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Felipe Osiadacz, chileno condenado en Malasia habla de la «pesadilla» que vivió: «Le rogaba al universo que me llevara durante el sueño» PAÍS Crédito: Captura de pantalla T13

Felipe Osiadacz, chileno condenado en Malasia habla de la «pesadilla» que vivió: «Le rogaba al universo que me llevara durante el sueño»

En la primera entrevista que otorga tras regresar anticipadamente a Chile, mientras sigue su juicio en el país asiático, el chileno contó su versión del homicidio de una trabajadora sexual y detalló las condiciones que tuvo que vivir mientras estuvo 6 meses en la cárcel.


Tras regresar a Chile, Felipe Osiadacz, uno de los dos chilenos condenados en Malasia por el asesinato de una persona, rompió su silencio y detalló lo que tuvo que vivir en el país asiático junto a su amigo, Fernando Candia.

Sobre el incidente que provocó su detención, Osiadacz aseguró que en Malasia «es común que las personas del comercio sexual intimiden a los extranjeros», por lo que cuando la víctima insistió, «nos fuimos al ascensor» para subir a la habitación y esperar que así la mujer trans, identificada como Yusaini Bin Ishak, se fuera del hotel.

«Cuando las puertas se estaban cerrando, viene esta persona y bloquea las puertas para que no podamos subir (a la habitación); ahí se pone más agresiva, nos tira un objeto contundente, trata de tirarnos un florero, lo paramos y lo trato de sostener en el piso, y me acuerdo que se movía y se movía; le pido a mi amigo que me ayude a sostenerlo, estamos unos minutos sosteniéndolo hasta que llega la policía», dijo en entrevista con Teletrece.

«Nunca se me pasó por la mente que la persona podría llegar a estar muerta, si nunca quisiste hacer nada malo, y al final se terminó transformando en una tremenda pesadilla. Nunca obré pensando hacerle daño a alguien. Voy a tener que vivir con eso el resto de mi vida», agregó.

En cuanto a su detención, en un primer momento la policía del país les dijo que «no nos preocupáramos, que a lo más íbamos a estar cuatro día bajo investigación y que después nos iban a dejar libres, que todo había sido un accidente», pero ya en la cárcel, «los gendarmes en los calabozos nos decían ‘ustedes vienen a mi país a matar gente, se van a ir a la horca’, y nos hacían gestos de la horca».

«No sé cómo hice para no volverme loco (…) los primeros seis meses fueron aterradores, una experiencia que no se la doy a nadie», reconoció. El hacinamiento y la «insalubridad» que había en los baños era lo peor, según su testimonio.

«Le rogaba al universo que me llevara durante el sueño, quería dejar de vivir ese sufrimiento que estaba viviendo, tan intenso, tan fuerte, tan terrorífico, tan lamentable», afirmó, al borde de las lágrimas, apuntando que «hasta los 15 meses y 11 días, hasta que nos declaramos culpables de homicidio culposo, la horca estuvo en juego, estuvo ahí».

Cuando fue consultado sobre su adelantado regreso a Chile, tras cuatro meses de haber salido en libertad condicional en Malasia, Osiadacz evitó referirse, diciendo que «no creo que sea correcto explicarlo», pero admitió que se acerca a ser una «fuga» desde Malasia.

El proceso en el país asiático sigue abierto y Osiadacz confía en que pronto esta «pesadilla» llegue a su fin. En tanto, asegura haber escrito un libro que espera publicar pronto.

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