
Raúl Zurita: un tercer Nobel para Chile
Sería un reconocimiento al compromiso con el futuro y los derechos humanos. Chile, su gente y sus artistas han sido parte de la obra del poeta y lo han apoyado a lo largo de su trayectoria.
Hace 80 años, Gabriela Mistral recibió el premio Nobel de Literatura por su poesía y su labor cultural. En 1973, Pablo Neruda recibe el segundo Nobel para un poeta proveniente de territorio chileno. Hoy, otro poeta, Raúl Zurita, podría convertirse en nuestro tercer flamante galardonado. Parece que, en este país, las cosas no pueden ser contadas si no en verso, decía el prólogo a un libro de Zurita.
Méritos literarios le sobran. Ha sido una voz ética y estética que alumbró los años 80 desde la poesía, junto con Elvira Hernández, Diamela Eltit o Alexis Figueroa, y tuvo la genialidad de armar un proyecto estético que abarcó toda su vida.
Partiendo por su trilogía compuesta por Purgatorio, Anteparaíso y La vida nueva, donde nos propone un potente camino poético hacia la construcción de un nuevo Chile. Siguiendo por su poesía que escapa del libro impreso, como su poema escrito en los cielos de Nueva York, el verso de tres kilómetros en el desierto de Atacama o el poema proyectado en los acantilados del Norte Grande, cerca de Pisagua. Y terminando por sus ensayos en que nos recuerda el sentido de la poesía, el valor de la memoria y los derechos humanos, la urgencia del amor y la importancia de las estrellas.
Su obra completa nos da cuenta de su genialidad, su profunda sensibilidad humana y su sentido universal, a pesar de que siempre haya escrito desde las perdidas cordilleras de Chile. Y así lo han leído, desde los más distantes países. Ha sido premiado tanto en India como en Europa. Ha sido traducido al árabe, ruso, hindi, griego, bengalí.
En 2020, recibió el Premio Reina Sofía, por su gran aporte al patrimonio cultural de Iberoamérica y España. En 2022, al recibir el Premio Internacional Federico García Lorca, el jurado reconocía en él al poeta vivo más importante de la literatura hispánica.
El gesto histórico y poético de galardonar a Raúl Zurita con el Nobel -tal vez, de los pocos premios que gozan de mayor reconocimiento que los ya mencionados-, no sólo sería una prueba más de la potencia de sus versos, sino que sería un reconocimiento para todo Chile y los latinoamericanos.
Sería un reconocimiento al compromiso con el futuro y los derechos humanos. Chile, su gente y sus artistas han sido parte de la obra del poeta y lo han apoyado a lo largo de su trayectoria. Sería el tercer Nobel de Literatura para un poeta de nuestro territorio, y no me alcanza el espacio para profundizar en todas las oportunidades que se generan para la educación y la cultura chilena a partir de este triunfo. Para las presentes y las futuras generaciones, que podrían reconectar con la cultura, la literatura, la poesía viva.
En 2025, cuando no hay ningún Nobel de Literatura latinoamericano con vida, sería importante que todas las personas del mundo de las letras, las artes y las esferas intelectuales pudieran sumarse a una campaña de difusión a gran escala, nacional e internacional, tal como ocurrió con Mistral y Neruda.
Y es que en estos momentos de incertidumbre como este, tal como dijo Zurita, “no se trata de sobrevivir, sino de salvar la belleza de estar vivos”.
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