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La cocinería que conquista a turistas con sabores chilotes de mar y tierra Gastronomía

La cocinería que conquista a turistas con sabores chilotes de mar y tierra

Morelia Cutul comenzó vendiendo empanadas hace una década en Cucao, en las afueras del Parque Nacional Chiloé. Hasya que en 2010 implementó en su ansiada casa propia un local para vender todo lo que cocinaba.


Para quienes transitan por la ruta W-850 que une Huillinco con Cucao, en la comuna de Chonchi, Tradiciones Morelia es un  imperdible. Se trata de una cocinería ubicada en la localidad de Quilque que está abierta todos los días del año y que con el tiempo se ha convertido en uno de los locales de gastronomía tradicional más visitados y recomendados por los turistas nacionales y extranjeros que visitan Chiloé.

Al frente del establecimiento, en cuyo comedor resaltan madera y textiles, está Morelia Cuyul Naín, quien ofrece sabrosos platos con productos locales de mar y tierra, partiendo por las empanadas fritas que le dieron fama: de almejas, machas, navajuelas, carne mechada, salmón ahumado y corvina con queso.

También hay papas rellenas con machas y queso, pescado con papas de color y salsa de ají chilote, estofado de borrego ahumado, sopa de róbalo y cazuelas de cholgas ahumadas con papas nativas y luche, de hígado de cordero con yerba buena, de gallina de campo, de chancho ahumado y de cordero con luche o cochayuyo, además de menús diarios, todo acompañado con pan amasado y pebre recién preparados.

Mención especial merecen los postres: murta, pera, membrillo y dinacho, mazamorra de manzana con papa rallada, leche asada con murta y kuchenes de frutilla y frambuesa. Entre los jugos destaca el de nalca silvestre.

El local, donde la música chilota juega un papel relevante, cuenta además con una zona de picnic y con un espacio donde Morelia y su familia venden cestería, tejidos, mermeladas y conservas que elaboran ellos mismos.

Como en todo emprendimiento, detrás hay una historia de esfuerzo. Morelia comenzó vendiendo empanadas hace una década en Cucao, en las afueras del Parque Nacional Chiloé, junto a otros comerciantes ambulantes. Las hacía en su casa y cada verano partía a ofrecerlas a los turistas. En 2010, fruto de sus ahorros, adquirió con subsidio habitacional su casa propia en la zona y se propuso implementarla como un local para vender todo lo que produjeran sus hábiles manos.

Junto a su marido Julián remodelaron y ampliaron la vivienda, habilitándola como una cafetería- restaurant. “Empecé a atender a turistas en la cocina de mi casa y después armamos un local chico con cuatro mesas donde se juntaban hasta 30 personas”, recuerda. Su crecimiento fue “de a poco, como todas las cosas que llevan esfuerzo en la vida”, dice.

Tradiciones Morelia cuenta con el sello SIPAM Chiloé (Sistemas Ingeniosos del Patrimonio Agrícola Mundial), que certifica que la producción agrícola de su huerta, que da vida a su oferta culinaria, se realiza de manera tradicional, agroecológica. Se trata de las lechugas, zanahorias, arvejas, distintas variedades de espinaca, tomates, pepinos, habas, cebollas chalotas, porotos, papas nativas, nabos y ajo chilote, además de hierbas como melisa, manzanilla, toronjil y menta, y frambuesas, ruibarbo, frutillas, grosellas y mora alemana, que utiliza para sus postres y elaborados.

Cada verano es igual: la cocinería se abarrota de visitantes que recorren la Patagonia chilota, entre familias, mochileros y delegaciones de cruceros o de la tercera edad, y Morelia debe multiplicarse para atender la cocina y las mesas junto a su marido, su madre, sus hijas y sobrinas. “La gente nos recomienda y así llegan nuevos visitantes o regresan los que pasaron antes”, comenta.

Reconocida como mujer indígena destacada por la Municipalidad de Chonchi en 2019, la cocinera y emprendedora dice que ya no aspira a crecer más: “Quiero mantener la identidad que tenemos y no perder la cercanía con los visitantes. Si crecemos demasiado, ya no seríamos igual que ahora”.

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