NUEVA CONSTITUCIÓN
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En conversación con El Mostrador en La Clave, el representante del distrito 11 e integrante del Colectivo Socialista sostuvo que la Comisión de Sistema Político “es la de los abogados constitucionalistas”, mientras que la de Derechos Fundamentales será «un campo de batalla», ya que «llegan los temores más fuertes de la derecha y las rabias más encendidas de la izquierda, y estamos algunos que creemos que hay que defender con mucha fuerza los derechos civiles y las libertades que no pueden pasar por alto en medio de estos debates». En cuanto a los plebiscitos dirimentes, aprobados dentro del reglamento, dijo que si bien algunos han tratado de instalar la idea de algo “calamitoso”, indicó que la norma en definitiva pone a la Convención “una gran presión para conseguir los acuerdos y una solución política”. Además, respecto a la discusión de fondo que se iniciará el próximo 18 de octubre, el escritor y periodista comenta que ésta «tiene como perspectiva a nuestros hijos más que los dolores pasados” [ACTUALIZADA]
Ya está todo listo para que la Convención Constitucional comience la discusión de la nueva Carta Fundamental, debate que comenzará el lunes 18 de octubre, fecha más que simbólica, pues ese día se cumplen dos años del estallido social que fue el punto de partida del proceso constituyente.
Además de la aprobación de los reglamentos que regirán el trabajo del órgano constituyente, se establecieron siete comisiones: Sistema Político; Principios Constitucionales; Formas de Estado; Derechos Fundamentales; Medio Ambiente; Sistema de Justicia y Cultura y Tecnología.
En conversación con El Mostrador en La Clave, el convencional Patricio Fernández, del Colectivo Socialista, dijo que la Comisión de Sistema Político es la de los abogados constitucionalistas, mientras que la de Derechos Fundamentales será «un campo de batalla».
«La Comisión de Derechos Fundamentales es donde se juegan los sentidos, donde van a estar los énfasis conceptuales y términos de contenido, hacia dónde apunta, qué defiende como sus motivos centrales el próximo proyecto del Estado de Chile. Es la Comisión que está más dibujada para ser campo de batalla. Llegan los temores más fuertes de la derecha y las rabias más encendidas de la izquierda, y estamos algunos que creemos que hay que defender con mucha fuerza los derechos civiles y las libertades que no pueden pasar por alto en medio de estos debates», sostuvo el convencional.
También señaló que «hay otras comisiones en las que hay que esperar también noticias ruidosas. Hay una comisión que habla de Medio Ambiente, naturaleza y modelo económico. Si algo hemos visto en estos tres meses de instalación (…) es el tema medioambiental, y acá hay una comisión en la que eso se va a poner en juego. Ahí vamos a ver litigando de algún modo lo que es la propiedad privada con los derechos de la naturaleza y la conversación y el bien común. Hasta dónde el extractivismo, hasta dónde no».
Una de las normas que generó más resquemores durante la discusión del reglamento -especialmente en los convencionales de Vamos por Chile- es la de los plebiscitos dirimentes. En síntesis, lo que establece esta regla es que aquellos artículos que no sean aprobados por dos tercios, pero sí por tres quintos, sean plebiscitados para que sea la ciudadanía la que finalmente decida.
Fernández explicó cómo funcionará la regla de los plebiscitos dirimentes y los requisitos que se deben cumplir para llegar a esa instancia: «¿Cuáles son los requisitos que se ponen en este caso? Primero, las comisiones plantean una norma al pleno, el pleno la vota. Si esta no consigue en su primera presentación los dos tercios, la comisión vuelve a discutir esta norma, le hará los ajustes imaginables para volver a plantearlo en el pleno, y que esta vez sí consiga los dos tercios».
Detalló que «si en esa segunda pasada en el pleno no consigue los dos tercios, pero sí consigue tres quintos, se establece la posibilidad de que fuera entregada a un plebiscito dirimente que solo existirá si acaso el Congreso hace las reformas necesarias para que así sea, donde se necesitan dos tercios».
«Supongamos que el Congreso aprueba esta reforma (…) si todo esto sucediera, este plebiscito se realizaría en un acto, máximo 30 días antes del fin de la Convención, y en ese acto se plebiscitarían aquellas normas que cumplieran con estas condiciones», detalló el representante del distrito 11.
Fernández considera que ha quedado establecido lo «calamitoso» de la aprobación de esta idea, y si bien reconoció que no era partidario de propuesta, aseguró que «cada vez me parece menos terrible». En todo caso, sostuvo que no ve difícil que esta moción se concrete, dada la cantidad de requisitos necesarios para llegar a ese punto.
«Ha quedado muy establecido lo calamitoso que significa la aprobación de esto. Yo inicialmente no era un entusiasta de este mecanismo, y no creo además que sea mecanismo que tenga demasiadas posibilidades de darse, dados todos los requisitos. Pero si se llega a dar, me parece cada vez menos terrible la idea, si es que es un plebiscito que se organiza con tiempo, que todas las instituciones del Estado están a su servicio para que acontezca bien, que se genera con voto voluntario, que tiene Servel, que tiene los tiempos necesarios para convocar debidamente a la población, creo que puede ser interesante», dijo.
«¿Qué es lo que hay que evitar? Los plebiscitos, cuando no son hechos de manera verdaderamente convocante, son herramientas muy propias de los autoritarismos. Si es que tú tienes el poder para convocar a los tuyos, y donde no se ve reflejada la inmensa mayoría de la ciudadanía, pueden tergiversar incluso lo que puede llegar a ser una voluntad general, pero bien hecho, son una manera de ir incorporando la participación ciudadana», agregó.
Finalmente, Patricio Fernández manifestó que la norma de los plebiscitos dirimentes lo que logra es poner a la Convención «una gran presión para conseguir los acuerdos. Quien sienta que efectivamente ve como un riesgo o le tiene miedo a llegar a esta instancia, se verá especialmente presionado a trabajar en la solución política al interior de la Convención para llegar a los dos tercios».
«Lo que viene hacia adelante es el trabajo de servicio y solución a los problemas de los chilenos, y que tiene además como gran tarea un acuerdo, porque la Constitución en sí misma es eso, la construcción de un acuerdo» que «tiene como perspectiva a nuestros hijos más que los dolores pasados», cerró.
El convencional también se refirió a un hecho ocurrido ayer en el pleno, y que generó críticas y memes en redes sociales: el diputado Diego Schalper (RN), junto a su par Luis Pardo, llegaron hasta la sede del ex Congreso Nacional para -según el propio parlamentario- «fiscalizar» el trabajo de la Convención.
Al respecto, Fernández dijo: «Que cosa más ridícula. La capacidad de hacer espectáculo no tiene límite, eso vuelve a la política graciosa (…) Cuando se aparece Schalper, fue como el gran motivo de fiesta de mucha gente».
Y en relación a los dichos del candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, poniendo en tela de juicio el trabajo de la Convención el representante del distrito 11 señaló que «dan ganas de ir a aforrarle un cornete. Trátame de idiota, canalla, de lo que tú quieras, pero de flojo no».
