Publicidad
Proceso versus resultados DEPORTES

Proceso versus resultados

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
Ver Más

Eduardo Berizzo puede y tiene la misión de conectarse más fuerte que nunca con sus convicciones. No es nada de fácil ser seleccionador, más aún cuando él viene de un pasar negativo con Paraguay, pero si el momento de Chile no se redirecciona rápidamente, pareciera que el futuro inmediato no es auspicioso y alentador.  Es el momento de probar y saber si jugadores que están saliendo al extranjero y están ganando minutos en sus equipos pueden asumir verdaderamente el relevo. Si juegan 10 o 12 minutos, difícilmente se podrá tener un diagnóstico claro.


Es una disyuntiva permanente que viven la mayoría de los seleccionadores nacionales, salvo algunas excepciones del mundo. Todos los técnicos están expuestos a los resultados casi inmediatos y más aún aquellos que llegan para asumir una escuadra nacional.

Eduardo Berizzo no es ni será la excepción, donde está planteada esta interrogante: ¿pesa más el trabajo del proceso o los resultados inmediatos que se deben obtener? Si el papel, que aguanta mucho, fuera respetar el proceso de trabajo e insertar nuevos valores que le inyecten energía y frescura a la selección chilena, por ahora la tarea está al debe. Claro, los seleccionadores tienen muy poco tiempo de trabajo a diferencia de un entrenador de equipo. 

Pero esta gira por Europa, donde se podría ver la mano e idea más directa de Berizzo, siento que quedó en deuda. Entiendo y asumo que los anteriores procesos no son parte de la carga que debe asumir el técnico, pero están y de alguna forma hay que hacerse cargo. La gira por Asia, con un estratega firmando en Quilín y a las horas subiéndose a un avión, no es total responsabilidad de él, con una nómina híbrida y solo para cumplir los compromisos pactados.

Pero ante Marruecos y Qatar estaba la oportunidad preciada de poner en acción a varios jugadores que se están abriendo paso en distintas competencias internacionales, y que es, en este tipo de partidos, donde se puede apreciar de mejor forma sus rendimientos para observar y calibrar si están para la alta competencia y asumir roles en la Roja.

Por otro lado, asoma de inmediato esa estadística que presiona en el ambiente, partidos sin ganar y minutos sin convertir. Eso juega también en la mente de un seleccionador, aunque en su discurso quiera decir lo contrario. Por eso, estos juegos eran de mucha trascendencia para ver en acción con muchos más minutos a nombres como Núñez, Méndez, Valencia, Campos y Osorio.

Todos sabemos que los estandartes de la generación dorada quieren seguir participando. Son importantes para que acoplen y entreguen vivencias a los más noveles. Pero si juegan siempre, por su alta mentalidad competitiva, cuándo podremos ver en acción a los otros que piden oportunidades.

Todos los procesos e idiosincrasias futbolísticas son distintas. No hay receta perfecta, sin embargo, siempre admiré el proceso que llevó adelante Tabárez en Uruguay. La selección charrúa mundialista de Sudáfrica y campeona de América sabía que necesitaba nuevas piernas e ideas. Fueron saliendo los próceres como Lugano, Arévalo Ríos, Pérez y Abreu; para que pudieran conectarse nombres como Giménez, Valverde, Vecino, Suárez y Núñez. Una mezcla que les dio muchos dividendos a los celestes, que no sufrieron el trauma, que vivimos nosotros ad portas que los bicampeones de América dejen de vestir la casaquilla roja.

Por eso, Eduardo Berizzo puede y tiene la misión de conectarse más fuerte que nunca con sus convicciones. No es nada de fácil ser seleccionador, más aún cuando él viene de un pasar negativo con Paraguay, pero si el momento de Chile no se redirecciona rápidamente, pareciera que el futuro inmediato no es auspicioso y alentador. 

Es el momento de probar y saber si jugadores que están saliendo al extranjero y están ganando minutos en sus equipos pueden asumir verdaderamente el relevo. Si juegan 10 o 12 minutos, difícilmente se podrá tener un diagnóstico claro.

Quedan dos amistosos en noviembre para ver si esto puede girar, y tener la certeza de poder contar con más amplio plantel de cara a unas clasificatorias que están a la vuelta de la esquina y que desde ya generan un permanente dolor de cabeza en Juan Pinto Durán y la hinchada de la Roja.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias