Hay una cuchara en tu cerebro
Hola, qué tal estás hoy. ¿Con ganas de meterte en un tema que da para pensar en la próxima evolución o involución humana? En enero ya escribí sobre la invasión de nuestro organismo por el microplástico. Ahora, la revolucionaria publicación de cuatro artículos en Brain Medicine examina la alarmante “cucharada” de microplásticos en los cerebros humanos.
Y, además, la creciente evidencia de que los microplásticos provenientes de alimentos ultraprocesados podrían estar acumulándose en nuestros cerebros y, potencialmente, contribuyendo al aumento global de tasas de depresión, demencia y otros trastornos de salud mental. Aquí te cuento de qué se trata y te dejaré los links a los artículos originales, por si quieres saber más.
- También te comparto la entrevista que realizó Genomic Press al investigador y profesor italiano Francesco Benedetti, que centra su trabajo en la interfaz entre la neurociencia y los trastornos del comportamiento, para buscar diagnósticos y tratamientos en psiquiatría y neurociencia clínica.
En la sección Mito o Verdad veremos si esa “costumbre” o necesidad biológica de dormir hasta tarde en la adolescencia es buena o dañina.
- Y en el Chat con el especialista, aprovechando que ayer fue el Día Mundial del Cáncer de Próstata, el urólogo y cirujano oncólogo de FALP, Jaime Altamirano, nos enseña lo que todo hombre debe saber sobre esta enfermedad.
- Antes de comenzar, quiero invitarte a que compartas Efecto Placebo, así nuestra comunidad crecerá más cada día. Si aún no te sumas, o si alguien que te aprecia te compartió este boletín, te invito a que te Inscribas gratis, para que no te pierdas nuestros contenidos de salud y bienestar.
1
La calamidad de una cuchara de plástico en tu cerebro

Imagen: Brain Medicine.
El editorial advertía que la imagen de portada –un cerebro humano con innumerables fragmentos brillantes de microplásticos junto a una cuchara plástica–, que acompañaba el título “Una cuchara de plástico en tu cerebro: la calamidad de una cuchara de plástico en tu cerebro”, no fue elegida para impactar, ni era poética ni rupturista.
“No está inspirada en nada. Es la cruda realidad: los cerebros humanos contienen aproximadamente una cucharada de material microplástico”, explicaba la autora, la doctora Ma-Li Wong. La imagen y el titular se hicieron virales y dieron la vuelta al mundo.
- “Por mucho tiempo la barrera hematoencefálica (estructura selectiva que protege el cerebro de sustancias dañinas) fue tratada como una línea de defensa anatómica sagrada, pero eso se acabó. La barrera fue vulnerada y ahora tenemos polímeros donde ocurre la cognición: el hipocampo”, señaló la doctora Wong.
- Estas afirmaciones son parte de una revolucionaria colección de cuatro artículos publicados en la edición de mayo de Brain Medicine, que sintetiza la creciente evidencia de que los microplásticos provenientes de alimentos ultraprocesados podrían estar acumulándose en nuestros cerebros y potencialmente contribuyendo al aumento global de tasas de depresión, demencia y otros trastornos de salud mental.
- Los artículos proporcionan el análisis más completo hasta la fecha sobre cómo estas diminutas partículas plásticas podrían estar afectando la salud cerebral a través de vías biológicas interconectadas.
Este momento replantea más que un perfil de riesgo. Destroza un marco. Durante años, los murmullos dentro de la ciencia ambiental anticipaban la invasión: que los plásticos entraran en nuestra biología era inevitable, dijeron.
- Pero incluso los más pesimistas no esperaban esto: partículas en el hipocampo, polímeros enredados con neuronas, desechos sintéticos dentro de los mismos tejidos que gobiernan la memoria, la identidad y el estado de ánimo. Lo que era teoría ha sido reemplazado por evidencia. Y las consecuencias ya no son teóricas.

Portada Brain Medicine.
- El primer artículo, “Eliminación de microplásticos humanos: ¿qué nos dice la evidencia?”, de autoría del doctor de la Universidad de Ottawa Nicholas Fabiano, el doctor de la Universidad de Toronto Brandon Luu y el doctor David Puder de la Escuela de Medicina de la Universidad de Loma Linda, consigna que un trabajo reciente aparecido en Nature Medicine, de Nihart et al., encontró que el cerebro humano contiene aproximadamente una cucharada de microplásticos y nanoplásticos (MNP), con niveles tres a cinco veces más altos en aquellos con una cohorte de cerebros con un diagnóstico documentado de demencia (con una notable deposición en paredes cerebrovasculares y células inmunitarias).
- En particular, se descubrió que los tejidos cerebrales tenían cantidades de MNP siete a treinta veces mayores que otros órganos, como el hígado o el riñón. También cabe señalar que los microplásticos en el cerebro eran de un tamaño más pequeño (<200 nm) y la mayoría de las veces polietileno.
- Aunque la concentración de MNP no estuvo influenciada por factores como la edad, el sexo, la raza o la causa de muerte, hubo un preocupante aumento del 50% en la concentración de MNP basado en el momento de la muerte (2016 frente a 2024).
Fabiano, Luu, Puder y el doctor Wolfgang Marx, del Centro Food & Mood de la Universidad Deakin, escribieron “Microplásticos y salud mental: el papel de los alimentos ultraprocesados”, que se basa en su comentario anterior sobre la acumulación de microplásticos en tejido humano. Este nuevo artículo de opinión sintetiza evidencia emergente para proponer una hipótesis novedosa, que conecta el consumo de alimentos ultraprocesados, la exposición a microplásticos y los resultados en salud mental.
- “Estamos viendo evidencia convergente que debería preocuparnos a todos. Los alimentos ultraprocesados ahora comprenden más del 50% de la ingesta energética en países desarrollados, y estos alimentos contienen concentraciones significativamente más altas de microplásticos que los alimentos integrales. Hallazgos recientes muestran que estas partículas pueden atravesar la barrera hematoencefálica y acumularse en cantidades alarmantes”, explicó Fabiano.
Conexión con la salud mental
Los investigadores citan evidencia sustancial que vincula el consumo de alimentos ultraprocesados con resultados adversos para la salud mental. Una reciente revisión paraguas publicada en The BMJ encontró que las personas que consumían alimentos ultraprocesados tenían un 22% más de riesgo de depresión, 48% más de riesgo de ansiedad y 41% más de riesgo de problemas de sueño.
- Lo que hace particularmente convincente su hipótesis es la novedosa sugerencia de que los microplásticos –diminutas partículas plásticas de menos de 5mm– podrían ser un eslabón perdido en esta relación. Los investigadores señalan datos inquietantes que muestran que alimentos como los nuggets de pollo contienen 30 veces más microplásticos por gramo que las pechugas de pollo, destacando el impacto del procesamiento industrial. Y las bolsas de té liberan miles de millones de partículas de plástico submicrón durante la elaboración. Suena absurdo, pero no lo es.
- La hipótesis gana mayor credibilidad a partir de hallazgos recientes publicados en Nature Medicine, que demostraron concentraciones alarmantes de microplásticos en el cerebro humano –aproximadamente “el equivalente a una cuchara”, según los investigadores–, con niveles tres a cinco veces más altos en aquellos con diagnósticos documentados de demencia.
Mecanismos compartidos de daño
“Esta hipótesis es particularmente convincente, porque vemos una superposición notable en los mecanismos biológicos. Los alimentos ultraprocesados se han vinculado a salud mental adversa a través de inflamación, estrés oxidativo, epigenética, disfunción mitocondrial y alteraciones en los sistemas de neurotransmisores. Los microplásticos parecen operar a través de vías notablemente similares”, señaló el doctor Marx.
- El artículo de opinión plantea una pregunta intrigante: ¿podría el contenido de microplásticos de los alimentos ultraprocesados ser parcialmente responsable de los efectos negativos observados en la salud mental? Para estudiar esta relación de manera más sistemática, los autores proponen el desarrollo de un Índice de Microplásticos Dietéticos (DMI) para cuantificar la exposición a través del consumo de alimentos.
Posibles vías de eliminación
- Complementando el artículo de opinión, hay un trabajo de investigación de Brevia titulado “Aféresis terapéutica: ¿un método prometedor para eliminar microplásticos?”, del doctor Stefan Bornstein y colaboradores. Este artículo, también publicado en la edición de mayo, examina evidencia preliminar de que la aféresis terapéutica extracorpórea –una técnica que filtra la sangre fuera del cuerpo– podría tener el potencial de eliminar partículas microplásticas de la circulación humana.
“Si bien necesitamos reducir nuestra exposición a los microplásticos a través de mejores elecciones alimentarias y alternativas de envasado, también necesitamos investigación sobre cómo eliminar estas partículas del cuerpo humano”, señaló Bornstein.
“Nuestros primeros hallazgos sugieren que la aféresis podría ofrecer una posible vía para la eliminación de microplásticos, aunque se necesita mucha más investigación”, agregó.
Llamado a la acción
- “Lo que emerge de este trabajo no es una advertencia. Es un ajuste de cuentas. La frontera entre lo interno y lo externo ha fallado. Si los microplásticos cruzan la barrera hematoencefálica, ¿qué más creemos que permanece sagrado?”, escribió Wong.
Los autores de los cuatro artículos enfatizaron que, aunque se necesita más investigación primaria, sus análisis añaden otra dimensión al creciente argumento para reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y desarrollar mejores métodos para detectar y potencialmente eliminar microplásticos del cuerpo humano.
- “A medida que los niveles de alimentos ultraprocesados, microplásticos y resultados adversos para la salud mental aumentan simultáneamente, es imperativo que investiguemos más a fondo esta posible asociación. Después de todo, somos lo que comemos”, concluyó Nicholas Fabiano.
Te dejé los enlaces a los cuatro artículos completos, que están abiertos a lectura.
2
Francesco Benedetti: “Las condiciones psiquiátricas son fundamentalmente biológicas”

Foto cedida.
La investigación de Francesco Benedetti se centra en la interfaz entre la neurociencia y los trastornos del comportamiento, para buscar diagnósticos y tratamientos en psiquiatría y neurociencia clínica.
Autor de más de 200 artículos sobre estos temas (índice H 77), sus áreas de especialización abarcan la psicobiología clínica, la imagen in vivo, la genética, la farmacología, la neuropsicología, la neurofisiología y la investigación clínica, para enfrentar las cuestiones de la psiquiatría clínica moderna, la neurología y la psicología clínica. En particular, en la última década también se concentró en identificar predictores efectivos de la respuesta antidepresiva y la recurrencia en los estados de ánimo.
- Acá reproduzco parte de la entrevista, publicada en Genomic Press, al profesor Benedetti, donde comparte su viaje transformador desde enfrentar la conciencia infantil de la enfermedad mental hasta convertirse en figura líder en la investigación psiquiátrica, como fundador y jefe de la unidad de investigación de psiquiatría y psicobiología clínica en el IRCCS Ospedale San Raffaele en Milán.
“Durante mi infancia, me di cuenta del sufrimiento asociado con la enfermedad mental. Siempre me ha fascinado la naturaleza humana. Cuando estaba en la escuela secundaria, consideraba la ciencia una filosofía moderna y la medicina el método más apropiado para estudiar lo que es el hombre. Y así, cuando en la escuela de medicina me tropecé con la psicobiología, disfruté profundamente su perspectiva de investigación. Proporcionó el marco científico y metodológico para investigar la fisiología del comportamiento y potencialmente el origen de la enfermedad mental. El resto vino por sí solo”, dice de entrada en la entrevista.
- Explica que cuando ingresó al personal de una sala psiquiátrica, se asoció con colegas que compartían lo que todavía considera “su misión”, sin ver límites entre la ciencia y el trabajo clínico cotidiano.
- “Unos veinte años después, me convertí en el líder del programa de investigación en psiquiatría y neurociencia clínica en el mismo hospital de investigación. Todavía estoy feliz de hacer lo que pueda para traer la psiquiatría de vuelta a la casa de la medicina y aliviar la horrible carga de dolor que los pacientes deben enfrentar”, expresa.
A pesar de enfrentar el rechazo de los programas tradicionales de entrenamiento psiquiátrico, Benedetti perseveró a través de un camino alternativo que finalmente lo llevó a un trabajo innovador en cronoterapéutica, inmunopsiquiatría y genómica psiquiátrica.
- Las observaciones clínicas directas han impulsado su investigación: al notar los patrones de infección e inflamación en pacientes deprimidos, desencadenó su exploración de mecanismos inmunoinflamatorios; presenciar el sufrimiento de pacientes bipolares suicidas sin respuesta a los tratamientos estándar condujo a innovadores protocolos cronoterapeúticos.
- Hoy está enfocado en analizar cómo interactúan las variantes genéticas, las respuestas inmunes y las experiencias de vida para afectar la homeostasis cerebral.
“De esta manera busco entender los trastornos del estado de ánimo como condiciones médicas legítimas en lugar del abismo de dolor, estigma, miseria que son ahora”, señala.
Un enfoque revolucionario para el tratamiento
La necesidad urgente de ayudar a los pacientes deprimidos y suicidas, con trastorno bipolar y que no mostraron respuesta a los tratamientos antidepresivos estándar, llevó al profesor Benedetti y a sus colegas hacia las cronoterapias.
- Sus innovadores protocolos, que combinan estímulos ambientales como luz y oscuridad con manipulaciones del ritmo sueño-vigilia, han logrado efectos terapéuticos rápidos en la depresión aguda. Estos desarrollos surgieron de la observación clínica directa en lugar de la especulación teórica.
- El equipo del profesor Benedetti fue pionero en técnicas que siguen siendo ampliamente utilizadas hoy en día.
La conexión inmune en los trastornos del estado de ánimo
Un patrón de infecciones inusuales y condiciones autoinmunes entre los pacientes psiquiátricos provocó la exploración del profesor Benedetti en inmunopsiquiatría. Sus observaciones clínicas de pacientes que experimentan recaídas después de fiebres e infecciones llevaron a una investigación innovadora sobre los mecanismos inmunoinflamatorios en el estudio de las causas del trastorno del estado de ánimo.
- Esta perspectiva adquirió particular relevancia durante la pandemia de COVID-19, cuando el profesor Benedetti predijo y posteriormente documentó la depresión post-COVID, vinculada a la inflamación prolongada.
- La investigación actual en su laboratorio se centra en cómo las variantes genéticas moderan los efectos de los eventos de la vida y la exposición a patógenos en los puntos de contención inmunoinflamatorios. Estos mecanismos en última instancia tienen efecto en la homeostasis cerebral, afectando particularmente la integridad de la materia blanca.
- A través de técnicas avanzadas de neuroimagen, su equipo ha demostrado cómo la interacción entre los factores genéticos, las experiencias adversas de la infancia y la inflamación de bajo grado producen cambios medibles en la estructura cerebral.
Mecanismos moleculares y la realidad clínica
El enfoque del profesor Benedetti hacia la genómica psiquiátrica va más allá del interés académico. Al estudiar los polimorfismos funcionales que afectan la respuesta al tratamiento, su investigación ha contribuido a enfoques médicos personalizados que ahora se ofrecen a través de paquetes de detección farmacogenética en todo el mundo. En particular, las variantes que afectan a los genes del promotor de serotonina, 5-HT2A, COMT y GSK-3β influyen tanto en el curso de la enfermedad como en los resultados del tratamiento.
- La integración de las imágenes cerebrales con el análisis genético ha revelado cómo el tratamiento interactúa con las variantes genéticas para alterar las respuestas neuronales y la estructura cerebral durante la recuperación.
- Este enfoque integral demuestra que los trastornos del estado de ánimo implican interacciones complejas entre la vulnerabilidad biológica, la exposición ambiental y la intervención terapéutica.
- Las preguntas que surgen de este trabajo incluyen: ¿cómo podría la identificación temprana de los perfiles de riesgo genético guiar las intervenciones preventivas?, ¿podría la modulación del sistema inmunológico convertirse en una estrategia de tratamiento primaria para ciertos subtipos de trastornos del estado de ánimo?
Detener la misoginia médica
Más allá de sus contribuciones científicas, el profesor Benedetti aboga apasionadamente contra la misoginia médica y el rechazo de las preocupaciones de salud mental de las mujeres.
- Él desafía la noción persistente de que las condiciones específicas para las mujeres representan debilidad o histeria, señalando que el suicidio sigue siendo la principal causa de muerte posparto en las naciones desarrolladas.
- Esta defensa refleja su compromiso más amplio de reducir el estigma, al demostrar que las enfermedades mentales están “profundamente arraigadas en el mal funcionamiento de nuestro cuerpo, como sucede en cualquier otra rama de la medicina”.
- Su perspectiva de investigación parece interminable, impulsada por el progreso exponencial en la neurociencia y el reconocimiento de que la psiquiatría moderna sigue “todavía en su infancia”.
El profesor Benedetti continúa observando a los pacientes, haciendo preguntas y aplicando nuevos avances metodológicos para desbloquear la base biológica del sufrimiento mental. Las recompensas no provienen de elogios académicos, sino de ver a otros investigadores aprovechar sus hallazgos para aumentar los beneficios para los pacientes.
3
Mito o Verdad: ¿es positivo que los adolescentes duerman hasta tarde los fines de semana?

Foto de John-Mark Smith.
¿Tienes hijos adolescentes? ¿O recuerdas cómo eran tus domingos cuando tenías 15 años, hasta qué hora dormías? Probablemente hasta que te despertaban para almorzar. Si eres padre, madre o adolescente, pon atención: un nuevo estudio que se acaba de presentar en la reunión anual SLEEP 2025 en Seattle –y cuyo resumen se publicó en un suplemento en línea de la revista Sleep– señala que los adolescentes que tienen un sueño moderado pero no excesivo, de recuperación los fines de semana, tienen menos síntomas de ansiedad.
- Los resultados muestran que los adolescentes que durmieron hasta dos horas más los fines de semana que los días de semana, mostraron menos síntomas de ansiedad en comparación con aquellos que no durmieron más los fines de semana.
“Los resultados muestran que tanto dormir menos los fines de semana que los días de semana como dormir sustancialmente más los fines de semana se asoció con síntomas de ansiedad más altos”, dijo la autora principal, Sojeong Kim, candidata a doctorado en el Departamento de Psicología Clínica y asesora de posgrado en psicología de la Universidad de Oregón en Eugene.
- “Por el contrario, el sueño de recuperación moderado, definido como menos de dos horas, se asoció con menores síntomas de ansiedad, lo que sugiere que algún sueño de recuperación de fin de semana puede ser beneficioso”, agregó.
- La Academia Americana de Medicina del Sueño recomienda que los adolescentes de 13 a 18 años duerman de 8 a 10 horas de forma regular para promover una salud óptima. Sin embargo, los datos muestran que solo el 23% de los estudiantes de secundaria duermen lo suficiente en una noche escolar promedio.
“Muchos adolescentes intentan compensar la pérdida de sueño durmiendo hasta tarde los fines de semana”, dijo Kim.
- El sueño suficiente constante se asocia con mejores resultados de salud, incluida la mejora de la atención, el comportamiento, el aprendizaje, la memoria, la regulación emocional, la calidad de vida y la salud mental y física. Por el contrario, la falta de sueño en los adolescentes se asocia con mayores riesgos de problemas como la depresión y los pensamientos suicidas.
El estudio involucró a 1.877 adolescentes con una edad media de 13,5 años. La duración del sueño se estimó utilizando dispositivos Fitbit, mientras que los síntomas de internalización se evaluaron usando la encuesta de la Lista de Verificación de Comportamiento Infantil. El sueño de recuperación del fin de semana se calculó como la diferencia entre la duración del sueño del fin de semana y los días de la semana.
- Sojeong Kim señaló que es importante identificar la cantidad correcta de sueño de recuperación que sea beneficiosa para los adolescentes que restringen su sueño durante la semana.
“Muy poca o demasiada variabilidad del sueño desde los días de la semana hasta el fin de semana puede contribuir a los síntomas que alguien está tratando de combatir, como la fatiga física o mental y los sentimientos de ansiedad”, explicó.
4
Chat con el especialista: lo que deben saber los hombres sobre el cáncer de próstata

Foto de Helena Lopes.
¿Estás en la edad en que la próstata es una de tus preocupaciones? Ayer se conmemoró el Día Mundial del Cáncer de Próstata. Una enfermedad caracterizada por una proliferación de células que comienza en esa pequeña glándula que ayuda a producir el semen. El urólogo y cirujano oncólogo de FALP, Jaime Altamirano, nos explica lo que tienes que saber para prevenir esta enfermedad, que es la cuarta causa de muerte por cáncer en hombres.
¿Por qué estas cifras son importantes?
- Muchos casos se detectan en hombres mayores (≥ 65 años), con edad promedio al diagnóstico cerca de los 67 años. El aumento de la incidencia y del número de muertes proyectado hacia 2040 subraya la urgencia de promover un screening más eficiente y tecnologías avanzadas para el diagnóstico temprano.
Detectar el cáncer de próstata tempranamente puede cambiarlo todo.
- “Los exámenes como el antígeno prostático específico PSA y el tacto rectal son la puerta de entrada. Añadirle una resonancia magnética multiparamétrica (RMmp) en casos seleccionados permite identificar posibles tumores y enfocar el diagnóstico solo donde realmente se necesita, evitando procedimientos y tratamientos innecesarios. El diagnóstico precoz permite la detección de enfermedad localizada y es potencialmente curable, con una alta probabilidad”, explica Jaime Altamirano.
-¿Por qué se produce?
-El factor de riesgo más determinante en el cáncer de próstata es la edad. Esta neoplasia es la número uno en hombres y el riesgo crece a partir de los 50 años. De ahí la importancia de que los hombres, cumplida esa edad, se realicen anualmente el test de antígeno prostático específico (PSA) y el examen de tacto rectal. Principalmente, porque esta enfermedad es asintomática en etapas precoces y, sin pruebas mediante, no hay modo de saber que se tiene cáncer. Habiéndolo detectado en esas fases tempranas, existen opciones realmente curativas, por sobre el 90%.
-¿Cuándo preocuparse?
-A menudo no presenta síntomas, pero en estados avanzados puede provocar: problemas para orinar, presencia de sangre al orinar, dolor de pelvis, columna, cadera o costillas.
-¿Cuáles son los tratamientos?
-Existe un amplio espectro de tratamientos para el cáncer de próstata. La decisión de cuál de ellos realizar es tomada por un Comité Oncológico especializado y considera las necesidades y expectativas de cada paciente. Existen cirugía convencional o robótica, radioterapia convencional o avanzada, hormonoterapia, quimioterapia, tratamientos de medicina nuclear, vigilancia activa, resonancia multiparamétrica –precisión revolucionaria, que combina secuencias anatómicas y funcionales para ofrecer una visión clara de la próstata–, entre otras tecnologías.
Aquí termina esta edición de Efecto Placebo, espero haber estimulado tu curiosidad y haber contribuido a informarte sobre salud y más. Si tienes algún comentario, duda o información que quieras compartir, puedes escribirme a efectoplacebo@elmostrador.cl.
Inscríbete gratis en Efecto Placebo el newsletter de salud de El Mostrador. Cada jueves te informaremos sobre las últimas investigaciones, terapias, avances en medicina y las claves para alcanzar el bienestar.