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Transportes en tiempos de pandemia: una mirada sanitaria Opinión

Transportes en tiempos de pandemia: una mirada sanitaria

Javier Insulza Merlet
Por : Javier Insulza Merlet Director Ejecutivo Fundación Transurbano.
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Hoy es imprescindible que la ciudadanía conozca ampliamente la estrategia de transporte público con la que se está trabajando. En ella, el equilibrio y el apoyo gubernamental desde el punto de vista económico pasan a ser fundamentales para poder mantener en pie este doble desafío de cuidar a los chilenos, pero a la vez no perder la permanente conectividad que entrega el sistema en la capital y en todo el país. Por tanto, considerar al sector de la movilidad como estratégico e incluirlo en el acuerdo que se busca llevar adelante para enfrentar la pandemia, nos parece que es prioritario.


Dos miradas se han tomado las planas de los diarios y medios digitales y también los análisis televisivos desde que comenzó la crisis del COVID-19 en Chile. Por una parte, la compleja situación económica y, por otra, la delicada realidad sanitaria. Parece, entonces, necesario pensar en la conjunción de ambos temas, esto es, abordar la parte más sensible del transporte (tanto de carga como de pasajeros) y me refiero a los conductores y operadores del sistema, quienes están hoy por hoy permanentemente expuestos al contagio, lo que genera una incertidumbre pocas veces antes vista.

Cierto es que, al menos las empresas del sistema RED, ya están tomando las medidas viables para que los conductores y los usuarios tengan el menor contacto posible, incluido no solo el uso de guantes y mascarillas, sino además la utilización de la puerta intermedia para subir y no solo para bajar, pero así y todo sigue pareciendo insuficiente. Ello, porque además debemos contemplar que en regiones los buses son menos modernos y la mayoría de ellos no tienen cómo implementar la mencionada separación entre chofer y viajero.

[cita tipo=»destaque»]Las autoridades, los empresarios y los sindicatos deben mantener su responsabilidad en alto y cuidar a los trabajadores para poder preservar los turnos éticos durante todo el tiempo que se mantenga la emergencia y eso, desde luego, no solo es un tema que corre para Santiago, sino también para las regiones, donde la fiscalización y cuidados son más difíciles que en la capital. Ello, reforzado por las sugerencias internacionales que demuestran que es altamente recomendable no detener el transporte público, ni siquiera en el auge de la crisis sanitaria.[/cita]

Por ello es que se echa de menos la difusión sistemática de los protocolos con los que se están trabajando para, por una parte, asegurar la continuidad del sistema y, por la otra, cuidar a los trabajadores del sector. Surge la válida duda: ¿hay alguien sanitariamente preocupado de cómo evitar los posibles contagios y la regulación de los reemplazos?

Algunos de los conductores se acercan o pertenecen a la tercera edad, etapa considerada dentro de la zona de riesgo en esta pandemia del COVID-19 y eso, desde el punto de vista de salud, puede ser un problema. La posibilidad de racionalizar los recursos y cuidar a una parte de los conductores, mandándolos preventivamente para la casa, porque serán después necesitados, se hace a estas alturas un deber moral y también práctico.

Las autoridades, los empresarios y los sindicatos deben mantener su responsabilidad en alto y cuidar a los trabajadores para poder preservar los turnos éticos durante todo el tiempo que se mantenga la emergencia y eso, desde luego, no solo es un tema que corre para Santiago, sino también para las regiones, donde la fiscalización y cuidados son más difíciles que en la capital. Ello, reforzado por las sugerencias internacionales que demuestran que es altamente recomendable no detener el transporte público, ni siquiera en el auge de la crisis sanitaria.

Así las cosas, hoy es imprescindible que la ciudadanía conozca ampliamente la estrategia de transporte público con la que se está trabajando. En ella, el equilibrio y el apoyo gubernamental desde el punto de vista económico pasan a ser fundamentales para poder mantener en pie este doble desafío de cuidar a los chilenos, pero a la vez no perder la permanente conectividad que entrega el sistema en la capital y en todo el país. Por tanto, considerar al sector de la movilidad como estratégico e incluirlo en el acuerdo que se busca llevar adelante para enfrentar la pandemia, nos parece que es prioritario.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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