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Nueve propuestas prácticas para salir de la crisis que nos ha dejado la pandemia Opinión

Nueve propuestas prácticas para salir de la crisis que nos ha dejado la pandemia

Gabriel Gaspar
Por : Gabriel Gaspar Cientista político, exembajador de Chile en Cuba y ex subsecretario de Defensa
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Como se ha hecho común decir, la pandemia desnudó al Chile real. Cómo reconstruir el país es una tarea indispensable, pero seguro nos llevará tiempo, que es un factor que hoy escasea. Desde atender a los niños en cuarentena, pasando por emitir bonos de la deuda hasta la definición sobre qué actividades económico-comerciales se pueden reiniciar, son medidas que puede que se estén estudiando o en proceso de implementación. Los chilenos necesitamos saber que vamos con rumbo claro, la inmensa mayoría quiere ver luz al final del túnel y, también, contribuir a esa salida. La transparencia es más necesaria que nunca y ello ayuda a elevar la moral de la población. La gestión de Angela Merkel es impecable en este tema, en mensajes cortos, no protagónicos, pero claros e informativos, constituye un buen ejemplo de conducción y liderazgo.


La crisis que enfrenta el país nos coloca ante el mayor desafío que hemos enfrentado en materia de catástrofes. Mucho tendremos que reflexionar después que haya transcurrido, para sacar lecciones aprendidas. Ello no quita que hoy Chile entero proponga iniciativas para enfrentar los múltiples efectos que provoca la pandemia.

Según las cifras entregadas por el Minsal, cada 10 días aproximadamente duplicamos el número de contagios. A esa velocidad, en pocas semanas más se saturarán nuestros servicios sanitarios. También crece el número de desempleados, con o sin seguro de cesantía. A la incertidumbre y el miedo se puede agregar la escasez.

Como se ha hecho común decir, la pandemia desnudó al Chile real. Cómo reconstruir el país es una tarea indispensable, pero seguro nos llevará tiempo, que es un factor que hoy escasea. Diferenciando medidas de largo plazo, estructurales, respecto a aquellas más prácticas, que no implican reformas legales ni pasar por el Congreso, es que se propone el presente paquete de recomendaciones de diversa índole. No todas son resorte del Gobierno, algunas dependen de autoridades económicas, de municipios y, otras, de particulares. Tampoco están ordenadas por jerarquía, muchas se basan en ideas sugeridas por la Pastoral del Inmigrante o mirando buenas prácticas en otros países.

1. Autorizar el correspondiente permiso laboral para todos los profesionales de la salud inmigrantes que aún no lo posean. Muchos de ellos están en trámites, de momento trabajan en diversos empleos informales e incluso algunos están desempleados. Aumentaría la capacidad de nuestros servicios sanitarios y repondría recursos humanos afectados por el contagio.

2. Emitir bonos de la deuda. Como muchos han señalado, Chile es el país de la OCDE con más baja tasa de deuda pública. Oscila en un 30%. Hoy podríamos realizar una emisión controlada y, con ello, añadir recursos frescos con los cuales, además de los desafíos de la crisis misma, se podría dinamizar la economía mediante obras de infraestructura que den empleo y reactiven la economía. Perú lo acaba de hacer con buenos resultados. Existen proyectos de mantenimiento de infraestructura que podrían ser financiados de inmediato y de esa forma crear empleo.

3. Concretar, de una vez por todas, la deducción parcial de los altos sueldos del Gobierno, del Congreso y de las empresas públicas. No resuelve la crisis, pero emite una fuerte señal de combate a los privilegios en tiempos de catástrofe. El principio debe ser uno solo: ningún funcionario puede ganar más que el Presidente de la República, porque nadie tiene más responsabilidades que él. Vale también para asesores de ministros, jefes de gabinete, figuras diversas que están bajo régimen de contrata o trabajo a honorarios, parlamentarios, altos funcionarios del Congreso y directivos de empresas estatales.

4. Atender al estrés de los niños en cuarentena. Además de que se instruya a los canales para emitir programas educativos y de entretención infantiles en lugar de largos, reiterativos y a ratos alarmistas matinales. Permitir que en compañía de sus padres, y con los resguardos del caso, puedan tener un espacio en el que rompan el enclaustramiento en que llevan semanas, utilizando el entorno de sus domicilios. Hoy, adultos y mascotas pueden romper el encierro parcialmente, los niños son los únicos que han experimentado todo el rigor del encierro. España lo acaba de anunciar.

5. Posibilitar el llamado a reservistas de las FF.AA. para incrementar el contingente. Este año no se convocó a servicio militar y ya son cientos los uniformados contagiados que han debido salir del servicio activo. Lo mismo vale en sus condiciones para personal de Carabineros y de la PDI.

6. Robustecer la infraestructura de comunicaciones en el país. Especialmente la telefonía celular y las redes de Internet. El aislamiento social, el teletrabajo y las clases a distancia han sobrecargado a la red. Las caídas de sistema son frecuentes y la velocidad del mismo se afecta. La inmensa mayoría de los chilenos, especialmente en las comunas medias y populares, acceden a la red mediante sus celulares. Aumentar la capacidad de la telefonía es posible mediante la instalación de más antenas, pero hoy la burocracia tarda a veces casi dos años. Está en manos de los municipios y las empresas prestadoras de servicio acelerar este proceso y transformarlo en cosa de semanas. Colombia lo ha hecho en el último tiempo.

7. También se puede crear un bono digital que les proporcione, a quienes lo necesiten, financiamiento básico para un mínimo de gigas. Internet debemos concebirla, a partir de esta experiencia, como un servicio público más y avanzar hacia la construcción de una carretera digital que una a todo el país. Ese es uno de los proyectos que podría financiar el endeudamiento público. A las empresas de telecomunicaciones que conectan escuelas, postas, servicios que gestionan la emergencia y que además no corten el servicio a clientes, se les podría alivianar la carga impositiva.

8. La filantropía también sirve. La familia Luksic financió la importación de un millón de mascarillas traídas en avión desde China. Bello gesto. Pero los Luksic no son los únicos multimillonarios del país y sus compañeros de estrato harían bien en imitar esta acción. Contrasta con el reparto de utilidades que pretenden algunas grandes empresas, entre ellas las AFP, o los cuantiosos pagos de directorio que hemos conocido en estos días.

9. Definir qué actividades económico-comerciales se pueden reiniciar, pero con consulta con los municipios. En Argentina lo acaba de hacer el Gobierno central, dialogando con los gobernadores. Entre todos definieron 11 actividades que pueden empezar a reactivarse, van desde las consultas médicas y odontológicas previa cita, hasta las orientadas a la exportación caso a caso.

Es probable que muchas de estas medidas se estén estudiando o en proceso de implementación. Si así fuese, sería bueno difundirlas porque, además de lo material, los chilenos necesitamos saber que vamos con rumbo claro, la inmensa mayoría quiere ver luz al final del túnel y, también, contribuir a esa salida. La transparencia es más necesaria que nunca y ello ayuda a elevar la moral de la población. La gestión de Angela Merkel es impecable en este tema, en mensajes cortos, no protagónicos, pero claros e informativos, constituye un buen ejemplo de conducción y liderazgo.

¡Vamos, Chile, que se puede!

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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