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¿Por qué no vuelven al país? Opinión

¿Por qué no vuelven al país?

Andrés Palma Irarrázaval
Por : Andrés Palma Irarrázaval Economista. Miembro del Foro por el Desarrollo Justo y Sostenible
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El regreso de la inversión sería una gran contribución al país. Se puede partir por recursos de las AFP y seguir por dar buen uso en Chile a los activos financieros personales, demostrando un compromiso con nuestro desarrollo y futuro. Con ellos o tan solo una parte de ellos, se podría generar una Banca de Desarrollo de carácter público-privado, con estructura nacional y regional, que fomente la innovación y la investigación, aprovechando los talentos existentes que, por falta de activos materiales y no de inteligencia o creatividad, no tienen acceso a la banca comercial.


«¿Por qué no se van, no se van del país?», es una de las frases de la canción de Los Prisioneros que manifestaba la rebeldía con la elite –“si tu apellido no es González ni Tapia”– y que critica un proyecto de país y un comportamiento social –“si sueñas con Nueva York y con Europa, te quejas de nuestra gente y de su ropa”– que renunciaba a lo propio, a lo local, por querer ser parte de otro mundo. Eran los albores de la globalización y Los Prisioneros y sus seguidores la cantaban.

En el tiempo transcurrido desde que se creó esa canción hasta hoy, hubo chilenos que retornaron del exilio, se consolidó la globalización (hasta que vino el coronavirus) y, sin que nos diéramos cuenta, una parte importante de esa elite hizo eco de Los Prisioneros y se fue del país. Se fue sin irse o se fue a medias, se llevó sus capitales, nuestros recursos.

[cita tipo=»destaque»]El informe del Boston Consulting Group, que anualmente calcula la inversión en activos financieros de las personas, estimó que la riqueza financiera privada en Chile ascendía a unos 500 mil millones de dólares el año 2019, de los cuales la mitad está en fondos de pensiones que, como se señaló anteriormente, invierten un 44% de los recursos fuera de Chile. Asimismo, estima que de la otra mitad, unos 30.000 millones están invertidos fuera de Chile, por lo que el agregado de inversión chilena en el exterior, sumados fondos previsionales, inversión directa de empresas e inversión financiera de las personas, supera los 250 mil millones de dólares, algo equivalente a lo que se produce en un año en todo Chile.[/cita]

Desde los noventa, las AFP fueron autorizadas a invertir parte de sus fondos en el exterior. De acuerdo al último informe de la Superintendencia de Pensiones, el 44% de los ahorros previsionales de los chilenos –unos 96.000 millones de dólares o cerca de un 40% del PIBv se encuentra invertido fuera de Chile y sobre el 90% de esa inversión está realizada en Fondos Mutuos y empresas, es decir, financian inversión en el extranjero. En la misma línea, pero en montos menores, un 10% de los ahorros destinados a cubrir subsidios en períodos de cesantía (algo así como 1.200 millones de dólares) se encuentra invertido fuera de Chile.

También hay inversión directa de empresas chilenas en el exterior. De acuerdo a la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, más de 1.200 empresas están desarrollando proyectos de inversión fuera de Chile, por un monto que hace un año alcanzaba a casi 125 mil millones de dólares, generando más de 600 mil empleos, entre directos e indirectos. El 73% de esa inversión se ubica en Brasil, Perú, Argentina y Colombia.

No estamos en contra de la inversión directa de chilenas y chilenos en el exterior, pero teniendo tantas necesidades en el Chile de hoy, no deja de sorprender que haya alrededor de 225 mil millones de dólares invertidos fuera del país.

El informe del Boston Consulting Group, que anualmente calcula la inversión en activos financieros de las personas, estimó que la riqueza financiera privada en Chile ascendía a unos 500 mil millones de dólares el año 2019, de los cuales la mitad está en fondos de pensiones que, como se señaló anteriormente, invierten un 44% de los recursos fuera de Chile. Asimismo, estima que de la otra mitad, unos 30.000 millones están invertidos fuera de Chile, por lo que el agregado de inversión chilena en el exterior, sumados fondos previsionales, inversión directa de empresas e inversión financiera de las personas, supera los 250 mil millones de dólares, algo equivalente a lo que se produce en un año en todo Chile.

Volviendo a Los Prisioneros, sería positivo decirles: ¿por qué no se vuelven, no se vuelven al país?

En estos días hemos sabido que LATAM, que entendíamos como empresa emblema de Chile, está radicada fuera del país. Por su parte, la CMPC ha privilegiado realizar inversiones tecnológicas innovativas en Uruguay, pudiendo haberlo hecho en Chile, y hace años existe la expectativa de agregar valor a las exportaciones de concentrado de cobre, lo que se hace al otro lado del Pacífico.

Por cierto, el regreso de la inversión sería una gran contribución al país. Se puede partir por recursos de las AFP y seguir por dar buen uso en Chile a los activos financieros personales, demostrando un compromiso con nuestro desarrollo y futuro. Con ellos o tan solo una parte de ellos, se podría generar una Banca de Desarrollo de carácter público-privado, con estructura nacional y regional, que fomente la innovación y la investigación, aprovechando los talentos existentes que, por falta de activos materiales y no de inteligencia o creatividad, no tienen acceso a la banca comercial.

En esta nueva banca debieran estar representados los aportantes de este capital privado retornado, las universidades y centros de investigación, aprovechando la tremenda inversión país que significa contar con tantos doctores en diversas disciplinas que hoy no aportan en plenitud, y el Estado, central y regional, dando sentido a la función de promoción de la inversión local que se otorga a los nuevos gobiernos regionales.

No queremos que se vayan, queremos que vuelvan los que se fueron y juntos, con una visión compartida de país, en el contexto de crear una nueva institucionalidad, hagamos nuevas empresas, que generen miles de empleos decentes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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