Publicidad
“Colo Colo no considera a Aníbal Mosa una persona confiable” Entrevista exclusiva

“Colo Colo no considera a Aníbal Mosa una persona confiable”

Publicidad

Fernando Monsalve, el nuevo presidente del Club Social y Deportivo Colo Colo, tras señalar que las concesionarias no han cumplido ninguna de sus promesas, ratifica que el club sigue adelante para recuperar las series menores y evitar el uso indiscriminado y gratuito del Estadio Monumental de parte de Blanco y Negro. A Mosa lo describe como «personalista, poco racional y sin un proyecto. Está convencido de que, con sus decisiones, el club va a ganar nuevamente la Libertadores”.


“A 10 años de la implantación del sistema de Sociedades Anónimas en el fútbol chileno, está claro que ninguna de las promesas que se hicieron han sido cumplidas. Visto eso, como Colo Colo estamos reactivando nuestros contactos con parlamentarios que promuevan una modificación a la Ley que las rige”, señala Fernando Monsalve, abogado penalista y presidente desde fines del año pasado del Club Social y Deportivo Colo Colo.

Acusado de estar cooptado por el nuevo presidente de Blanco y Negro, Aníbal Mosa, Monsalve agrega tajante: “Son sólo habladurías de gente que, siendo crítica de la Concesionaria, tampoco nos quiere mucho a nosotros. Para ser francos, no tenemos una buena impresión de Mosa, por lo que mal podríamos estar entregados a él”.

Sobre los rasgos de la personalidad del nuevo presidente de Blanco y Negro, que provocan rechazo en el directorio de la Corporación, Monsalve explica: “Es absolutamente personalista, que actúa ‘en caliente’, sin usar mucho la racionalidad, y lo peor de todo es que carece de un proyecto claro acerca de lo que quiere para el equipo. Y no digo del club, porque el club somos nosotros. Lo único que pretende es manejar al equipo a su antojo, porque está convencido de que, con sus decisiones, Colo Colo va a ser campeón no sólo de Chile, sino otra vez de la Copa Libertadores de América. Se trata de una persona poco confiable».

Consultado acerca de los cambios que desean lograr en la ley de Sociedades Anónimas (Ley 20.019), sostiene: “Que la nueva ley las obligue a cumplir los objetivos para lo cual, supuestamente, fueron creadas. Hasta ahora, la única mejoría es que los jugadores reciben puntualmente su sueldo, pero claramente no es un progreso del cual puedan enorgullecerse. Se nos prometió equipos poderosos, competitivos internacionalmente, y está claro que hasta ahora no hemos visto nada de eso. Se nos ofrecieron obras de infraestructura, pero salvo el Monasterio Celeste, logro de Ricardo Abumohor con O´Higgins, no existe nada más. Por el contrario: los regentes de las Sociedades Anónimas parecen estar felices de que los estadios se los construya el Gobierno de turno con dineros estatales que, al final de cuentas, nos pertenecen a todos. ¿Qué lógica tiene eso de beneficiar con recursos públicos a entidades que sólo buscan el lucro para sus accionistas?”.

Agrega: “He conversado con Abumohor en más de una oportunidad, y él comparte plenamente la idea de cambiar la Ley que rige a las Sociedades Anónimas Deportivas. Al mando de O´Higgins, tiene claro que si el club no logra crear vínculos con la comunidad, va a llegar un momento en que el sistema reventará; así como está, es insostenible en el tiempo”.

Sobre ideas para la modificación de la Ley 20.019, dice Monsalve que “nos parece que debemos llegar a un sistema como el alemán, en que los clubes son Sociedades Anónimas, pero en que el 51% por ciento de la propiedad pertenece a los socios. Queremos, también, que la norma contemple la posibilidad de que entidades sin fines de lucro puedan administrar el fútbol. No soy ciego, sé en qué país vivo y por lo mismo entiendo que esto ya es más difícil de conseguir, pero creo que es una posibilidad que se debe explorar, visto que esta gente que ha llegado al fútbol, aparte de dar reiteradas muestras de que no saben nada, han transformado a los clubes en empresas que miran al socio como un estorbo y al hincha y al público en general, como vulgares clientes a los cuales sólo hay que sacarles el máximo de plata».

«Son tan desfachatados que, recibiendo de regalo estadios que han sido construidos por el Estado, cobran precios a veces prohibitivos por las entradas sin siquiera ponerse colorados. ¿Qué familia común y corriente de este país puede destinar al fútbol 60 mil pesos mensuales de sus ingresos, generalmente escasos, para ir al fútbol?”.

Consultado por las demandas que el pasado directorio presidido por Raúl Labán dejó en tribunales en contra de Blanco y Negro, detalla: “Siguen su curso. Son básicamente dos: la primera tiene que ver con que Blanco y Negro reconozca que, salvo el manejo del fútbol profesional, no tiene atribuciones para manejar las series menores, las ramas deportivas y la actividad social y cultural que el Club Deportivo y Social Colo Colo, por su naturaleza de Corporación sin fines de lucro, debe desarrollar. Ellos no tienen ningún interés en hacerlo, pero tampoco quieren permitir que lo hagamos nosotros. La vieja historia de ‘El Perro del hortelano’. Ahí está el caso del básquetbol masculino, que compitió y fue campeón a pesar de que Blanco y Negro hizo todo lo posible por impedirlo”.

Sobre la segunda demanda, responde: “Dice relación con la revocación del uso gratuito del Estadio Monumental por parte de Blanco y Negro, que en todos estos años no ha pagado ni un peso por su arriendo, en circunstancias de que el recinto pertenece a la Inmobiliaria, donde casi el 90 por ciento de las acciones son de la Corporación y no de la Concesionaria. ¿No constituye eso un claro abuso?”.

“Ambas demandas las lleva el estudio jurídico de los abogados Hernán Bosselin y Ramón Briones, y sólo estábamos esperando la constitución de la nueva mesa de Blanco y Negro para reactivarlas. Conformado el directorio que ahora preside Mosa, los abogados ya tienen claro lo que hay que hacer”.

Fernando Monsalve reconoce, además, otra preocupación respecto de la Concesionaria: “Para forzar la implantación del sistema de Sociedades Anónimas en el fútbol chileno el Servicio de Impuestos Internos desconoció el DFL N°, de 1970, que estipulaba con toda claridad que los futbolistas debían tributar por su sueldo, pero no así por las primas y premios que percibieran. Se consideró, naturalmente, la corta duración de la carrera del futbolista en relación a otras profesiones. El resultado fue que de la noche a la mañana todos los clubes nos hicimos de una deuda gigantesca”.

– La fórmula de solución no podía llevar a dudas: aquellos clubes que se transformaran en Sociedades Anónimas podrían pagar la deuda en cuotas y a largo plazo; los que no, debían pagar de inmediato.

– Tengo entendido que así fue. El problema es que, por lo que yo tengo entendido, en estos diez años Blanco y Negro sólo ha pagado los intereses. En otras palabras, Colo Colo como club mantiene su deuda intacta.

– Quiero dejarle otra inquietud: Blanco y Negro siempre ha reconocido haber vendido jugadores por más de 30 millones de dólares. Estamos hablando de los pases de Jorge Valdivia, Arturo Vidal, Matías Fernández, Claudio Bravo y algún otro. Considerando que esos jugadores fueron formados por Colo Colo, ¿alguna vez Blanco y Negro le ha pagado a la Corporación lo que le correspondía por los derechos de formación, que son consagrados incluso por la FIFA?

– Que yo sepa, nunca…

-Señor Monsalve, hasta los clubes de barrio reciben el porcentaje que les corresponde. Ocurrió con un club amateur de Renca, que percibió algo así como 50 millones de pesos por la formación de Eduardo Vargas cuando fue transferido al Nápoles. Y si no recibió el doble fue sólo porque misteriosamente apareció Unión Española siendo parte de la formación del jugador, a pesar de que el propio Vargas reconoció haber pisado el Santa Laura sólo cuando a la U le tocó actuar allí.

– Es algo que me comprometo a averiguar, porque tal como usted lo plantea no cabe duda de que, como club formador, somos acreedores a ese porcentaje. Por cierto, no estamos hablando de cifras menores, considerando que el propio Blanco y Negro se jacta de haber hecho transferencias por más de 30 millones de dólares con jugadores que ellos jamás contribuyeron a formar. De partida, es un tema que debiera estudiar acuciosamente el mismo estudio de abogados que maneja nuestras dos demandas en contra de la Concesionaria.

-¿Cómo explica usted que, tras la llegada de Blanco y Negro, del Monumental no hayan seguido saliendo jugadores de la categoría de los antes mencionados?

– Porque el trabajo es pésimo. Tan simple como eso. No hay ninguna preocupación por fortalecer las series inferiores. Ahí siguen los mismos camarines ruinosos de siempre, donde hace unos días vi un cartel indignante, que decía: “Llegó el microondas para que puedan calentar el pan”. ¿Ese es el cuidado de Blanco y Negro por los futuros cracks del equipo? Esta gente tiene tan poca sensibilidad, tan nulo arraigo con lo que es históricamente Colo Colo, que los chicos ni siquiera se conocen el himno. Para qué decir si les hablamos de Robledo, del “Cua Cuá” Hormazábal o de Severino Vasconcelos. No tienen idea de quién o de quiénes se trata”.

– Otra pregunta: ¿estaban ustedes de acuerdo con la continuidad de Héctor Tapia?

“Estábamos dispuestos a apoyar su continuidad, entendiendo que era lo mejor para el equipo. Pero siempre tuvimos claro que Blanco y Negro lo único que quería era echarlo. Por eso le exigieron como condición para renovar que debía sacar a Miguel Riffo y a Juan Ramírez, el preparador físico. Y no lo querían más dirigiendo al equipo porque, en el uso de sus prerrogativas como técnico, Tito no dejaba entrar al camarín a Hernán Levy y a Leonidas Vial. Le pasaron la cuenta, simplemente”.

– Considerando que en un directorio de nueve personas Colo Colo sólo puede nombrar dos, ¿qué peso tienen como Corporación?

– Dentro del directorio, ninguno. Vamos a perder siempre por 7 a 2. Pero no por eso vamos a renunciar a nuestro rol de fiscalizar a la Concesionaria, de obligarla a transparentar sus decisiones y de exigirle los beneficios que los socios se merecen. Colo Colo somos nosotros. Ellos son sólo gente adinerada que pretendieron privatizar hasta el sentimiento del colocolino.

Publicidad