunas no se llaman ecofeministas, pero muchas sí. Nos están aportando ideas que en Europa no consideramos porque no vivimos sus realidades”, señala.
Destaca el trabajo de Aimé Tapia González, académica de la Universidad de Colima (México), quien ha recuperado los saberes de mujeres indígenas que luchan simultáneamente contra la opresión de género y contra el extractivismo en sus territorios.
Otra educación
En un mundo crecientemente tecnologizado, Velasco plantea duras críticas al modelo actual.
“Tenemos una necesidad muy imperiosa de decrecer”, dice.
Aboga por una transición hacia un modelo de vida basado en la frugalidad, la simplicidad y la amistad. No se trata solo de consumir menos, sino de reorganizar nuestros valores.
“El problema es que estamos educados en el crecimiento, en el individualismo, en la competitividad. Y eso hay que transformarlo”, explica.
¿Y qué lugar tienen los hombres en este modelo? Velasco no plantea una exclusión, sino una transformación educativa.
“A los hombres se les educa en el distanciamiento emocional, en la autosuficiencia, no se les potencia la empatía ni la compasión”, advierte.
“Lo que planteamos es una nueva educación, que también les permita llorar, mostrarse vulnerables, pedir ayuda. Desarrollar esas cualidades humanas que les han sido amputadas”.
Ecofeminismo
Ella misma, cuenta, llegó al ecofeminismo a través de su conexión emocional con los animales y la naturaleza. Estudiando ética animal comprendió que sus convicciones éticas no podían separarse de su modo de vida.
“Ya no pude seguir interviniendo en esa injusticia”, dice.
Su encuentro con la obra de Alicia Puleo terminó de consolidar su pensamiento, y hoy trabaja en un nuevo libro de divulgación sobre la ética del cuidado, desde una narrativa más personal.
Como imagen de lo que representa el ecofeminismo, elige los santuarios de animales: espacios donde mujeres rescatan animales de la industria para darles una nueva vida basada en la compasión.
“Cuando yo era niña nos llevaban a granjas escuela para enseñarnos cómo ordeñar una vaca. Me parece terrible. Nos enseñaban que los animales están ahí para darnos algo. En cambio, en los santuarios se pone en práctica el cuidado como valor central”.
Velasco también admira profundamente a Jane Goodall.
“Necesitamos muchas mujeres como ella”, dice. Recuerda cómo en una reciente entrevista en un famoso programa de la televisión española Goodall reclamó respeto no solo para los chimpancés, sino también para los animales de granja, en condiciones de vida aún peores.
“El presentador ignoró en su traducción completamente lo que ella dijo. Me puse a llorar al verla. Sentí que estábamos perdiendo algo valioso”.
Paso por Chile
En su paso por el CHIC, Angélica Velasco valora poder ver una naturaleza menos intervenida por el ser humano.
“Estoy entusiasmadísima por poder ver esta nueva naturaleza”, afirma. Para ella, compartir este espacio con pensadores como Ricardo Rozzi, a quien conoció en Valladolid, es un momento de enorme aprendizaje.
“Cuando leí su ética biocultural, vi que estaba planteando lo mismo que pensamos desde el ecofeminismo, pero aquí, en su hábitat, con sus hábitos y sus habitantes”.
Dice que aún no ha tenido tiempo de explorar del todo la naturaleza austral, pero espera hacerlo pronto. Mientras tanto, confiesa que siempre soñó con ser primatóloga.
“Me encantan los chimpancés y los gorilas, pero cualquier animal me fascina. Desde un insecto a una jirafa”.
Relevancia de pensamiento
Ricardo Rozzi, director de investigaciones del CHIC y profesor titular de la UMAG, destaca la relevancia del pensamiento ecofeminista en general y el de Angélica Velasco en particular, porque proveen enfoques que disuelven dicotomías y exclusiones que deben ser reparadas, como ocurre con el sexismo, el racismo y el antropocentrismo.
En relación al sexismo, Rozzi destaca que atributos femeninos asignados exclusivamente a las mujeres están presentes en todos los seres humanos y también en otras especies biológicas. Por ejemplo, tal como propone Velasco, en el siglo XVIII el filósofo escocés David Hume aludía en su Tratado sobre la Moral Humana observaciones respecto al cuidado esmerado que las aves tienen con la confección y limpieza de sus nidos y la protección de sus polluelos. Este mismo instinto está presente, o debiera estar presente en el cuidado que las madres y padres humanos tienen por sus hijos.
Respecto al racismo, Rozzi subraya que la justicia socioambiental es fundamental para resolver problemas como la degradación de los hábitats que afectan tanto a la biodiversidad como al bienestar humano.
Importancia de Jane Goodall
Para superar el antropocentrismo, Rozzi coincide en la relevancia que Velasco otorga a la obra de la primatóloga y conservacionista Jane Goodall. En el estudio de los animales Goodall introdujo innovaciones metodológicas revolucionaron la comprensión y valoración de la vida de otros animales.
Por ejemplo, en su estudio de campo con chimpancés le dio un nombre a cada individuo, en vez de un mero número como era el protocolo anterior. Este cambio posibilitó el descubrimiento de conductas de aprendizaje y relaciones sociales complejas, tales como la invención de herramientas, su uso y transmisión del conocimiento. Así, Goodall aportó a superar el antropocentrismo puesto que antes de la década de los 1960s esas habilidades eran atribuidas solo a la especie humana.
La participación de Velasco consolida una larga y fructífera colaboración entre investigadores españoles y chilenos del CHIC y la Universidad de Magallanes. La incorporación de la filosofía en las líneas de investigación del nuevo Centro de Excelencia Científico y Tecnológico CHIC ubicado en un área tan remota como el Cabo de Hornos, consolida el la investigación sobre las causas últimas del cambio climático.
Investigar valores y enfoques de educación desde Puerto Williams, Rozzi concluye que “a nivel región y país, podemos decir destaca por una ciencia transdisciplinaria desarrollada en zonas extremas donde todavía se conservan ecosistemas y una biodiversidad subantártica única en los archipiélagos más australes de América”.
Poscongreso en Santiago
Esta semana el CHIC continúa su agenda con actividades posconferencia en el Campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica. Hoy lunes se desarrolla el Seminario Internacional “Ética biocultural: más allá del antropocentrismo”, organizado por la Facultad de Teología y el Instituto de Éticas Aplicadas de la UC junto al CHIC. La jornada incluye ponencias de destacados teólogos y filósofos de América Latina y Europa, entre ellos David Clough, Jelson de Oliveira, Lucio Florio, María Antonia González Valerio y Angélica Velasco.
Además de las conferencias académicas, el seminario pone el acento en la necesidad de repensar el lugar de los humanos en la red de la vida, abriendo espacio a reflexiones sobre espiritualidad, responsabilidad ética y justicia intergeneracional. El objetivo no es solo discutir teorías, sino aportar a la construcción de marcos éticos que orienten las decisiones colectivas en un mundo en crisis.
Mañana se realizarán paneles en torno a libros recientes sobre conservación biocultural, como Az Mapu de Elisa Loncon, Autonomía Mapuche de Martín Llancaman y Filosofía Ambiental de Campo de Ricardo Rozzi. La jornada incluirá también una salida a terreno al humedal Batuco, concebida como una experiencia pedagógica y sensorial que conecta la reflexión teórica con el territorio vivo.
Estas actividades de cierre buscan proyectar los contenidos del CHIC más allá de Magallanes. Las actividades del día 20 contarán también con la colaboración de la carrera de Ingeniería en Recursos Naturales de la UC, el equipo de Sustentabilidad y Vinculación con el Medio del Parque Metropolitano de Santiago, y representantes del Humedal de Batuco, donde se realizará la salida a terreno. Ese día estarán disponibles los libros discutidos, con ejemplares a disposición del público interesado.
Este encuentro ampliará las discusiones iniciadas en el extremo austral del continente y permitirá conectar reflexiones filosóficas, éticas y ecológicas con actores académicos, territoriales y culturales del centro del país.
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