Fue Ponce quien propuso al ex consejero de la Corfo como su reemplazante en estas sociedades, dejando en una incómoda posición a la estatal. Al mismo tiempo, nuevos detalles de los recientes créditos con CorpBanca –banco del cual Guilisasti es director– darían luces de que el controvertido empresario mantiene firme el timón de la cascada.
Una jugada arriesgada y que no dejó indiferente a nadie. Esa fue la que ayer protagonizó Rafael Guilisasti tras dejar su cargo como consejero de la Corfo para asumir como el nuevo presidente de la cascada de SQM.
Con algunos días de desfase se supo de este hecho. La Corporación comunicó pasadas las 13 horas de ayer la renuncia de Guilisasti como consejero, a pesar de que su salida efectiva fue el 3 de septiembre. La razón –según él mismo dijo– fue por «la incompatibilidad absoluta que dicha representación tendría con futuras responsabilidades que asumiré en el ámbito empresarial privado”. Y poco antes de las 17 horas se conocía su destino: la cascada sobre SQM.
Así, en cosa de días, el ex presidente de la CPC pasó de representar los intereses de la estatal a los del controlador de la minera. Guilisasti dejó el Consejo Directivo de la Corfo –tras ser nombrado miembro por Sebastián Piñera, en 2011– y ahora es presidente de Norte Grande y sus principales filiales, encarnando los intereses como principal accionista de SQM, en circunstancias de que dicha empresa está seriamente enfrentada con la estatal por contratos de arriendo de pertenencias mineras en el Salar de Atacama.
Fue el propio Julio Ponce quien propuso su nombre. Los directorios de Norte Grande, Oro Blanco y Pampa Calichera –principales sociedades que componen la pirámide societaria con que Ponce controla el 32% de SQM– sesionaron ayer, pero el llamado se realizó el viernes y en tabla estaba fijada la discusión respecto de quién sería el sucesor del controvertido empresario.
Los directivos de estas sociedades ya tenían un perfil: “Independiente, con trayectoria, conocido, que no estuviera envuelto en escándalos, exitoso en el mundo empresarial y sin ninguna relación con Ponce”, pero fue el propio controlador de la cascada quien les dio en el gusto. Esto, pues Inversiones SQYA Limitada propuso ayer el nombre de Guilisasti –en el caso de Norte Grande– contando con el visto bueno absoluto de esta y el resto de las mesas, dejando al mismo tiempo en una incómoda posición a la Corporación.
Ni la Corfo, como tampoco el Ministerio de Economía, quisieron comentar la decisión de su ex consejero, a pesar de que cercanos a la mesa de Eduardo Bitran fueron críticos de su determinación por considerarla imprudente. Sin embargo, reconocen que Guilisasti está al tanto del perjuicio que habría sufrido la estatal en el caso que la enfrenta con la minera, pues el hoy presidente de Norte Grande apoyó la decisión unánime de la estatal por rechazar la conciliación arbitral con SQM, apostando por que el caso siga hasta sus últimas consecuencias.
Con este contexto, el tema no resultó indiferente para la Nueva Mayoría. “Me parece a lo menos extraño que alguien que es consejero de Corfo y demandante de SQM, pase a presidir las cascadas (…). Aparentemente hay conflicto de interés. No sé el nivel de información que manejaba, pero hay un problema al menos estético, si no ético, del cambio de sillón de Corfo a las cascadas», sostiene el DC Fuad Chahin, quien presidió la comisión investigadora que armó la Cámara de Diputados por el caso Cascada.
Su visión fue en alguna medida compartida por el PS Marcelo Schilling, para quien «no se ve bien” la salida de Guilisasti. “No se ve bien como tantas otras cosas que han ensombrecido el panorama en el último año», especificó.
El nombre que se juega Guilisasti
Con qué tanta información se va el empresario de la Corfo, es un tema discutido, pues la pugna con SQM está hoy concentrada en Eduardo Bitran y, en alguna medida, en Pablo Lagos Puccio, fiscal de la Corporación. En este sentido, en el entorno de la cascada sostienen que “como consejero, el grado de información que pudo haber tenido es bajo. Seguramente conversaron de esta situación al interior, pero un consejero revisa situaciones más generales”, razón por la cual estiman que el sucesor de Ponce no debería generar ruidos y que, de hecho, se trata de una “decisión correcta”, en virtud de que su reputación lo antecede en el mundo empresarial.
Precisamente esto último es lo que se juega el ex presidente de SQM. La salida de Ponce de la cascada fue valorada en el mercado e incluso por accionistas minoritarios, considerando que desde las formulaciones de cargo de la SVS –en 2013– venían pidiendo su salida. Sin embargo, su renuncia también fue vista como una cuestión cosmética, ya que sigue siendo amo y señor.
Hoy el directorio de Norte Grande es donde los minoritarios tienen mayor representación, pero el poder de Ponce sigue siendo abrumador. Son cinco directores elegidos por él, versus los dos nombrados por las AFP y Moneda Asset Management.
Así, tal como Pampa Calichera propuso un dividendo extraordinario al directorio de SQM –decisión sobre la cual todavía no se pronuncia la mesa presidida por Juan Antonio Guzmán, también sucesor de Ponce–, Inversiones SQYA puede sugerir otras medidas en relación con la situación financiera de la cascada y otros asuntos que respondan al interés del empresario, esta vez contando con un directorio elegido mayoritariamente por él mismo, sin una contraparte como la que ejerce PCS.
El sillón en CorpBanca del nuevo presidente de la cascada
El nombre de Rafael Guilisasti satisfizo plenamente el gusto de los directorios de la cascada, incluidos aquellos nombrados por las AFP y Moneda, sobre todo porque cumple con ese perfil independiente que buscaban.
Sin embargo, indirectamente existe alguna relación, pues el hoy presidente de Norte Grande, Oro Blanco y Calichera es también director titular del principal banco acreedor de la cascada, CorpBanca, el mismo que la semana pasada, a punta de nuevos créditos, alivió la situación financiera de la referida cascada y, en consecuencia, de Ponce.
Precisamente mayores detalles de esos préstamos se informaron ayer poco antes de las 21 horas. Mucho se ha especulado acerca de una eventual fusión de estas sociedades. De hecho, Ponce salió al mercado a buscar un banco de inversión que le pudiera colocar un bono para mejorar la situación de su grupo de empresas, grupo para el que la industria financiera no tenía otro destino que la fusión. Sin embargo, los créditos de CorpBanca le aportan holgura.
En el caso de Calichera, los bonos que pretende comprar con los US$70 millones que le prestó CorpBanca la liberarían de acciones SQM-A prendadas en favor de su acreedor. Dicho crédito le aporta un ahorro que se da por la diferencia del 7,75% de interés anual que paga la deuda que emitió en 2007 –bonos por US$250 millones colocados en EE.UU.–, versus el 5,85% de interés de los préstamos del todavía banco de Álvaro Saieh.
Oro Blanco prepagó compromisos con el mismo banco y, del capital que abonó a Norte Grande, quedó con un saldo a favor de US$37,7 millones a una tasa de 5,95% anual. Mientras que Norte Grande pasó de tener una deuda con CorpBanca de casi US$100 millones a junio de este año, a poco menos de US$38 millones, gracias a los prepagos que efectuó con los abonos otorgados por Oro Blanco.
De esta manera, el controlador está encontrando cierta tranquilidad a través de créditos que, por lo demás, establecen más cláusulas sobre el cambio de control de la cascada y obligaciones por que estas sociedades no se dividan ni fusionen sin cumplir determinadas exigencias, manteniendo así firme el timón sobre SQM.
