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Daniel Jadue: ¿candidato incombustible a las críticas? Opinión

Daniel Jadue: ¿candidato incombustible a las críticas?

Marco Moreno Pérez
Por : Marco Moreno Pérez Decano Facultad de Ciencia Política y Administración Pública, Universidad Central de Chile.
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Un nuevo frente se abrió con la investigación en curso por parte del Ministerio Público sobre el cambio y mantención de luminarias de alumbrado público con el sistema de luces led. La diligencia de registro solicitada por la Fiscalía se había programado hace algunas semanas, pero recién se concretó este jueves en el municipio que encabeza el alcalde Jadue. Habría que ser ingenuo para no saber que este hecho será usado políticamente. Aún no es posible medir cuánto lo afectará. Recordemos que estamos insertos en un mundo en el que ya no importa si la información es cierta o no, si la noticia es o no real, sino cuánta gente la cree. Las cosas no son lo que son sino lo que parecen, es hoy una máxima en política.


Si la expresión «incombustible» –como señala la Real Academia Española– es «lo que no se quema ni sufre desgaste a pesar del tiempo», el alcalde Daniel Jadue parece estar dando pruebas de su resistencia a las críticas de sus detractores.

Por de pronto, las críticas internas de su partido (el PC) que no verán la luz, las de la “otra” oposición donde comienza a preocupar el posicionamiento del jefe comunal en la opinión pública encuestada y las de cuyos intereses –inmobiliarias, concesionarias, comerciales, farmacéuticas, etc.– han sido afectados por las decisiones del alcalde de Recoleta. Habría que agregar las de La Moneda y Chile Vamos, aunque en el caso del oficialismo el storytelling de sus publicistas, encuestadoras y medios asociados está detrás de la construcción del relato respecto a que la definición presidencial será entre Joaquín Lavín y el propio Daniel Jadue. Este diseño es consistente con la idea de polarización que se busca acrecentar en el país.

A su vez, si el éxito en la política fuera el fruto de la perseverancia, la voluntad y la fe, la victoria de Jadue se podría dar ya por garantizada. Pero muchas veces no lo es y, por eso, hay que contemplar muchos otros factores.

[cita tipo=»destaque»]Hasta ahora los números de la opinión pública encuestada lo favorecen. Pero no sabemos por cuánto tiempo el “teflón” del alcalde resistirá. Tampoco sabemos cómo se moverán sus adversarios y enemigos de cara a las contiendas que se avecinan. Lo que sí sabemos con certeza es que lo harán.[/cita]

En la interna comunista y más allá del discurso oficial, su camino hacia la nominación no ha estado exento de dificultades. Su ingreso post-1990 al PC —entra a militar a mediados de esos años— lo coloca en una condición de “advenedizo”. Esto se ha expresado en que durante todos sus años de permanencia en el partido no ha podido acceder al “aparato”.

El aparato partidario ha sido hasta ahora el gran estratega del PC. Su pertenencia también a otras entidades y causas ha sido vista como una suerte de desviación de la ortodoxia militante de la cultura comunista chilena. Lo anterior podría conspirar contra la certeza de que su candidatura presidencial sea hasta al final. La apuesta estratégica del PC está en conquistar el 20% del electorado –que desde Marco Enríquez en 2009 hasta Beatriz Sánchez el 2017– se ha escindido de la base electoral de la centroizquierda. De ahí que el fantasma de la bajada de Pablo Neruda –quien en enero de 1970 renuncia a su candidatura presidencial en beneficio del candidato único de la Unidad Popular– debe dar vueltas en el equipo de Jadue. Como sabemos, quien se rebeló a estas prácticas de negociación de trocar candidatos presidenciales por parlamentarios que fortalecieran al partido, fue Gladys Marín. Esta defendió y sostuvo su candidatura. Por eso la histórica dirigenta es vista por Jadue y su entorno como un ejemplo a seguir.

En relación con los grupos de interés, conocida es su disputa con inmobiliarias y empresas concesionarias de estacionamientos en el sector del barrio Bellavista. Si bien Jadue ha capitalizado políticamente su mediática defensa de intereses del municipio por sobre los de las empresas, se ha ganado enemigos que buscarán resarcirse. También sus convicciones personales –la defensa de la causa palestina– lo están enfrentado a actores muy influyentes y con un importante poder de veto. Hace uno días el Centro Simón Wiesenthal denunció al alcalde de Recoleta. Esto seguirá teniendo repercusiones en Chile.

Un nuevo frente se abrió con la investigación en curso por parte del Ministerio Público sobre el cambio y mantención de luminarias de alumbrado público con el sistema de luces led. La diligencia de registro solicitada por la Fiscalía se había programado hace algunas semanas, pero recién se concretó este jueves en el municipio que encabeza el alcalde Jadue. Según este mismo medio, “la diligencia se enmarca dentro de la sospecha de que todas las adjudicaciones de Itelecom tienen un origen irregular y que, en el caso de Recoleta, algún funcionario pudo estar involucrado en el entramado que la empresa organizó para ganarse legalmente las licitaciones, no necesariamente con la anuencia directa de la máxima autoridad municipal”.

Habría que ser ingenuo para no saber que este hecho será usado políticamente. Aún no es posible medir cuánto lo afectará. Recordemos que estamos insertos en un mundo posfactual en el que ya no importa si la información es cierta o no, si la noticia es o no real, sino cuánta gente la cree. Las cosas no son lo que son sino lo que parecen, es hoy una máxima en política.

Más allá de lo que establezca y determine la justicia, el mediático allanamiento a la Municipalidad de Recoleta deja instaladas dudas sobre la gestión edilicia y la confianza en el alcalde. Este ha sido el principal activo de Jadue. Seguro existirán responsabilidades administrativas, penales que seguirán la lentitud propia de los sumarios y procesos judiciales. Pero asoma también la responsabilidad política. Recordemos que el objeto de esta son los errores en la gestión, tanto los propios como los de los subordinados, se conozcan o no.

La gestión pública se mueve en el complejo mundo de las percepciones. Hoy la política está siendo vigilada con un nivel exigente y crítico de monitorización, fiscalización y observación aumentado y empoderado por la tecnología social. Cada vez más en política la forma es fondo. Esto significa que los modos, gestos, actitudes, comportamientos, palabras, o sea, lo externo, es materia sustancial que puede influir en decisiones trascendentales en la carrera de un político, incluidos los “incombustibles”.

Hasta ahora los números de la opinión pública encuestada lo favorecen. Pero no sabemos por cuánto tiempo el “teflón” del alcalde resistirá. Tampoco sabemos cómo se moverán sus adversarios y enemigos de cara a las contiendas que se avecinan. Lo que sí sabemos con certeza es que lo harán.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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