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Propuesta de Nueva Constitución

Daniel Stingo, constituyente: «El Presidente Piñera sobra. Hay algunos que ni siquiera quieren jurar ante él»

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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El abogado, primera mayoría en la votación de convencionales constituyentes y electo en la lista Apruebo Dignidad como independiente por un cupo de Revolución Democrática (RD), opina que uno de sus principales puntos es alcanzar en la nueva Constitución el modelo de Estado de Bienestar, tipo europeo, o Estado Social de derecho. En esa mirada, Stingo está por «terminar con los colegios particulares subvencionados», crear un seguro único universal de salud y terminar con las AFP, porque «ese sistema fracasó». En cuanto a los rangos constitucionales de las Fuerzas Armadas y las policías, es de la idea de suprimirlos. Respecto a la seguridad, se muestra dispuesto a discutir incluso la creación de nuevas policías, como la municipal, siendo su principal característica –señala– que «sea una policía ciudadana». Por otra parte, aunque reconoce que es un tema institucional que la Convención jure o prometa ante el Presidente Sebastián Piñera, el constituyente independiente en el pacto de Apruebo Dignidad adelanta un conflicto, ya que asegura que hay convencionales que preferirían jurar ante la presidenta del Senado, o el presidente de la Corte Suprema, que ante el Mandatario.


-Tú has dicho que lo que la gente quiere es un modelo de Estado de Bienestar para Chile. ¿Cómo visualizas ese Estado?
-Un Estado de Bienestar es un Estado Social de derecho, y no es muy distinto de lo que se sigue en España, Francia o Portugal, donde el Estado se hace cargo de los derechos sociales básicos, universales, de los ciudadanos y ciudadanas, por ejemplo, en educación de calidad y gratuita, como pasa en efecto en España, Francia, Portugal, Finlandia y Suecia, donde el chico va al colegio público que es tan bueno como uno privado. Eso no se da en Chile. Sabemos que los colegios públicos son muy malos porque están 45 chicos en una sala, porque la infraestructura, los profesores están mal pagados, etc. Entonces, hay que invertir ahí, poner un ojo en eso. Yo estoy por terminar con los colegios particulares subvencionados porque en el fondo no tenemos por qué, los chilenos y chilenas, a través de nuestros impuestos, pagarles privados, a pesar de que Bachelet logró que ya no tuvieran lucro. La idea es que el Estado se haga cargo, entre otras cosas, de la educación pública.

-Eso con todos los derechos sociales, ¿no?
-Claro. Otra cosa es la salud. En un Estado Social de Derecho o Estado de Bienestar, no se me ocurriría en España o en Francia que haya Isapres. ¿De dónde sale eso? Es una invención de la dictadura militar de Pinochet, la dictadura cívico-militar, como dice Hassam Akram, que le dio la oportunidad a los privados de hacer negocio con la salud. En ningún país desarrollado que se destine a sí mismo, como los países europeos, por ejemplo, o Nueva Zelanda, la salud se le entrega como un negocio a los privados. Acá tiene que haber un sistema muy fuerte de salud, con un plan único o seguro único universal de salud, en que todos tengamos el mismo plan, y de calidad y oportuno. Porque acá la oportunidad es una cuestión de que, si uno va a Fonasa, puede que le den la hora, va al médico especialista para un año y medio después. Entonces, en un plan único de salud o seguro de salud único universal. Nadie obsta a que si alguien quiere comprarse un seguro extra, para irse a la Clínica Alemana lo haga y también en el mismo sentido, si alguien quiere abrir una clínica que la haga, ese es su derecho, como tal y como en la educación alguien quiere crear un colegio particular pagado por sí mismo y por sus apoderados lo haga. Nadie está diciendo que no se puede.

-Y pensiones…
-Hoy día ya tenemos un sistema privatizado de pensiones. Uno diría «si José Piñera, el creador, el hermano del Presidente, que lo creó, lo logró vender este sistema de prestación de servicio. Usted tiene que, para jubilar, contratar la prestación de servicio de una empresa y entonces ahorrar forzosamente en alguna de ellas. Pero eso no es lo que me gusta, ¿no? Aquí funciona así». Bueno, ese sistemita que se lo vendió José Piñera a 30 países, según la OIT, en un informe que tiene, 18 ya abandonaron el sistema y volvieron a un sistema de reparto mixto. Por lo tanto, estamos diciendo que el tema fracasó y ahí también entonces que el Estado (debe) hacerse cargo. Entonces, cuando yo digo un Estado robusto, porque es un Estado que se hace cargo de las cuestiones mínimas, el agua no puede estar en manos privadas. Es el único país en el mundo, y no son pocos los países en el mundo que administran el agua como recurso de toda la nación y no de un grupo que la compra, la vende, la hereda, la arrienda, etcétera. Entonces, cuando yo hablo de Estado Social de derecho, hablo de eso.

-Para alcanzar ese Estado Social tendrá que haber mucho diálogo…
-Yo creo que todos nos sorprendimos cuando, en la elección de constituyentes, sobre el 75% de los constituyentes electos hablan, exponen lo mismo que estoy diciendo yo. Y no porque yo sea un capo. Yo he aprendido de otros, digamos. Y los que sostienen el antiguo sistema son la derecha, y la derecha tiene cuántos, treinta y tanto constituyentes. Entonces, cuando planteo este Estado social de derecho, no es imponerlo, es que la mayoría de los chilenos y chilenas dijeron: queremos ese Estado Social de derecho, queremos que el Estado nos proteja porque es su pega. ¿Qué hacemos? ¡Elegimos constituyentes que piensen así! Y entre sus constituyentes que piensan así está la de los independientes en todas sus listas. Está Apruebo Dignidad, está parte, no sé si totalmente, de la Lista del Apruebo, supongo que habrá alguno de derecha también que pueda pensar así. Entonces, con eso, sí ya hay una mayoría que supera largamente los dos tercios.

Por lo tanto, la derecha ya no tiene ese tercio para bloquear este tipo de iniciativa. Por lo tanto, tendría que avanzar. La lógica nos dice que tendrían que avanzar hacia este Estado Social de derecho la Constituyente, porque la mayoría está. No es que no vayamos a conversar, pero hay ciertos mínimos que lo va a poner la gente que representa a los que querían estos cambios. Esta cuestión transformadora, digamos, viene dada por la elección. Si hubiera ganado la derecha, bueno, habría que aceptar que a la gente le gusta la Constitución de Pinochet y hacemos una cosa parecida. Pero no fue así. No fue así en el 25 de octubre de 2020, en el Apruebo y el Rechazo y no fue así ahora. Entonces, sí va a haber conversaciones, quizás álgidas, pero la cosa va a ser igual avanzar, porque la gran mayoría quiere eso, no porque Stingo u otro se volvió loco y tiene esa idea. Aquí la mayoría votó por eso.

-¿Esta discusión la prevés cerrada? ¿Solo entre los 155 constituyentes o va a ser una discusión  más participativa, en donde imagino van a tener que escuchar también lo que digan los privados, por ejemplo?
-Si tú te refieres a escuchar a otros, yo creo que hay que escucharlos a todos. Pero yo haría distinciones. Lo que se vote, van a votarlo los 155 mujeres y hombres de la Convención. No van ir a votar aquí Juan Sutil o la señora Juanita; van a votar los 155 elegidos como representantes para eso. Sin embargo, obviamente que hay que escuchar a la señora Juanita y a los pescadores y a Corpesca y a no sé qué más. Hay que escuchar al resto. Por supuesto, en el Congreso se hace así. Está por un lado la Ley del Lobby. Por otro lado, van a las comisiones. Yo creo que eso es muy sano, escuchar, escuchar las posiciones diversas que haya. Ahora, eso no obsta a que las decisiones las tomen al final los 155 que están encomendados por la ciudadanía para esa pega en la Convención. Pero claramente hay que escucharlos a todos. Yo soy un convencido de que, si no, no hay democracia, si no hay participación.

-¿Y extender la participación a la ciudadanía?
-Nosotros hemos hablado incluso de que haya canales de televisión, no sé si abierta, pero por lo menos por streaming, que den conocimiento de todo lo que se está haciendo y conversando en las comisiones, si es que se van a llamar comisiones, porque sin hacer el Reglamento no sabemos ni cómo se va a llamar. Y todas las sesiones plenarias, etcétera. Y, por otro lado, también todo lo que la gente quiera. Por ejemplo, hay una idea por ahí que dando vuelta, que es replicar un poquito lo que hizo Michelle Bachelet en su proceso constituyente, que la gente haga cabildos y suba a alguna plataforma esas ideas y nosotros las conversemos. Yo creo que es muy sano que la gente participe. La otra también que se dice es que se irá a tener algunas sesiones, ya sea en algún grupo, a regiones, claro, lo cual es muy sano también todo eso. Y si hay que escuchar a los empresarios, por supuesto que se los escuchará. Yo creo que sería muy injusto no escucharlos. Tenemos que convenir que los empresarios representan a la minoría, porque son los que se han privilegiado todos estos años. Entonces, tampoco van a cerrar los ojos. Aquí la gente votó en contra de los empresarios que se han beneficiado todos estos años con las privatizaciones de los derechos sociales.

-En eso que describes están las tensiones. ¿Dónde prevés los consensos?
-En la descentralización y una verdadera regionalización. Ahí hay mucho más consenso en esa materia entre todos los constituyentes de derecha, izquierda, centro, porque en Chile ha habido demasiado aprovechamiento del poder central y de todos los gobiernos, de no hacerse cargo de una descentralización efectiva, de que las regiones puedan decidir cuestiones de plata, cuestiones de sus propios proyectos, de cómo ordenan esas platas y esos proyectos, qué se va invertir, cuánto se va a invertir sin que pase por Hacienda cada vez. Pongámosle pantalones largos a las regiones. Ellas tienen todo el derecho a mandarse un poco, a tener cierta autonomía y vamos viendo cuál es el nivel de autonomía que tendrán. Algunas podrán querer más. Lo mismo pasa con los pueblos originarios. Yo supongo que hay cierto consenso en que hay que darles también cierto reconocimiento de pueblo originario o Estado plurinacional. También se conversará. También yo creo que hay otra materia, por ejemplo, en que va a haber más consenso con la derecha. Es, por ejemplo, el término del hiperpresidencialismo. Yo siento que ahí también algunos sienten, ya que nos ha hecho harto daño el presidencialismo… Por lo tanto, podemos  optar, y llegando a consenso respecto a un Estado, no sé si parlamentario, pero por lo menos un presidencialismo morigerado.

-¿Cómo ves tú la idea de otros convencionales que proponen sistemas de participación en donde nuevamente se le pregunte a la ciudadanía en una consulta?
-Sí y no. Porque claramente cuando haya algún tema que esté trabado, habrá que destrabarlo. Y ahí tendrá que poner una solución para destrabar un tema. Es una consulta a la población. Me parece muy atingente, digamos. Pero si un tema tiene una mayoría y una minoría, no necesitamos destrabarlo, porque hay una mayoría y una minoría. Entonces, en ese caso avanzará con elecciones en la propia votación, en la propia Asamblea Constituyente o Convención Constitucional. Si algo está trabado y no se avanza, yo sí creo en la consulta. Ahora, ¿qué pasa con eso? Que es muy sano, pero también es muy lento. Nosotros tenemos nueve meses, más tres, para alcanzar el borrador y entregar ese borrador al Presidente o Presidenta nueva, más o menos por ahí en agosto del próximo año. Entonces, claro, no tenemos tanto tiempo para hacer plebiscitos, pero sí se puede organizar rápido cuando haya algo trabado.

 -¿Qué sería  para ti un buen Reglamento de la Convención Constitucional?
-Yo ya he tenido reuniones con otros constituyentes electos en que ya hemos empezado a conversar. Y la gracia también es que hay muchos think tanks, como les gusta decir ahora, e instituciones que han hecho borradores, hay de derecha, y de centro y de izquierda. Yo creo que eso es muy bueno, que empecemos antes a conversar este Reglamento y que intercambiemos opiniones con otros y que nos demoremos muy poquito en hacer Reglamento. Sabemos de la experiencia de otros países que se demoraron 7 meses en hacer un Reglamento. Eso es inadecuado, no avanzas, se pierde plata de la ciudadanía. Yo creo que tenemos que durar lo menos posible en el Reglamento y, claro, ir viendo toda la situación que pueda darse, como desde dónde vamos funcionar, porque ya el otro día había escuchado alguna gente que no le gusta el Palacio Pereira. A mí me da exactamente lo mismo mientras tenga una oficina o un locker donde dejar mi libro, me da lo mismo.

-Dame algunos elementos concretos…
-¿Qué pasa con algún constituyente que renuncie, muera o quede inhabilitado? ¿Qué pasa? ¿Hay lugar para acusaciones constitucionales contra constituyentes?

-¿Conflicto de intereses?
-Hay cuestiones administrativas, de manejo de platas y conflicto de intereses. ¿Cómo lo vamos a resolver? El que tiene el derecho de agua por sobre un cierto número, ¿puede votar por el tema del agua? Vamos a tener que resolverlo. Yo creo que eso también lo hace muy entretenido. Alguien que representa a la Fuerzas Armadas, como un almirante que hay por ahí. ¿Puede votar? No lo sé. Puede ser que sí, estoy planteando sobre la mesa, no estoy condenando. Si queremos que las FF.AA. tengan un rango constitucional, por ejemplo, se me ocurre o se me acaba de ocurrir.

-Y se ofreció como presidente de la Convención.
-No sabía eso, pero es risible, es risible, poco probable que sea presidente.

-El almirante Arancibia se mostró disponible.
-Me parece bien ese gusto de participar. Eso está muy bien. Está muy bien que él quiera participar. Me parece muy sano, pero no votaría por él. Creo que un 75 por ciento no votaría por él, pero si él quiere presentarse, que se presente.

-¿Qué opinión tienes respecto de la autonomía de las Fuerzas Armadas?
-Yo sostengo que no tienen que estar en el rango constitucional. Yo creo que el rango constitucional que tienen ahora es producto de que el que hizo la Constitución era un gobierno militar dictatorial. Eran sus compañeros de armas, eran lo que veía todos los días. Yo no lo veo necesario. Pueden tener una ley orgánica muy bonita, bien hecha, etcétera. Y bueno, obviamente bajo subordinación total de los civiles, digamos. Pero no necesitamos un rango constitucional

-¿Y el Consejo Nacional de Seguridad?
-Tampoco necesitamos y hoy día es inútil, no tiene ningún sentido e incluso voy más allá…

-El Presidente Piñera convocó al Cosena para el estallido. 
-Sí, pero da lo mismo. Ese hombre sobra acá. No, no lo queremos. Incluso no queríamos ni jurar ante él. Prefiero jurar ante la presidenta del Senado o prometer, y no ante este caballero, así que da lo mismo. Algunos prefieren jurar ante el presidente de la Corte Suprema. Entonces da lo mismo lo que diga Piñera. Una cosa importante es preguntarse si las policías van a tener rango constitucional. Yo creo que no, y por una cuestión muy simple, porque nos ha impedido crear otras policías, por ejemplo, una policía especializada en tránsito, que no se metan a otros temas.

-¿Chile requiere crear más instituciones de policía?
-Sí. Antes pensaba que no. Hay países que tienen como cinco tipos de policías, pero hay policías, por ejemplo, de frontera, de investigación, de control de tránsito. Policías municipales. Tú sabes que casi todas las municipalidades citadinas, digamos, tienen su cuerpo de fuerza municipales que son guardias, no tienen ni un derecho más que yo y tú caminando por la calle. Ese es el problema. Entonces habría que darle algún poder más para que hagan servicio a la comunidad y a la sociedad y a su propia comuna, porque ellos son servidores y hay que darles esa connotación.

-¿Estás por la creación de un policía municipal?
-Yo no lo descarto. En otros países hay, pero muy civiles, o sea, lo máximo que deberían tener es una pistola de esas que tiran electricidad o algo así, pero no serían más que para eso. Yo creo que puede ser para varias cosas. Hay un accidente de tránsito, llegan y tienen poder, un cierto poder, por ejemplo. Eso sería bueno si hay un accidente tránsito, ¿por qué tiene que llegar Carabineros? ¿Por qué no llega la policía municipal y dar el tránsito? Cosas como esa para el funcionamiento de la ciudad…

-¿Pero no sería entregarles mucho poder a los alcaldes?
-Hay una discusión respecto a ello. Pero estamos hablando de una policía de servicio, una policía con una visión ciudadana. Nosotros tenemos demasiado metido en la cabeza, creo yo, una policía militar. Nosotros tendríamos una policía con visión ciudadana, que lo que primero se preocupe sea de los ciudadanos y ciudadanas.

-¿Cuál es tu opinión respecto del indulto a los presos del estallido? 
-Yo creo que si queremos ser institucionales, para eso están los tribunales. Creo que la ley iniciada por los senadores tiene que avanzar y ojalá llegar a buen puerto y haber un indulto de aquellos que participarán en la revuelta. Porque la verdad es que, si uno se fija en otros países o ve los delitos, los delitos son con motivo de la revuelta. No habrían cometido esos delitos si no hubiera habido una revuelta social. Por lo tanto, esos delitos fueron con motivo de esa revuelta. Habrá que delimitarlo, por eso está en el Parlamento. Después los jueces determinarán quiénes sí y quiénes no. No sé, lo verán, pero claramente creo que tienen que salir libre. La Fiscalía ha hecho mal uso de alguna estrategia y para qué decir el Gobierno, presentando Ley de Seguridad del Estado.

-¿Crees que son presos políticos?
-Sí. Yo creo que son presos políticos. Yo antes decía que no, estaba en la posición de Orrego, hasta que investigué, leí y me quedé con la opinión que tiene la Unión Europea respecto de eso. Hay dentro de los presos políticos presos de conciencia, sí, pero también hay presos políticos cuando hay otras circunstancias que se dan, como por ejemplo usar instrumentos jurídicos de mala manera, como se ha hecho acá. Es impresentable que una persona que estuvo un año con prisión preventiva después salga libre. O sea, ¿dónde quedó la Fiscalía y su labor? ¿El juez de garantía y su labor?

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