
La crisis al interior del INE que desató el informe del BCI preocupa al gobierno
En forma reservada el FMI pidió copias del estudio, la consultora Gemines se suma al coro de analistas que duda de los datos y uno de los tres subdirectores sale en medio de la polémica.
“El gallinero está bien revuelto”, describe una persona al interno del Instituto Nacional de Estadísticas, aludiendo al clima que vive la institución desde que el BCI publicara un informe cuestionando la calidad de las cifras de inflación que recoge el organismo.
El documento —que El Mostrador Mercados publicó en forma exclusiva el primero de abril— advirtió que el INE tiene “indudables problemas de capturar calidad y obsolescencia” dentro de la canasta del IPC.
Al día siguiente se sintieron los primeros coletazos: en su presentación del Informe de Política Monetaria de marzo, el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, tuvo que abordar el tema ante la pregunta del senador PPD, Ricardo Lagos Webber. Vergara trató de calmar al mercado quitándole importancia al informe, explicando que “si uno le saca aquellos elementos que hoy día están en discusión, la trayectoria de la inflación sigue siendo descendente. Eso es importante tenerlo claro”.
Posteriormente se sumaron otras voces y fue tema discutido al interior de los ministerios de Hacienda y Economía. Pero el lugar en el que más se sintió el informe fue en el INE, donde en las últimas dos semanas se celebran reuniones y equipos de expertos realizan autopsias de los métodos.
El director del organismo Francisco Labbé se vio forzado a salir a defender públicamente las metodologías usadas para medir el IPC y a montar una campaña de comunicaciones para enfrentar la crisis y defender la institución. Esa decisión fue tomada con el beneplácito de La Moneda y con el conocimiento de Hacienda, aseguran fuentes cercanas.
Esta semana la temperatura volvió a subir: Morgan Stanley, el influyente banco de inversión norteamericano se sumó a las críticas, diciendo que las lecturas de inflación del gobierno no cuadran y esto podría ser debido a problemas con la recolección de datos.
Luis Arcentales, economista del banco en Nueva York, dijo en una entrevista con Bloomberg que un problema con la metodología “explicaría parte de esta paradoja que por un lado el desempleo está a mínimos históricos, sueldos disparados y al mismo tiempo una inflación por debajo de 2 %”.
Ayer el destacado economista Tomas Izquierdo, socio de la consultora Gemines, se unió a los que cuestionan al INE.
En el informe mensual de la firma que distribuyen a sus clientes, Izquierdo dice que “la lectura del último IPOM del Banco Central deja una sensación extraña, como que se “raspó” la olla para poder explicar cómo, a pesar que los fundamentos apuntan a que deberíamos estar observando presiones inflacionarias, aún no se manifiestan en las cifras”.
Para Izquierdo el problema está en el INE: “No es casualidad que haya tanta divergencia entre la inflación publicada oficial y la obtenida por tantas otras instituciones privadas que realizan sus propias tomas de precio, entre las que se cuenta GEMINES. Alzas en ítems tan importantes como el arriendo y los servicios domésticos, están subestimadas por el INE. Si además las aprehensiones respecto de vestuario y otros productos importados, manifestadas por un importante banco de la plaza, tienen sustento, se llega a diferencias significativas en la inflación acumulada en los últimos años, la que bien medida podría ser hasta un punto mayor”.
El economista estima que es urgente que se descarten “eventuales errores metodológicos en la toma de precios” que realiza el INE, ya que “tener una medición acertada de la inflación, así como de la mayor parte de las variables económicas y sociales que estima o recoge dicha institución, es fundamental para tener un buen diagnóstico del funcionamiento de nuestra economía y para evaluar el efecto de las políticas públicas”.
Izquierdo opina que el INE debe convertirse en un organismo independiente y debe contar con la mejor capacidad técnica, “para lo cual requiere una ley orgánica del tipo de la que rige a nuestro prestigiado instituto emisor”.
Salida de subdirectora
En medio del sismo que afecta al INE, ayer la Subdirectora Técnica Marcela Cabezas fue despedida. Su salida causó revuelo, pero diversas fuentes del organismo aseguran que su partida no está relacionada con el cuestionamiento de los datos, aunque admiten que el “timing” no fue el mejor.
El gobierno pronto podría tener que responder preguntas del Fondo Monetario Internacional. De acuerdo a una fuente, el FMI, en forma reservada, pidió una copia del informe del BCI y está haciendo evaluando el tema y haciendo preguntas a diferentes actores del mercado.
Las fuentes del INE dicen que el problema es algo que se sabe hace ya un tiempo, pero que está siendo magnificado por el revuelo que causó el informe del BCI. Admiten que hay dificultades en capturar en forma adecuada los precios de vestimentas, artículos electrónicos y de tecnología, pero es algo que se estaba manejando.
Las implicancias de lo que dicen los críticos son relevantes ya que significa que la inflación real es mayor a la oficial y eso hace que los bonos chilenos en UF tengan rentabilidad menores a su pares regionales. El IPC se ha mantenido entre 2 % y 4 % desde diciembre, lo que hace los bonos indexados del Banco Central menos atractivos. Es un mercado de US$ 19.000 millones.
Jorge Selaive, autor del informe del BCI, está convencido que el INE está usando precios ya obsoletos y que la inflación oficial estaría siendo subestimada en 1,5 puntos.
La semana pasada el instituto anunció que nombrará un panel de expertos para que evalúe la metodología y en febrero de 2014 actualizará la base de datos del IPC.
El informe no es el primero del jefe de estudios del BCI que causa problemas al gobierno. Fue el primero en sonar la alarma acerca del gasto fiscal, estudio que provocó molestia en Hacienda el año pasado. Selaive ahora va en camino a asumir el puesto de economista jefe del BBVA.