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Novela “Succión”: Este lugar es un hoyo negro de supersticiones CULTURA|OPINIÓN

Novela “Succión”: Este lugar es un hoyo negro de supersticiones

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Juan Ignacio Colil
Por : Juan Ignacio Colil Ha publicado los libros de cuentos: “8cho relatos” (EDEBÉ, 2003), “Al compás de la rueda”(Das Kapital, 2010) y las novelas “Lou” (Magoeditores, 2007), “Tsunami” (Das Kapital, 2014), “El reparto del olvido” (Lom, 2017), “Los muertos siempre pueden esperar” (Raíz de dos, 2017, Argentina), “Un abismo sin música ni luz” (JPM Ediciones, España 2017 y Lom Ediciones, Chile, 2019), “Espejismo cruel” (Los perros románticos, 2021, Chile) además publicó las novelas infantiles “Bajo el Canelo” (Edebe 2012) y “Zumbidos y estrellas” (Das Kapital, 2015). Algunos de sus cuentos han sido incluidos en antologías y ha obtenido varios premios de novela y cuento en Chile, España y Argentina.
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Nicolás Poblete ha construido una novela desafiante para el lector y que nos hace preguntarnos también por el Chile de hoy convertido en un mall chino, donde las apariencias nos hacen creer que nos aferramos a la vida.


Quienes hemos pasado por la autopista del Sol; más o menos por el kilómetro 20; hemos visto un gran cerro de peluches que corresponden a la “animita” de una joven que falleció en un accidente el año 1998. Es una animita moderna que ha concitado la atención de los fieles que llegan al lugar, dejan los peluches y otros objetos a modo de ofrenda. Hago esta aclaración para ubicarnos en la novela “Succión”, la última obra de Nicolás Poblete, publicada este año 2023 por la Editorial Cuarto Propio.

Chile está lleno de animitas, pero solo unas pocas alcanzan un rango diferente porque se convierten en un lugar de peregrinación y ofrendas. La fe desborda la historia. Quizás la más famosa y antigua es la conocida como la animita de Romualdito, que muchos creen que era un niño; pero esa es otra historia.

La escritora Mónica Drouilly publicó el año 2018 un libro de cuentos, y el relato que daba el título al volumen “Retrovisor” ( Libros de mentira), también se refería a esta animita extraña, exagerada y kitsch.

En “Succión”, Sarai, es una mujer joven, adinerada. La vemos desde el comienzo en el papel de consejera de la madre de Ingrid, “la niña hermosa”, quien fue la víctima del accidente y el centro de aquella descomunal animita. Sarai está convencida de tener que cambiar la vida de la madre de Ingrid. Se acerca a ella y establece una relación cercana; la orienta para cambiar su humilde negocio de empanadas por algo más sofisticado y la vemos actuar con un trato, una forma de ser altanera, miradora en menos, decidida.

La novela está formada por un monólogo que Sarai mantiene con la difunta Ingrid, y en donde le cuenta sus avances y logros en la relación que tiene con los padres de ella, este monólogo es intervenido por cartas que dejan los fieles en la animita, por los diálogo que tiene Sarai con su padre y otros personajes; por un cuento hecho por el papá de Sarai que asiste a un taller literario y que se refiere a la víctima del accidente. Sarai envuelve al resto de los personajes en sus propias obsesiones.

Sarai considera a la animita de la carretera una especie de mall chino, una obra alimentada por el mal gusto popular y por una fe oscura que se ha ido expandiendo. Lo observa con desdén: “Baldes, una caja de helado con restos de agua, dos cactus con flores rojas emergiendo de sus cabezas espinosas; azulejos grabados con insignias; más y más cruces. Una Barbie, estilizada de modo anoréxico, entre los cuerpos gordos y peludos de dos osos; un sonriente pato amarillo, pico de plástico irrompible; una vaca, tejida con lanas blancas y negra; un reno con relleno de aserrín, la bola roja de su nariz que parece más la de un payaso; un zorrillo cosido con una aproximación de terciopelo. De hecho, el zorrillo está sujeto entre los brazos de la Barbie; sobre ellos impera King Kong”. (p. 59)

Mientras uno lee la novela se va enganchando con la protagonista que mantiene el mismo tono durante toda la obra, y página tras página van surgiendo las preguntas en torno a este personaje: ¿Por qué Sarai llegó a establecer esa relación con los deudos? ¿Por qué hace lo que hace? ¿De dónde le nace esa misión autoimpuesta de querer cambiarles la vida? ¿Cuál es el límite? Son preguntas que a uno le comienzan a rondar porque uno siempre espera respuestas, pero el camino de Sarai es misterioso e inquietante. Ella no da tregua ni explicaciones al igual que la novela que cuando uno comienza a leerla es arrastrado por este torbellino que es Sarai, de alguna manera es succionado hacia su propia atmosfera.

Quizás “Succión” sea esa fuerza que lleva a Sarai a aferrarse a la vida y apropiarse de una manera abierta, desenfadada de la vida de otros; de la vida de Betty; la madre de Ingrid, y de Chaparro, su padre; pero también vemos esa actitud con sus cercanos; con su padre, con su pareja, y por último con Marcia, una mujer que trabaja en el gimnasio donde ella da sus clases de spinning.

Nicolás Poblete ha construido una novela desafiante para el lector y que nos hace preguntarnos también por el Chile de hoy convertido en un mall chino, donde las apariencias nos hacen creer que nos aferramos a la vida.

“Este lugar es un hoyo negro de supersticiones y, como cualquier hoyo negro, atrae para chupar, chupar y chupar. Succionar.”(p. 14)

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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