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Opinión: British American Tobacco y las cortinas de humo

Opinión: British American Tobacco y las cortinas de humo

Ante los cambios que aprobó el Senado, la British American Tobacco apela nuevamente a la misma estrategia: el anuncio de cerrar sus operaciones en Chile, que ya es una amenaza no creíble y un intento de involucrar a los trabajadores y agricultores tabacaleros, que son los que obtienen una porción ínfima del negocio multimillonario de BAT.


Ante el menor cambio en la política de control del tabaco, British American Tobacco (BAT), que controla el 95% del mercado chileno de cigarrillos, comienza a amenazar.

El año pasado, ante el cambio en los impuestos al tabaco, dijeron profusamente en la prensa que la subida en el impuesto al mismo haría caer la recaudación tributaria y perjudicaría a las personas de menores ingresos. Pues bien, a poco menos de un año del cambio impositivo ya se pueden hacer algunas evaluaciones.

En primer lugar, la recaudación tributaria del impuesto al tabaco subió el 18,5% en términos reales, comparando el primer trimestre de 2015 con el primer trimestre de 2014. Es decir, la recaudación no sólo no cayó sino que, como era de esperar, subió (algo que Adam Smith predijo para los impuestos al tabaco hace 250 años).

Segundo, en algunas marcas, BAT trasladó a precios un porcentaje muy superior al que debiera haber trasladado por los nuevos impuestos, algo que también predice la teoría económica cuando el productor es un monopolio (como BAT en el caso chileno). De hecho, las marcas en las que este traslado del impuesto fue superior son aquellas de menor precio, castigando de esta manera proporcionalmente más a los fumadores de cigarrillos más baratos (presumiblemente, de menores ingresos).

Ahora, ante los cambios que aprobó el Senado, apelan nuevamente a la misma estrategia. El anuncio de cerrar sus operaciones en Chile es una amenaza no creíble y un intento de involucrar a los trabajadores y agricultores tabacaleros, que son los que obtienen una porción ínfima del negocio multimillonario de BAT.

Chile es el país con mayor porcentaje de fumadores jóvenes y adultos de las Américas y uno de los más altos del mundo. ¿Alguien cree que BAT, que tiene el 95% de este mercado, se va a ir?

Una opción sería levantar la producción e importar cigarrillos a Chile. Sin embargo, si BAT hace esto, tampoco evitaría las políticas que se aprobaron en el Senado y que son extensivas a todos los cigarrillos comercializados (no solo producidos) en Chile. Además, debería afrontar costos de transporte y distribución superiores a los que tiene actualmente. ¿Por qué se iría entonces? El 40% de lo que BAT produce en Chile lo exporta a 15 países de América Latina (según información de la propia empresa). ¿Perdería también esos mercados?

Es evidente que este anuncio es una presión para los diputados que tienen que tratar este proyecto y para el Ejecutivo que tiene que reglamentar una eventual ley aprobada por el Congreso. Tanto diputados como el Ejecutivo deberían recordar que se estima que en Chile mueren 45 personas por día a causa del tabaco (casi 16.500 al año), y que con lo que se recauda en impuestos al tabaco no se alcanza todavía a cubrir los costos directos que ocasiona esta epidemia sobre la salud.

La ley discutida en el Congreso contiene medidas que se han probado efectivas en países como Francia, Australia y Nueva Zelandia. Es necesario avanzar en ese sentido.

Guillermo Paraje
Economista
Profesor Universidad Adolfo Ibáñez

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