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Crédito: Agencia Uno
En 2019, El Mostrador reveló en la serie de reportajes «Salmon Leaks», que la gerencia de producción de Nova Austral instruyó a sus jefes de área manipular las estadísticas de mortalidad de los salmones para ocultar las verdaderas cifras al Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), a fin de evitar multas y ver disminuir las utilidades debido a las sanciones y al descrédito. De esta instrucción se generó una doble contabilidad que representó una «práctica» extendida en los años, que contrastaba con la imagen pública de una empresa «green», líder en el mercado por sus innovaciones sustentables. Tras varios años de investigación, la Fiscalía llegó a la conclusión que cinco altos ejecutivos tuvieron participación directa en la falsificación de estos datos de mortalidad de peces como también de la siembra y la cosecha con el consecuente deterioro del fondo marino desde el 2016 a 2019, por lo que decidió formalizarlos por el delito ambiental de contaminación de agua y fraude de subvenciones de la Ley Navarino. Los formalizados son el exgerente general de Nova Austral, Nicos Nicolaides, el gerente regional e hijo ilustre de Porvenir, Drago Covacic y los jefes área Rigoberto Garrido y Isaac Ollivet-Besson. En tanto, el gerente de producción Arturo Schofield, también investigado por el caso, concurrirá el 7 de abril a la audiencia de formalización.
La Fiscalía de Magallanes formalizó a cuatro exejecutivos de la empresa salmonera -de capitales noruegos y estadounidenses- Nova Austral, por los delitos de fraude de subvenciones y contaminación de agua. Tal y como fue adelantado el 2019 por este medio en sus reportajes de investigación, Salmon Leaksl, la firma realizó, entre otros ilícitos, una adulteración de peces sembrados y cosechados, y modificó las tasas de mortalidad en los centros productivos con la finalidad de engañar a la entidad fiscalizadora, tal y como ahora establece el Ministerio Público en su formalización.
Los formalizados son el exgerente general de Nova Austral, Nicos Nicolaides, el gerente regional e hijo ilustre de Porvenir, Drago Covacic, los jefes Rigoberto Garrido e Isaac Ollivet-Besson. En tanto, el gerente de producción Arturo Schofield, también investigado por el caso, concurrirá el 7 de abril a la audiencia de formalización.
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El tribunal estableció las medidas cautelares de arraigo y firma para los imputados. Además, fijó seis meses de investigación.
En 2019, El Mostrador reveló que la gerencia de producción de Nova Austral instruyó a sus jefes de área manipular las estadísticas de mortalidad de los salmones para ocultar las verdaderas cifras al Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) –la entidad fiscalizadora–, a fin de evitar multas y ver disminuir las utilidades debido a las sanciones y al descrédito.
Los funcionarios de Nova Austral generaron dos tipos de contabilidades para registrar la muerte de las especies, a saber: una mortalidad declarada que se informaba a Sernapesca y otra mortalidad real, que se ocultaba y que servía para el registro interno y de uso exclusivo de la gerencia y otros altos ejecutivos.
Las adulteraciones de la firma también incluían datos de siembra, cultivo, cosecha de cada centro de cultivo.
En este correo dado a conocer en forma exclusiva por El Mostrador se puede acreditar la instrucción directa para la adulteración y falsificación de los datos de mortalidad.
Según Fiscalía, estos delitos se perpetraron al menos desde el 2016 al 2019.
En la audiencia, Ministerio Público también señaló que los imputados efectuaron, en los centros de cultivo, un exceso de siembra de alevines, lo que incidió en un aumento en los desechos orgánicos del suelo marino por peces muertos, alimentos no consumidos ni degradados y fecas.
Las consecuencias del exceso de siembra de alevines provocaron «impactos ambientales significativos, consistentes en la degradación del suelo marino, contaminación del componente agua y pérdida de biodiversidad», indicaron desde la Fiscalía de Magallanes en un comunicado.
«Además, se produjo una disminución sustantiva de oxígeno en los cuerpos de agua y la propagación de algas que impiden que la luz penetre hasta el fondo del ecosistema, lo que, en definitiva, implica un empobrecimiento de la biodiversidad acuática», añadieron.
