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Nadie quiere implementar la prohibición del burka en Holanda MUNDO

Nadie quiere implementar la prohibición del burka en Holanda

Abdul-Jabbar van de Ven, un predicador islámico holandés convertido y partidario del wahabismo, ha hecho un llamado a las mujeres musulmanas para que violen la prohibición y sigan llevado burka. Y el partido islámico NIDA, que forma parte del ayuntamiento de Rotterdam, ha ofrecido pagar las multas si es necesario.


Este jueves entró en vigor la prohibición del burka en Holanda. Sin embargo, casi ninguna institución pública quiere ponerla en práctica. La decisión siegue siendo debatida.

La mayoría de los hospitales en Holanda ya habían anunciado antes de la prohibición que no denegarán el acceso a personas con burka. El cuidado de los pacientes es más importante que el cumplimiento de las normas de vestimenta, agregaron. Además, la aplicación de la ley sería, según los hospitales, responsabilidad de la policía, y no de médicos y enfermeras.

Mientras tanto, la policía declaró en un tuit, que el control sobre el cumplimiento de la nueva ley recae en el personal de la institución a la que se aplica la prohibición. Solo se podría llamar a la policía si una persona se niega a quitarse el velo integral.

Hasta la policía se muestra complaciente

El énfasis está en «podría». Porque el texto de la ley está formulado de tal manera que se «podría» llamar a la policía para obligar a alguien a quitarse cualquier cosa que cubra su cara, sea un pasamontaña, un burka, un nicab, un casco de motocicleta o una capucha. No solo los hospitales muestran poco interés en implementar la nueva ley, sino también las empresas de transporte público. Primero quieren averiguar con qué frecuencia se viola la prohibición en sus vehículos. Dado que en Holanda, con sus 17 millones de habitantes, solo hay unas 200 a 400 mujeres que llevan burka, el número de transgresiones es probablemente muy pequeño.

«Nuestra prioridad es reducir la tensión y asegurar el buen funcionamiento de los autobuses y trenes», dice Pedro Peters, de la OVNL, la asociación holandesa del transporte público. En el caso de indicios de que en una línea de transporte particular hubiera regularmente personas llevando burka, se podrían aumentar los controles, aclara Peters. Aparentemente, nadie parece querer ocuparse de este tema. Ni siquiera la policía holandesa, la única autoridad que podría imponer multas por violación de la prohibición. En el caso de que una mujer entre una comisaría llevando un velo integral, los agentes la llevarían a una habitación especial donde podría quitarse el velo en presencia de agentes femeninas. Y ahí la podrían atender.

¿Una medida simbólica?

La falta de voluntad para aplicar la ley no significa, sin embargo, que el tema no tenga importancia en Holanda. Según el arabista Jan Jaap de Ruiter, de la Universidad de Tilburg, el mundo musulmán se muestra mucho más sensible que los propios holandeses: «En Holanda, esto es considerado una medida simbólica. Pero tan fácil no es. Para los musulmanes ortodoxos, la prohibición del burka es un ejemplo de la opresión de los musulmanes en el mundo occidental».

Abdul-Jabbar van de Ven, un predicador islámico holandés convertido y partidario del wahabismo, ha hecho un llamado a las mujeres musulmanas para que violen la prohibición y sigan llevado burka. Y el partido islámico NIDA, que forma parte del ayuntamiento de Rotterdam, ha ofrecido pagar las multas si es necesario.

Alcaldes: tenemos otros problemas

Ninguna de las grandes ciudades en Holanda considera prioritaria la aplicación de la nueva ley. La alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, ya declaró en noviembre que la prohibición no se aplicará en su ciudad. Y el alcalde musulmán de Rotterdam también considera que hay otras prioridades: Hay muchas leyes y tenemos muy pocos policías, explicó Ahmed Aboutaleb en un comunicado de prensa. «Rotterdam tiene problemas más graves. Asesinatos, drogas, el aumento de la criminalidad en la sociedad».

Solo el populista derechista Geert Wilders quiere seguir echando leña al fuego: «Ahora nos amenazan con una yihad por la prohibición del burka. Esto se pone peor. No les importan nuestras leyes, nuestros valores y la democracia y quieren dominarnos con violencia brutal y terror mortal».

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