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Propuesta de Nueva Constitución
Raúl Celis (RN) y la decisión adelantada de Chile Vamos por el Rechazo: “Yo habría preferido dilatarla, uno prefiere que el producto esté terminado” NUEVA CONSTITUCIÓN Foto: Luis Felipe Araya, Agencia Uno.

Raúl Celis (RN) y la decisión adelantada de Chile Vamos por el Rechazo: “Yo habría preferido dilatarla, uno prefiere que el producto esté terminado”

María Arriagada
Por : María Arriagada Periodista de El Mostrador
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Tras la decisión de RN, la UDI y Evópoli de rechazar la propuesta constitucional un mes antes de la entrega final del texto (4 de julio), el convencional de Renovación Nacional admitió que “habría preferido dilatar la decisión”, pero que entiende que se hizo con una lógica electoral: “El votante tiende a adherir al sector que expresa primero su opción”. Celis aseguró que, aunque a su juicio se ha excluido a la centroderecha de las negociaciones, igualmente se debe “trabajar hasta último minuto con la finalidad de que las cosas salgan lo mejor posible”. El constituyente estimó como necesario “un acuerdo de todo el espectro político con ciertos mínimos comunes” que se produzca antes del plebiscito de salida del 4 de septiembre, cuando se aprobará o rechazará la propuesta de Constitución, sin embargo, fue enfático en señalar que “en el plebiscito las opciones tienen que ser o Apruebo o Rechazo, no más”.


Este martes, los senadores democratacristianos Ximena Rincón y Matías Walker, además del independiente Pedro Araya, presentaron un proyecto de reforma constitucional con el fin de facilitar los cambios a la Carta Magna. Se trata de bajar a 4/7 el quórum máximo para reformar la actual Constitución –que implicaría el voto favorable de 29 senadores y 89 diputados en ejercicio–, la misma cantidad que se aprobó al interior de la Comisión de Normas Transitorias para el actual Congreso –que todavía debe ser ratificada por 2/3 en el Pleno para formar parte del texto de la propuesta– y que se conversa en la Comisión de Armonización para las normas permanentes. El presente, en la Constitución de 1980, es de 2/3.

La iniciativa, que fue apoyada por los presidentes de partido de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Renovación Nacional (RN) y Evópoli, precisa que la rebaja del quórum “evitará que se argumente, por una parte, que no es posible llevar a cabo una agenda de transformaciones profundas, debido a la existencia de normas constitucionales de muy difícil reforma y, por otra parte, en caso que la propuesta de texto de nueva Constitución no sea aprobado por la ciudadanía, facilitará construir las mayorías necesarias para proseguir con el proceso constituyente, con el objeto de contar con una nueva Constitución”.

A esto se suma la decisión de votar Rechazo en el plebiscito del 4 de septiembre, que resultó de los distintos consejos generales que mantuvieron este sábado los partidos que componen Chile Vamos.  

El convencional Raúl Celis, de RN y que fue parte de la Comisión de Sistema Político y que hoy lo es de Preámbulo, asistió a la reunión que su partido celebró al interior del edificio del ex Congreso. “El ánimo es independiente a lo que resuelvan los partidos políticos. Es trabajar hasta último minuto con la finalidad de que las cosas salgan lo mejor posible”, dijo a El Mostrador.

-Este sábado, luego de los consejos generales, la UDI, RN y Evópoli decidieron inclinarse por la opción de Rechazo. ¿Cómo los deja a ustedes en torno a su trabajo al interior de la Convención?
-El Rechazo es al borrador de Constitución que fue entregado. Eso no quita que para las disposiciones transitorias, el trabajo de Armonización y Preámbulo, uno ponga todos los esfuerzos posibles para lograr el resultado más razonable, que satisfaga mejor las expectativas de la población.

-¿Van a dejar de asistir?
-Se debe seguir yendo. Como lo hicimos en la votación de Normas Transitorias la semana pasada. Fuimos, votamos, y en casos que nos parecían irregulares, lo dijimos.

-Como convencionales de centroderecha, ¿existió la idea de pedir a los partidos definir su posición una vez acabado el proyecto constitucional? Quiero decir tras las comisiones finales como Preámbulo, Normas Transitorias y Armonización.
-Yo habría preferido dilatar la decisión. Uno prefiere que el producto esté terminado y no cuasiterminado. Pero entiendo que las lógicas jurídicas sean distintas a las políticas, tienen tiempos distintos. Esto había sido conversado con muchos actores políticos, por lo que no era fácil aplazarlo al 5 de julio –cuando la Convención Constitucional se disuelve–. Políticamente no siempre es posible hacer lo que lógicamente parece más razonable. El hecho de retrasar un pronunciamiento perjudica electoralmente en el futuro, porque el votante tiende a adherir al sector que expresa primero su opción.

-¿Qué dificultades les supone, en torno a las negociaciones y al trabajo con los otros colectivos, que sus partidos no hayan esperado al 5 de julio?
-A mí no me produce ninguna, voy a seguir tal cual he estado desde el primer día. En términos prácticos, como los acuerdos en general se hacen prescindiendo de la centroderecha, porque nos han excluido de ellos, tampoco hay una influencia demasiado alta. Pero los votos van a estar como estuvieron en varias de las normas aprobadas que venían de la Comisión de Normas Transitorias.

-¿Existe la reflexión de dejar lo mejor posible la propuesta constitucional en caso del triunfo del Apruebo?
-Si mi trabajo es redactar una Constitución, yo no puedo trabajar para redactar una mala. Se debe trabajar hasta el final por que quede lo mejor posible. Es parte de una obligación profesional y política, independiente de que se apruebe o rechace.

-¿Esa reflexión es compartida por otros sectores de la centroderecha al interior de la Convención?
-No necesariamente. Por lo menos en los últimos meses de trabajo.

-En la última votación en el Pleno de Normas Transitorias el grupo UDI-Republicanos se restó de votar, ¿qué opina de esta acción?
-Yo no comparto ese procedimiento. Tendrán sus razones, habrá que respetarlas, somos grupos distintos. Si no se estaba de acuerdo, se debió, a mi juicio, seguir el camino que hicimos nosotros, que fue el de manifestar en qué casos no estábamos de acuerdo y que no íbamos a votar, y en qué otros sí. Pero no abstenerse de la manera que se abstuvieron.

-¿Por qué?
-En estos procesos, independiente que uno sea circunstancialmente minoría, tiene que estar hasta el último minuto colaborando, por último marcando presencia, pero no prácticamente desechando el procedimiento. Ellos trataban de fundar su no participación con el hecho de que se votaban varias normas irregulares, pero es una actitud de la UDI que se ha venido reiterando: esta de abstenerse del trabajo en algunas comisiones, de no buscar acuerdos. A mí no me parece. Independiente que uno esté por el Apruebo o el Rechazo, en política la conducta debe ser siempre tratar de tender puentes.

-¿Hubo negociación con la derecha para elaborar este borrador? Para el diseño del Sistema Legislativo, en la interna del Colectivo Socialista admitían que habían tomado en cuenta el borrador de indicaciones de la centroderecha.
-Es efectivo, existieron conversaciones. En Forma de Estado, por ejemplo, los asesores trabajaron de manera conjunta, en menor medida en Sistema Político. Pero creo que la influencia de la centroderecha en todo el proceso ha sido menor, lamentablemente, por la petición de exclusión que han hecho ciertos sectores que representan posiciones independientes, no a partidos políticos. De manera que se privilegia el entendimiento con unos pocos, en términos de votación país, que con un porcentaje relevante de la población que es la centroderecha.

Eso va a resultar en que el resultado del plebiscito marque una división 60-40 %, lo que no va a significar la entrega de una Constitución de unidad que represente a la gran mayoría de la población.

-¿Le hace daño a la difusión de la propuesta constitucional y al Apruebo establecer otras opciones además del plebiscito de salida?
-Hay un amplio sector político que estima que el borrador de Constitución no satisface las expectativas de la mayoría de la población. En sectores de izquierda se dice que quieren aprobar para modificar, y en los sectores de derecha se dice lo contrario, rechazar, pero para aprobar un mejor texto, a sabiendas de que la del 80 está muerta. Eso revela que indudablemente el contenido de la Constitución Política no es al que nosotros aspirábamos. Pero eso no quita que esas dos posiciones requieren, en mi opinión, un acuerdo de todo el espectro político con ciertos mínimos comunes.

Ese acuerdo creo que debiera producirse antes de la elección del 4 de septiembre, porque atenuaría las incertidumbres que produciría un eventual triunfo del Apruebo o el Rechazo, y sería mucho más simple proceder a las modificaciones si gana el Apruebo, y si gana el Rechazo sería mucho más rápido ponerse de acuerdo en el procedimiento, porque el fondo ya estaría acordado. Sin embargo, en el plebiscito las opciones tienen que ser o Apruebo o Rechazo, no más.

-El Gobierno ha sido claro al decir que no tramitará otras vías o proyectos de ley además de un plebiscito con las opciones de Apruebo y Rechazo antes del 4 de septiembre.
-Yo puedo entender la posición del Gobierno de descartar todo tipo de acuerdo, porque ellos quieren aprobar el texto a como dé lugar. Pero eso es un error. Lo que van a lograr es mantener una división con un resultado estrecho, en caso de que ganara la opción Apruebo, con poquísimas probabilidades de que los proyectos sean aprobados en el Congreso, y nadie les asegura que en cuatro años más vayan a ser mayoría.

Creo que este es un juego obsesionado de aprobar una Constitución identitaria. Por definición, como es de minorías, no representa a la mayor parte de la población. Y, tarde o temprano, se va a estrellar con la realidad de que el país no es lo que pretende decir la Constitución al haber acogido todas estas posiciones de minorías que lograron al actuar como bloque, pero más pensando en sus causas que en una Constitución para todos los chilenos.  

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