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40 horas: el dolor de cabeza del Gobierno y qué pasó en los lugares donde si se implementó MERCADOS

40 horas: el dolor de cabeza del Gobierno y qué pasó en los lugares donde si se implementó

Contra las 40 horas la arremetida ha sido con todo. El proyecto ha sido calificado de «inconstitucional» y «generador de desempleo» por gran parte del bloque oficialista. Por un lado, está el proyecto del Gobierno que propone una jornada de 41 horas laborales con «flexibilidad horaria», el cual ha sido criticado férreamente desde la oposición, especialmente por la gestora del proyecto paralelo, la diputada Camila Vallejo. En medio del álgido debate  -y del radical rechazo del Gobierno-, existen empresas que de manera voluntaria, han reducido sus jornadas laborales a rangos cercanos a las 40 horas. Incluso en el sector municipal.


Ya es un tema país. La posible reducción de la jornada laboral ha copado la agenda noticiosa del último tiempo y, a la vez, ha tensionado el clima político al extremo. Dimes y diretes entre oficialismo y oposición y una gran vociferación de la ciudadanía, han sido parte de los condimentos de un debate político que para algunos es considerado más bien como una discusión ideológica, pero que se sigue intensificando y que ha constantemente reavivado las asperezas entre la derecha y la izquierda. Y también entre los partidos del «medio».

Solo 60 minutos que generan un clima país que parece estar en dos extremos que implican que se hable de realidades diametralmente distintas, aunque solo es una hora reloj.

Por un lado, está el proyecto del Gobierno que propone una jornada de 41 horas laborales con «flexibilidad horaria», el cual ha sido criticado férreamente desde la oposición, especialmente por la gestora del proyecto paralelo, la diputada Camila Vallejo, quien reavivó una propuesta para que la jornada laboral se lleve a cabo en 40 horas.

La teleserie entremedio ha tenido de todo: acusaciones de improvisación política, puestas en escena comunicacionales y amenazas de despidos masivos.

Como público, y un público muy incómodo, los empresarios ven en ambos proyectos ideas contrarias a lo prometido por el segundo gobierno de Sebastián Piñera: incentivar el crecimiento.

Contra las 40 horas la arremetida ha sido con todo. El proyecto ha sido calificado de «inconstitucional» y «generador de desempleo» por gran parte del bloque oficialista.

Así lo han expresado personeros de la derecha como el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín y la presidenta de la UDI, Jacqueline Van Rysselberghe.

Hasta el propio Presidente de la República advirtió que recurrirá a todos los instrumentos para que se respete la Constitución, luego de que en la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados despachara a la sala del Senado la iniciativa comunista.

«Que Chile no podrá jugar la Copa América» y que los «bomberos no podrán apagar un incendio forestal por terminar su jornada» fueron algunos de los argumentos a los que la derecha.

El domingo pasado en una columna en El Mercurio el exministro de Hacienda, Rodrigo Valdés criticó al Ejecutivo señalando que si bien se puede entender que en medio del «fragor» político se caiga en cálculos exagerados «lo que no se entiende es que autoridades del Ejecutivo, que tiene responsabilidad mayor a la de un congresista, caiga en lo mismo. La estimación del Gobierno sobre la destrucción del empleo que provocaría la aprobación del proyecto de las 40 horas (suponiendo que los salarios no se ajustan) se ubica dentro de los rangos plausibles. Sin embargo la idea de que el proyecto de 41 horas y algo de flexibilidad creará cientos de miles de empleos parece una broma», sentenció.

Los que cruzaron la delgada línea

En medio del álgido debate  -y del radical rechazo del Gobierno-, existen empresas que de manera voluntaria, han reducido sus jornadas laborales a rangos cercanos a las 40 horas. Incluso en el sector municipal.

Tal es el caso de la Corporación Municipal de Macul, que implementó esta iniciativa desde el 1 de septiembre pasado y que beneficia a los trabajadores de la administración central. La institución se basó en la premisa de «dar un salto cualitativo en calidad de vida y en las condiciones laborales de sus trabajadores», según declaran.

Consultado por El Mostrador, el alcalde de la comuna, Gonzalo Montoya, señaló que «esto se hizo entendiendo que es necesaria la modernización laboral, pero también considerando el debate que se esta dando a nivel país. Buscamos que nuestros trabajadores y trabajadoras puedan compatibilizar de mejor manera sus trabajos con su vida personal. Entendemos que esta reducción prácticamente de una una hora diaria les va a permitir compartir más con sus familias y obviamente hacer mejor uso del tiempo», explicó.

La evaluaciones preliminares son que la decisión no impacta de manera negativa la gestión de la corporación y que, por el contrario, los trabajadores -conformes con la medida- aumentan su compromiso laboral con la organización.

Montoya apoya abiertamente que el proyecto de Vallejo se convierta en ley. «Cuando nació este debate, hicimos las averiguaciones desde el punto de vista jurídico y administrativo para saber si la Corporación, que es una entidad de derecho público pero sin fines de lucro, podría hacer la reducción de horas sin afectar los salarios de nuestros trabajadores y trabajadoras. Finalmente averiguamos que con los empleadores de la administración central podíamos hacer esto, y desde ese minuto, decidimos conversarlo con los trabajadores e impulsar esta iniciativa pensando en los criterios de modernización laboral que estamos impulsando dentro de nuestra institución», detalló.

Hay empresas regionales que también se han atrevido a pactar jornadas más cortas. En Antofagasta la firma de ingeniería y consultoría Fulcro ABC viene pactando una reducción de jornadas desde el año 2017. Partieron entonces realizándolo de manera paulatina para lograr, a fines del año pasado, llegar a las 40 horas.

Al ser contactado por El Mostrador, el gerente general de la empresa, Boris Aguilera, sostuvo que «nosotros certificamos la norma 3262 como empresa, que es la norma de equidad de género y conciliación de la vida laboral, familiar y personal. En torno a eso, ya que la empresa se tiene que comprometer con acciones, asumimos el desafío de hacer una organización más eficiente, más tecnológica, de mejor uso de los tiempos en horario de trabajo, hasta que cumplimos sin ningún problema las 40 horas semanales».

Según explicó Aguilera, comenzaron la reducción de acuerdo a las tareas de cada trabajador y verificando en qué áreas sí se podía ajustar la jornada. Ya sea mediante el uso de tecnología, facilitando trabajo o incentivando a los colaboradores a hacer una misma tarea en menor tiempo.  «Uno de los propósitos es que los trabajadores tengan mayor tiempo en sus casas, en el fondo esto también forma parte del proyecto de la humanización del trabajo».

El ejecutivo reconoció que uno de los mayores temores era como esto afectaría sus procesos productivos, pero que tras ello no han detectado externalidades negativas. Las ventas no cayeron, la calidad del trabajo tampoco fue mermada. El ausentismo y las licencias médicas no aparecieron más. Desde el año pasado hasta ahora ya no tenemos más licencias médicas. La rotación es cero, desde el 2017 que ningún trabajador se nos va», aseguró.

Otra institución que decidió instaurar la iniciativa de acortar la jornada laboral mínima legal fue la Municipalidad de Recoleta. Desde mayo sus trabajadores laboran 40 horas semanales.

“Las licencias médicas  bajaron un 16 por ciento, desde 727 a 610; los días no trabajados – en el mismo período – bajaron de 8.424 en el 2018, a 7.344 días en 2019, es decir, casi un 13% menos, lo que en ahorro por concepto de reemplazos asciende a poco más de 18 millones de pesos en solo dos meses”, sostuvo Daniel Jadue en una columna de opinión publicada en Radio Cooperativa.

Algunas Pymes también han implementado jornadas más cortas. La cadena de comida rápida «Crudo sin Censura» se sumó a la iniciativa y a partir del 26 de agosto redujo la jornada laboral de 14 de sus trabajadores full time a 40 horas, concentrándolas en cuatro días a la semana.

Uno de los socios de la compañía, Alejandro Cifuentes, señaló que la medida «es una inversión». «Apostamos a tener trabajadores contentos y estamos convencidos de que mejorará nuestra productividad”, afirmó a LUN.

La necesidad de beneficios sociales

Para tener una visión de las necesidades de los trabajadores del país y para conocer un aspecto más técnico de la discusión,  la Comisión Nacional de Productividad reveló un estudio en el cual se sostiene que actual mercado laboral chileno destaca la poca correspondencia, a nivel de los distintos sectores económicos, entre la participación laboral y la participación en términos de actividad económica (PIB).

También se percibe una relativa inestabilidad laboral de muchos trabajadores, al considerar que gran parte de ellos trabaja en empresas pequeñas, en la modalidad de cuenta propia. Adicionalmente, la desigualdad en su distribución de los salarios no es menor.

La Comisión indica que estos resultados requieren la intervención de políticas tanto a nivel del mercado laboral en general, como de la demanda de trabajo, como también es necesario proveer incentivos para los empleadores, orientados a aumentar la calidad del trabajo y la participación laboral.

Con respecto a calidad, se señala que es necesario promover la importancia de que los trabajadores cuenten con un contrato de trabajo y beneficios sociales, lo que es clave considerando que generalmente los trabajadores que tienen carencia en un área, también tienen carencia en las otras (seguridad social, duración del trabajo, entre otros).

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