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Lobby logra suavizar impacto de rebaja a Tasa Máxima Convencional

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
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Acuerdo entre el Gobierno y oposición incluye mecanismos que limitarían el impacto. Analistas estiman que pequeñas multitiendas y banca retail igualmente sufrirán.


Casi un año pasó antes de que el Gobierno consiguiera un acuerdo con la oposición para avanzar en un proyecto que reduzca los intereses que cobran las instituciones financieras y las multitiendas por créditos de hasta UF 200 ($4,5 millones).

Ayer el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, junto a los presidentes de las comisiones de Hacienda y Economía del Senado, José García Ruminot y Eugenio Tuma, comunicó que se había logrado un acuerdo y que el proyecto de ley completo podría votarse este miércoles.

La iniciativa —anunciada en agosto de 2011 e ingresada un mes después— llevaba meses trabada por diferencias entre el Ejecutivo y los senadores de la oposición, además de contar con el rechazo de multitiendas y bancos. Éstos últimos ya habían dado por perdida la batalla, confiando en que compensarán el efecto con el proyecto que unifica la información de deuda al día de los clientes de ambas industrias.

Larraín informó que la rebaja será gradual y habrá una división en tres tramos del segmento donde se concentran los créditos de consumo y que llega a UF 200 ($4,5 millones), cada uno de los cuales bajará en forma progresiva y con distinta magnitud.

La nueva fórmula establece que la tasa máxima que podrán pedir los bancos o los retailers para créditos menores a 200 UF se determinará sobre la tasa promedio que se aplica para el tramo de 200 a 500 UF.

Larraín explicó que “los deudores tienen características distintas, tienen riesgos distintos, y aquí están mezcladas operaciones de retail con operaciones de microcrédito, con operaciones de empresas pymes. Entonces es importante que podamos hacer esta separación”.

Con esto, “si la recuperación se aplicara respecto de la información de marzo de 2012, la Tasa Máxima estaría entre 33,3% para el tramo de 50 a 200 UF, 36,3% para el tramo de 30 a 50 UF y 38,3% para el tramo de cero a 30 UF”, aclaró el ministro. La TMC actual para créditos hasta 200 UF está en 55,32%.

El ministro enfatizó que una vez que se apruebe la ley, esta tendrá un efecto inmediato de rebajar en un poco más de 6,3 puntos la Tasa Máxima actual y más adelante “una rebaja de medio punto cada dos semanas hasta llegar en el periodo aproximado de un año a la TMC de largo plazo”.

La fórmula original del Ejecutivo aspiraba a reducir la TMC del 51% que había en ese momento a un rango de 31% a 41%.

El intenso lobby de la industria logró que la versión final que se acordó incluyera varios mecanismos para mitigar el impacto que la ley tendrá en los retailers y la banca.

Entre ellos está el acuerdo de que la rebaja alcanzará su mayor efecto en un lapso cercano a un año y se congelará si la crisis golpea a la economía, haciendo retroceder el ritmo de crecimiento del crédito. Ambas medidas no estaban contempladas en el proyecto anunciado por Larraín, el ministro de Economía, Pablo Longueira y el Presidente Sebastián Piñera en septiembre de 2011.

El presidente de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), Peter Hill, señaló que el acuerdo es la solución “menos mala”. En un comunicado del gremio, Hill declaró que “aun cuando la rebaja de 20 puntos en la tasa afectará a los sectores de menores ingresos, los términos del acuerdo nos permiten albergar esperanzas de lograr un equilibrio entre la aspiración de abaratar los créditos y mantener —al mismo tiempo— el acceso de todos los segmentos de la población al financiamiento crediticio formal”.

El acuerdo también parece haber escuchado la recomendación de economistas del Banco Central, que en enero publicaron un estudio en que aconsejaban avanzar en forma gradual: “La magnitud de los potenciales impactos de una rebaja de la Tasa Máxima Convencional, unida a la incertidumbre implícita en las estimaciones basadas en la información disponible, sugiere avanzar de manera gradual en la modificación del limite de interés”.

Los proveedores de crédito que sentirán el efecto de esta rebaja serán los que entregan préstamos a sectores de ingresos medios bajos, identificados como C3 y D.

En el mundo del retail, las operadoras Hites, AD Retail (ABC-Din), Corona y La Polar serán las principales afectadas.

En el caso de Hites, por ejemplo, hace un año el negocio financiero representaba casi 39%, a diferencia de los ‘grandes’, que tenían una dependencia muy inferior: Ripley (16%), Cencosud (7,1%) y Falabella (6,2%). Igual cosa con el alto nivel de intereses que percibe través de distintas vías (tasas, seguros, comisiones, etc.) que en el caso de Hites llegaba a 62,8%, muy por sobre la competencia (entre 31,7% y 42,5%).

La situación de ABC Din (AD Retail) sería similar (un 60% de las compras de los clientes se realizan con la tarjeta de crédito) y aún peor sería el escenario de Corona. Un caso a analizar es el de La Polar que enfrentará con esto un nuevo obstáculo para su recuperación. Esto, pese a su pretensión a reorientar parte de su estrategia a segmentos menos riesgosos.

“Es probable que tenga efecto negativo por el mayor grado de exposición al negocio financiero, ya que en general las empresas más chicas dependen más del crédito, en ingresos y Ebitda (flujo de caja) y también porque tiene menor diversificación que los grandes (que operan en otros países). Además, los más chicos en su gran mayoría tienen más exposición a clientes más riesgosos de segmentos socioeconómicos más bajos”, opina el analista de Bice Inversiones, Aldo Morales.

Según el ex superintendente de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), Ernesto Livacic, también habrá impacto para bancos retail de menor tamaño y divisiones de consumo de los bancos universales.

“Esos números son muy bajos aún (nivel de la tasa) y creo que generan problemas para el normal funcionamiento del mercado, pues saldrá una porción importante de clientes de sectores de menores ingresos y los que no tiene ingreso fijo, los no asalariados”, afirma.

Aunque Livacic también advierte que habrá impacto para los bancos en general pues las tarjetas de crédito y líneas de sobregiro también funcionan con tasa máxima convencional. El ex titular de la SBIF es actualmente miembro del directorio del banco Ripley.

En todo caso, en este año de discusiones entre el Gobierno, el sector financiero y el Senado, las empresas se han venido preparando.

“Muchas de estas instituciones se prepararon para esto y venían reduciendo su exposición a estos sectores, siendo más exigentes en sus políticas de crédito, porque de alguna forma ya lo esperaban”, explica el socio de Gemines, Sergio Arancibia.

En el caso de la banca, si bien los bancos con clientes vinculados al retail como Falabella, Ripley o París aparecen como los primeros dañados, los grandes también sufrirán. Santander, que cobra elevados intereses en créditos de consumo con su división Banefe; el Chile con su división CrediChile; Bci con Nova; Corpbanca con Condell y Scotiabank con Banco Desarrollo.

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