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Carrère antes de Carrère CULTURA|OPINIÓN Crédito: Cedida

Carrère antes de Carrère

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Pablo Bravo Pérez
Por : Pablo Bravo Pérez Periodista y escritor.
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El escritor ha sabido hacer de su vida y su mirada el centro de una obra única, incómoda, siempre inquietante.


Se espera que pronto tengamos noticias sobre un nuevo libro del escritor Emmanuel Carrère. La expectativa es alta, ya que desde que publicó El adversario (2000), el autor francés no ha dejado de consolidarse como uno de los grandes referentes de la no ficción literaria a nivel global. Dicho libro -una narración fría y espeluznante sobre Jean-Claude Romand, quien asesinó a toda su familia tras vivir una doble vida durante casi dos décadas- marcó un antes y un después en su carrera. Pero también, en cierto sentido, fue un comienzo: el nacimiento del Carrère que conocemos hoy.

Desde entonces, ha escrito libros donde él mismo es protagonista o testigo: Una novela rusa (2007), De vidas ajenas (2009), Yoga (2020), y otros de tono más ensayístico como Limónov (2011), El Reino (2014) o V13 (2022), en los que mezcla crónica, historia, política, y reflexión personal con una buena dosis de maestría narrativa. Carrère ha sabido hacer de su vida y su mirada el centro de una obra única, incómoda, siempre inquietante.

Pero antes de todo eso hubo otro Carrère. Uno que escribía novelas. Entre los años ’80 y ’90, publicó media decena de ficciones que hoy, a la luz de su obra posterior, adquieren un nuevo sentido. No es otro autor, pero sí un Carrère anterior al espejo: menos confesional, más narrador. Uno de esos libros tempranos es El bigote, escrito en 1986 y recientemente reeditado en español, que nos ofrece una oportunidad inmejorable para encontrarnos con ese primer Carrère.

En esta breve pero potente novela, un hombre decide afeitarse el bigote que ha llevado durante años. La sorpresa, o más bien la pesadilla, empieza cuando su esposa -y luego todos a su alrededor- afirman con absoluta naturalidad que él jamás ha tenido bigote. ¿Una broma pesada? ¿Un complot? ¿Una crisis de salud mental? Lo que parece una anécdota absurda se transforma en un desmoronamiento existencial. El protagonista se enfrenta a una realidad que ya no encaja con su memoria ni con sus certezas. Y el lector, atrapado en esa misma duda, no puede dejar de leer.

La historia, de menos de 200 páginas, se mueve entre el absurdo y el suspenso, con ecos kafkianos y un humor negro elegante. Carrère juega con la fragilidad de la identidad, el poder de la percepción y la delgada línea que separa lo real de lo imaginado. Es un Carrère distinto, sí, pero ya obsesionado por temas que luego serían centrales en su obra: el desconcierto ante lo real, la pérdida de sentido, el vértigo de lo inexplicable.

El bigote fue adaptado al cine en 2005, con el propio Carrère como director y el actor Vincent Lindon en el rol protagónico. La película fue reconocida en el Festival de Cannes con el premio Label Europa Cinemas, una muestra más del interés que sigue despertando este extraño relato sobre una pequeña acción que desencadena un cataclismo interno.

Releer El bigote hoy, con todo lo que sabemos del Carrère posterior, es como asomarse a una maqueta de lo que vendría después. Sin el yo autobiográfico al frente, pero con la misma tensión narrativa, con el mismo interés por las zonas oscuras de la conciencia. Es un Carrère en formación, pero no por eso menor. Mientras esperamos su próxima publicación, esta reedición es un recordatorio oportuno: antes de contarse a sí mismo, Carrère ya estaba explorando lo inestable. Solo que lo hacía desde la ficción.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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