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¿Problemas reales, soluciones nocionales? Opinión

¿Problemas reales, soluciones nocionales?

Matías Pablo
Por : Matías Pablo Economista U. de Chile, Observatorio Perspectivas.
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La rentabilidad nocional es mucho menor a la rentabilidad que se obtiene en el mercado de capitales. Por ejemplo, un caso emblemático de cuentas nocionales es Suecia, un país donde el trabajador cotiza 16% para una cuenta nocional y 2,5% para capitalización. La rentabilidad de la cuenta nocional en el periodo 2004-2020 ha promediado 2,87% anual, mientras que la rentabilidad de la capitalización ha promediado 9,01%. Esto significa que, si un trabajador colocaba 1 peso en 2003 en la cuenta nocional, en 2020 habría logrado sacar 1,61 pesos, pero en el caso de la capitalización habría sacado 4,33, es decir, el rendimiento acumulado es de casi el triple de la cuenta nocional.


El diagnóstico de la necesidad de mejorar las pensiones en Chile es unánime. Para lograr esto, hay que aumentar el ahorro de los trabajadores. Plantear que esto se podría lograr con cuentas nocionales, es un sinsentido.

Para empezar, ¿qué es un sistema de cuentas nocionales? En estos sistemas, al igual que los de reparto, las cotizaciones de los actuales trabajadores se destinan para el pago de actuales pensiones, pero, a diferencia de estos, la pensión no es sobre la base de una promesa preestablecida, sino que se calcula sobre la base de lo acumulado por el afiliado en su cuenta nocional.

¿Qué son las cuentas nocionales? Son ajustes contables donde las contribuciones de los afiliados son anotadas en una cuenta individual virtual (ficticia) y se le aplica una simulación de rentabilidad ligada a distintos parámetros (como crecimiento del PIB o de los salarios).

¿Para qué sirven estos sistemas? Sirven para pasar desde insostenibles sistemas de reparto con promesas de pensión preestablecida, hacia uno de cuentas individuales con el menor costo posible. Realizar esta transición entre reparto y ahorro individual es costoso, porque el Estado debe seguir con las actuales promesas de pensiones, sin recibir las cotizaciones de los trabajadores porque empiezan a ahorrar en sus propias cuentas.

Existen dos razones de por qué las cuentas nocionales no son convenientes para Chile.

En primer lugar, Chile ya pagó la costosa transición desde reparto a ahorro individual entre 1981-1996: el costo significó 3,6 puntos del PIB anualmente. Para ponerlo en perspectiva, esto equivale a cerca de 2 PGU. Si ya logramos instalar el ahorro individual, ¿cuál es el sentido de colocar cuentas nocionales?

En segundo lugar, la rentabilidad nocional es mucho menor a la rentabilidad que se obtiene en el mercado de capitales. Por ejemplo, un caso emblemático de cuentas nocionales es Suecia, un país donde el trabajador cotiza 16% para una cuenta nocional y 2,5% para capitalización. La rentabilidad de la cuenta nocional en el periodo 2004-2020 ha promediado 2,87% anual, mientras que la rentabilidad de la capitalización ha promediado 9,01%. Esto significa que, si un trabajador colocaba 1 peso en 2003 en la cuenta nocional, en 2020 habría logrado sacar 1,61 pesos, pero, en el caso de la capitalización, habría sacado 4,33, es decir, el rendimiento acumulado es de casi el triple de la cuenta nocional.

Esto también se replica para Chile. La rentabilidad real promedio de los salarios imponibles fue de 2,3% en 1991-2021, mientras que para el fondo C esta fue de 6,1%. Es decir, de implementar cuentas nocionales, las pensiones serían mucho menores a lo que son actualmente.

Este tipo de sistema no es conveniente para Chile y no tendría sentido aplicarlo. La reforma de pensiones requiere tomar lo bueno del actual sistema y mejorarlo, no inventar formas de ahorro en que el dinero de los trabajadores no existe. Para problemas reales, la solución tiene que ser real, no nocional.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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